Espectáculos
Con dirección del estadounidense E. Nielsen

Otro gran concierto en el Colón celebrando a la Orquesta Estable

 


Orquesta Estable del Teatro Colón-100 años. Concierto integrado con obras de Ludwig van Beethoven: ‘La consagración de la casa’, op.124, de Sergei Prokofiev: Concierto para violín y orquesta en sol menor, op.63; y Robert Schumann: Sinfonía Nº 3 en mi bemol mayor, op. 97 ‘Renana’. Director: Erik Nielsen. Solista: Freddy Varela Montero (violín). El domingo 20 en el teatro Colón.



Dentro del marco de sus cien años, la Orquesta Estable del Teatro Colón ofreció un lucido concierto en ese ciclo que también comprende la creación de sus cuerpos estables. Con la dirección del prestigioso maestro estadounidense Erik Nielsen, oriundo de Iowa, donde nació hace cuarenta y ocho años, y formado en el prestigioso Curtis Institute de Filadelfia, y que tuvo ya una valiosa intervención en el reciente estreno de la ópera ‘Billy Budd’ de Britten en este mismo escenario, se desarrolló ahora un concierto sinfónico en el cual el orgánico estuvo ubicado en el proscenio de la sala, y no en su campana acústica, con un telón de fondo.

Así comenzó la sesión con la obertura beethoveniana denominada ‘La consagración de la casa’, compuesta en 1822 para celebrar la inauguración del nuevo Josphstadter Theater. En cierta forma, una composición “de ocasión” para el acontecimiento, que en su estructura temática pasa de “maestoso e sostenuto” de solemne carácter a uno más vivaz con su tratamiento contrapuntístico, en una duración aproximada a los diez minutos.

Así comenzó la sesión a la que aludimos, pasando después al Concierto de Sergei Prokofiev para violín y orquesta en sol menor, op. 63, que, con la dirección ajustada y precisa del maestro norteamericano, tuvo como solista al actual concertino del orgánico, el instrumentista chileno nacido en Concepción, en el país hermano, Freddy Varela Montero, vinculado a la Orquesta hace veinticinco años.

ALEGRIA POPULAR

Con su habitual eficacia ejecutó esa parte solista logrando los aplausos del público que, como ocurre habitualmente, pedían un agregado. Y esto fue llamativo porque el propio violinista destacó los méritos del director Nielsen, que se licenció también en la afamada Juilliard School of Music neoyorquina en arpa y oboe alabando sus virtudes.

Y entonces, juntos, acudieron al celebre pasaje conocido como ‘Meditación’ de la opera ‘Thais’ de Jules Massenet, participando el director Nielsen como agregado y arpista de lujo, lo cual demostró su versatilidad, y con el mayor entusiasmo del público concluía así la parte inicial de esta velada.

Ahora bien, ya en su segunda parte, Nielsen, vuelto al podio, se ajustó a lo programado, la Sinfonía N.º 3 en mi bemol mayor, apodada ‘Renana’, de Robert Schumann. compositor germano que se había establecido en Dusseldorf, ciudad de Alemania sobre el Rin, de ahí el apodo que recibió la obra tras estrenarse en el año 1850. Extendida más de media hora esta composición, requiere de un orgánico nutrido y está escrita en cinco movimientos con evocaciones varias, a parir de un vivace sincopado, en tanto el scherzo es un molto moderato, lo que lleva a suponer con alguna probabilidad que marca su impresión de la religiosidad de la célebre Catedral de Colonia, sobre el Rin. De ahí en más culmina con un vivace que resume la idea de una previsible alegría popular.

Cabe señalar entonces que la traducción sonora del maestro Nielsen tuvo lucimiento y cabal comunicación al público, que fue generando tras el último compás de esta sinfonía schumanniana un aplauso prolongado al director invitado y todos sus colaboradores de las varias secciones de instrumentos. En definitiva, otro destacado festejo de los cien años de la Orquesta Estable.

Calificación: Muy bueno

FOTO: GENTILEZA JUANJO BRUZZA