Correo de lectores

Obsesión por la fama

Sr. director:

Por lo general, y desde una perspectiva psicológica profunda, alguien obsesionado, ante todo, por alcanzar una gran popularidad, en el fondo, buscaría suplir con mucha fama sus carencias afectivas primordiales (o de otra índole). Sería entonces "una falta", real o fantaseada, la que lo impulsa frenéticamente en busca de notoriedad. Así, la celebridad, en la cima de su gloria, "celebraría" su completamiento ilusorio.

En cambio, la persona genial; es decir, el auténtico genio, con toda su fuerza creativa, tiene ante todo una misión que cumplir o una causa por la cual luchar, algo "no negociable" inherente a su sentir profundo, que sublimación mediante busca expresar, comunicándoselo a sus congéneres. La celebración, si la hay, es secundaria y muchas veces no le interesa. Dicho de otro modo, no habría frivolidad en el verdadero genio, o al menos ésta no sería central. A la celebridad vacía, como vimos, no le interesaría tanto el camino, como la fama en sí misma. Para el genio, el recorrido es esencial, debido a que en él despliega su creación; no quiere fama a cualquier precio. El genio puede vivir toda la vida plasmando su obra y sin obtener reconocimiento, la historia da cuenta de ello. La celebridad frívola, sin reconocimiento, sin poder celebrar, no podría vivir mucho tiempo sin pagar seguramente un alto tributo con su salud física o psíquica.

Los genios también suelen convertirse en celebridades, aunque no son pocos los que obtienen esta consideración pública a edad avanzada, o incluso después de su muerte, pero siempre como consecuencia de su obra o legado, y no al revés.

Atte.

Ps. Jorge Ballario

DNI 10858926