Al menos 90 personas murieron y centenares resultaron heridas este miércoles a raíz de la explosión de un coche bomba en un mercado de la ciudad de Peshawar, en el noroeste de Pakistán.
El ataque provocó el incendio de los edificios aledaños. Mientras avanzaba la remoción de los cuerpos y el rescate de los heridos, columnas de humo negro se elevaban sobre la zona, donde abundan comercios dedicados a la venta de ropa femenina.
Según las autoridades, entre las víctimas fatales hay mujeres y niños. Se teme que el número de fallecidos aumente con el paso de las horas.
Más de 200 personas han muerto en atentados similares en las últimas semanas, desde que el ejército de Pakistán lanzó una ofensiva a gran escala en la región de Waziristán del Sur, un bastión de los combatientes del Talibán.
El ataque en Peshawar se produjo en momentos en que la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, iniciaba una visita a la capital, Islamabad, para discutir con el gobierno paquistaní la escalada de la violencia y la seguridad del arsenal nuclear del país.
Al enterarse del incidente, Clinton expresó su solidaridad con Pakistán, en lo que calificó como "una esforzada lucha contra grupos extremistas tenaces y despiadados", en la que el país "no está solo".
Las ambulancias socorren a los heridos mientras los lugareños ayudan con la remoción de cuerpos.
Las imágenes de televisión mostraban el paseo de compras de Peepal Mandi en llamas, mientras numerosas personas removían los escombros en busca de víctimas.
Desde principios de octubre, los insurgentes han intensificado su ofensiva en las ciudades, con la intención de presionar al ejército para que abandone sus operativos en Waziristán del Sur.
Clinton ha prometido más ayuda al gobierno paquistaní para combatir los ataques de la insurgencia, pero se necesitará mucho más que firmas y discursos para sanar una relación bilateral malherida.
La funcionaria estadounidense deberá escoger sus palabras con cuidado, añadió Ghattas, puesto que su visita ocurre en momentos en que los lazos entre Islamabad y Washington, aliados estratégicos en la lucha contra al-Qaeda y el Talibán, reciben el embate de una oleada de sentimientos antiestadounidenses.
"Es muy desafortunado que haya quienes cuestionen nuestras motivaciones o duden de que tenemos un compromiso de largo plazo, y quisiera aclarar eso", dijo la secretaria de Estado de EE.UU. a su llegada a Islamabad.
Tras reunirse con el ministro de Relaciones Exteriores de Pakistán, Shah Mahmoud Qureshi, Clinton añadió que la administración de Barack Obama quiere que la relación bilateral vaya más allá de la lucha contra el terrorismo y abarque también en la cooperación en áreas como infraestructura, energía y educación.