Buenos Aires es leyenda 4
Por G. Barrantes y V. Coviello
Planeta. 272 páginas
Todos sabemos que las brujas no existen, pero... Después de leer el libro de la simpática dupla que componen Guillermo Barrantes y Víctor Coviello, quienes regresan a escena para presentar esta vez Buenos Aires es leyenda 4, hasta los que somos más escépticos en materia de mitos urbanos, historias mágicas y otras yerbas, podemos quedarnos con dificultades para conciliar el sueño (en el buen sentido, claro), una vez que concluimos su lectura.
El trabajo, un clásico ya de la serie de investigación que iniciaron hace años Barrantes y Coviello, cobra atracción a partir de la rigurosidad que le imprimen a cada aventura a la que se lanzan ambos cual detectives curiosos, para develar misterios de la urbe que crecieron con los años y que, en algunos casos, se perdieron en el laberinto del olvido.
Los autores los vuelven a sacar a la palestra o los develan por primera vez de manera original y divertida. Incluso, hasta consiguen instalar al lector en el lugar del que vio aquella ánima perdida, fue defendido por el Zorro, viajó en el tiempo en un Mateo o sabe de ese ascensor de Victoria Ocampo que sube y baja solo en su mansión de Tigre, por citar unos pocos ejemplos del curioso trabajo.
Y esta vez van más allá Barrantes y Coviello. Más allá de los límites de la General Paz, porque ahora la cruzan y llegan a La Plata, Pergamino, la Isla Martín García, Azul y Punta Indio, en sus últimos capítulos. Por allí buscan y encuentran fantasmas, oyen voces de seres que ya no están, visitan casas embrujadas. Sí, lugares donde habitan brujas, esas que no existen, pero que las hay a montones si estos intrépidos escritores se sumergen en una investigación que les despierta interés.