Había una vez un pájaro
Por Alejandra Costamagna
Cuneta. 75 páginas
Estos tres relatos breves de la escritora chilena Alejandra Costamagna, publicados años atrás en su país y ahora reunidos en una nueva edición local, vuelven al tiempo de la violencia política, aquel de la revolución y la contrarrevolución que hace medio siglo desangró a buena parte del continente americano.
En un rasgo común a distintos autores de su generación, Costamagna regresa a aquella época turbulenta con la mirada de la niñez. Las protagonistas o narradoras de los cuentos son niñas al borde de la adolescencia que deben lidiar, pese a la inmadurez propia de la edad, con un contexto de temor, vigilancia y sospechas generalizadas.
El entorno geográfico oscila entre Chile y la Argentina y detrás de la evidente tensión social asoman conflictos personales entre los adultos (padres, madres, tías, amigos, compañeros de “militancia”) que cuidan de los menores. Separaciones, rupturas, amoríos, posibles adulterios, rencores y traiciones que, ante la falta de explicaciones claras, las niñas de los relatos tienen que aprender a descifrar junto con la más compleja situación de los países donde viven o a los que emigran.
Costamagna (Santiago, Chile, 1970) narra con emotiva pericia ese traumático proceso de comprensión, retratando los equívocos y las confusiones que asedian a una mente infantil enfrentada a realidades demasiado alejadas de su reducido espacio vital.
El planteo, esbozado en “Nadie nunca se acostumbra” (2011) y ampliado en “Había una vez un pájaro” (2013), se presta para la narración elusiva, indirecta, que avanza por indicios y sugerencias, siempre atenta a registrar la sensibilidad candorosa de esos pequeños seres arrojados al vórtice de la lucha ideológica y sus consecuencias penosas, interminables.