Opinión
EFEMERIDES

Manuel Belgrano, ícono de la Nación que nace: imágenes para un patriota

Por María Inés Rodríguez Aguilar y Miguel Ruffo *

En 1821, a un año de su muerte y, superadas las crisis institucionales se realizaron sus solemnes honras fúnebres, disponiéndose un duelo, cierre de comercios, salvas y la totalidad de los cuerpos militares desfilando al son de la canción fúnebre.

Ya circulaban grabados y litografías de los protagonistas de la revolución, entre ellas obras de Núñez de Ibarra, autor de primeros grabados de San Martín y Belgrano, luego, inspiración de las famosas litografías de Theodore de Géricault, reconocido artista romántico francés, autor de las figuras de San Martín y Belgrano, orientado por las descripciones orales del militar francés Ambrosio Crámer, ayudante de Belgrano en el Ejército del Alto Perú.

Los indispensables relatos de los orígenes de la nación se elaboraron en 1857 y 1858 por Bartolomé Mitre desde su “Historia de Belgrano y La Independencia Argentina”, (de 1859 y una cuarta edición ampliada de 1889), acompañada de una iconografía civil, un retrato sedente de tres cuartos de cuerpo, cuya fuente es el óleo de Carbonnier.

PROGRAMA ICONOGRAFICO

Con el enfrentamiento entre Buenos Aires y la Confederación Argentina, el estado de Buenos Aires concibió un programa iconográfico del imaginario de los “héroes” y “hechos gloriosos” mediante la realización de la Galería de Celebridades Argentinas (1857), de biografías ilustradas impresas por el francés N. E. Desmadry orientadas por la ideología republicana para afirmar la responsabilidad cívica de los ciudadanos.

Luego de federalizada Buenos Aires, el doctor Adolfo P. Carranza había fundado el Museo Histórico Nacional que posee una valiosa y diversificada pinacoteca, que incluye a la copia del retrato de Manuel Belgrano de Carbonnier, bocetos del Encuentro de San Martín y Belgrano de Ballerini (circa 1875), el óleo denominado Epopeya del tambor de Tacuarí (1912), de Carlos Ripamonte y el óleo La Batalla de Salta de Aristeni Papi (1908) El retrato de Francois Carbonnier (1787-1873), realizado el 1815 en Londres, hoy en el Museo Municipal de Bellas Artes de Olavarría, ofrece datos sobre la bandera enarbolada por primera vez en las barrancas de Rosario en febrero de 1812, ya que Belgrano le señalaría cómo era la bandera que aparece en un ángulo, diminuta y a dos franjas una celeste y una blanca.

El autor del óleo “Epopeya del tambor de Tacuarí” es Carlos Ripamonte (1874 -1968) formado en Europa, de reconocida trayectoria artística, docente y gestor, a comienzos del siglo pasado el Museo Histórico Nacional lo reprodujo en tarjetas postales para una circulación masiva.

Su representación de la acción de Tacuarí de 1811, se compone de una escena dramática con una figura central de comandante Vidal, con el sable en la mano derecha avanza con los ojos cerrados, sosteniéndose del tamborcillo con el brazo izquierdo, y gritando al redoble del tambor, en acuerdo relato de B. Mitre en “Historia de Belgrano y de la Independencia Argentina”, texto que contextualiza al boceto de Augusto Ballerini, El encuentro de José de San Martín y Manuel Belgrano en Yatasto, representando acontecimiento trascendente de la guerra emancipadora, que el cancionero popular y transmite: En la posta de Yatasto / de la patria paladín / se encontró el ñatito Güemes / con Belgrano y San Martín.

La Batalla de Salta (1908) de Aristeni Papi fue realizada de acuerdo a “Las memorias de Paz” creando los campos de Castañares de la ciudad en un paisaje lejano y brumoso.

GERMEN DE TRADICION

Así estas obras registran a protagonistas y hechos seleccionados desde un pasado celebrado, concebidas como germen de nuestra tradición para el porvenir.

Con objetivos semejantes, al implementarse en el ámbito escolar a diversos programas de historicismo se impulsó la difusión de la cultura visual, ilustrando textos escolares e instalando en las aulas a retratos oficiales de San Martín y Belgrano.

Estas amplias y diversas producciones polisémicas se elaboraron y gestionaron con un fin memorial explícito y la función política de consagrar en el panteón histórico a hombres ilustres, modelos a imitar en la construcción de la nación.

* Historiadores. Especialistas en inconografía nacional.