El mundo respira aliviado. El balance del tercer trimestre de Nvidia, presentado después del cierre de los mercados, resultó mejor que lo esperado en ventas, ganancias y previsiones. Sigue la fiesta de la Inteligencia Artificial, responsable primordial en la voladura de la Bolsa de Estados Unidos de 2025, relegando a un segundo plano las guerras comercial de Donald Trump. La burbuja no se pincha por ahora; más aun, los números del coloso de los semiconductores da argumentos a aquellos que sostienen que no se trata de burbuja sino lo que pasa ante nuestros ojos asombrados es una revolución tecnológica de alcance insospechado.
Sea como sea, el valor bursátil de Nvidia (4,53 billones de dólares) es superior a la de toda la bolsa de Japón, por ejemplo. O siete Argentinas enteras. Y sigue. En el premarket se disparaba más del 5% cuando se escribía esta nota.
“Las ventas del chip Blackwell se han disparado y las GPU para la nube están agotadas”, declaró en un comunicado el CEO Jensen Huang, octavo en la lista Forbes de multimillonarios.
“Hemos entrado en el círculo virtuoso de la IA. El ecosistema de la IA está creciendo rápidamente, con más creadores de modelos básicos, más startups de IA, en más industrias y en más países. La IA está llegando a todas partes, haciéndolo todo, todo a la vez”, añadió.
En el tercer trimestre de 2025, Nvidia tuvo ingresos por 57.010 millones de dólares (el mercado esperaba u$s 55.200 millones según el consenso de la agencia Bloomberg). El número es impresionante. En el mismo período del año pasado, la compañía facturaba 35.100 millones de dólares.
La facturación de los centros de datos (51.215 millones) alcanzó también un hito y se incrementó en un 66 % interanual, impulsada por tres ejes: “la computación acelerada, los modelos de IA potentes y las aplicaciones agénticas (con agentes de IA)”, indica una nota de la empresa comentada por la agencia EFE.
Y ahora Huang espera para el cuarto trimestre ingresos por 65 mil millones y unos márgenes brutos en torno al 75%.. Siga, siga, siga…
Nvdia, vale recordar, contribuyó por si sola al 19,80% de las ganancias de la Bolsa estadounidense este año, según la agencia Associated Press. En lo que va del año, su cotización aumentó un 39%.
EN VERDE
Al toque de la campana en la Bolsa de Nueva York, el Dow Jones subió 0,1%, hasta 46.138 puntos; el S&P 500 avanzó un 0,38%, hasta 6.642 unidades, y el tecnológico Nasdaq ganó 0,59%, hasta 22.564 enteros.
Nvidia había ganado 2,8%, minutos antes de presentar esos resultados que tuvieron en vilo hasta los tiburones de la calle San Martín y al Bigote Righetti de Castelar. Es que en los últimos días se había desatado una corrección global por el temor de los inversores a una burbuja de la IA, una preocupación que arrastró a empresas tecnológicas como la propia Nvidia, Microsoft o Amazon. Es de esperar ahora que se abra camino el tradicional rally navideño.
Otra nota destacada de la jornada bursátil fue la disparada de Alphabet, matriz de Google, un 3%, después de que lanzara Gemini 3, su modelo de IA "más inteligente" hasta la fecha. Pensar que hace unos meses muchos analistas daban por muerto al coloso de las búsquedas por la irrupción del Chat GPT.
EL MERVAL
La Bolsa porteña, por su parte, parpadeó en rojo. Cerró cerca de mínimos, incluso. Así las cosas, el Merval cayó en pesos del 2,15% hasta los 2.869.723,50 puntos.
Los papeles bancarios, los más afectados. La semana que viene presentan balances y se espera que sean entre malos y pésimos por la suba de encajes y el desquicio de tasas en el tercer trimestre.
En el podio bermellón estuvieron Grupo Supervielle (-4,20%), Grupo Financiero Galicia (-3,70%) y Sociedad Comercial del Plata (-3,41%). Sólo Mirgor y Edenor, en positivo. En el panel general, Rosenbush fue la más destacada con casi +10%, pero varias acciones cayeron doble dígito como Ferrum y Bolt, que se habían disparado en la víspera.
A las empresas energéticas les pesó la caída del precio del petróleo intermedio de Texas (WTI, en inglés). Perdió 2,1 % hasta 59,44 dólares el barril por los rumores de un entendimiento entre Estados Unidos y Rusia para poner fin a la guerra en Ucrania.