“Gobernar es crear trabajo”, expresó el gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, invitado a hablar en un foro almuerzo de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE), realizado el jueves 21 en la sede del Centro Naval, en Florida y Córdoba.
En ese sentido, dijo que en su provincia es constante la relación entre el sector público y privado para alentar proyectos que generen empleo, y también hay convergencia y convivencia entre distintos sectores políticos -la vicegobernadora es de origen radical- en lo que caracterizó como “cordobesismo”.
Donde los gobernantes han ido cambiando, pero las políticas han tenido continuidad; son valores adquiridos, dijo, algo intangible como la previsibilidad llama a confiar. Saber “que no te van a cambiar las leyes de juego todos los días”.
Indicó que el gobierno cordobés realizó obras de infraestructura, luz, gas, en lugares donde no había producción, creando las condiciones para que privados desarrollen sus proyectos en parques industriales.
“Tenemos equilibrio fiscal desde hace 20 años, más que en toda la Argentina”, resaltó, en cierta consonancia con lo pregonado desde el gobierno nacional, y señaló que muchos gobiernos provinciales han hecho un esfuerzo, un ajuste, pero apuntó a que “no se subestime la microeconomía, que no es un tema menor” y se impulsen políticas productivistas, con crecimiento y desarrollo.
Observó cuánto afecta a pequeñas y medianas empresas que les suban tarifas y les restrinjan incentivos. Y señaló la realidad de su provincia mediterránea, con una capital de antigua tradición universitaria, desde los jesuitas, que no es una ciudad puerto, que tenga una vida ligada a lo que entra por la importación o sale por la exportación. Las ciudades y regiones mediterráneas necesitan producir, dijo.
Subrayó la importancia central de la educación, en un país que casi eliminó el analfabetismo antes que muchos países de Europa, pero muestra hoy malos resultados en las evaluaciones educativas, donde apenas dos de cada diez alumnos pasan bien las pruebas en matemáticas. Y sostuvo la decisión de mantener el boleto escolar, para que los padres no dejen de mandar a sus hijos a la escuela porque no puedan pagarles el transporte.
PROVINCIAS UNIDAS
Aludiendo a la convergencia de varios gobernadores en Provincias Unidas, desestimó la polarización y señaló: “Nosotros somos un espacio de sensatez”. Indicó que los gobernadores son productivistas, y “estamos parados en una postura de centro”.
Preguntado si el peronismo tal como está ahora no va más, observó que los partidos tradicionales -como donde él ha actuado- “somos parte de coaliciones más amplias”. E hizo notar la distinta procedencia de esos gobernadores que han encarado una acción común: del justicialismo, del radicalismo, del Pro. Admitió el descontento de la población porque “los partidos tradicionales no están dando respuesta”, pero dijo que a veces uno piensa en lo local y no ve que en el mundo han surgido y llegado a la presidencia figuras que poco tiempo antes nadie hubiera imaginado.
Llaryora se remitió a experiencias que tuvo como intendente de la ciudad de San Francisco, con su particular realidad de un foco agroindustrial en el interior.
Durante el almuerzo, el gobernador compartió la mesa con la presidenta de ACDE, Silvia Bulla, que es de Rosario, donde se licenció en Estadística, y luego hizo una maestría en Administración de Empresas, fue presidente de Dupont Argentina y preside Danisco y Solae Argentina.
En la misma mesa estaban, entre otras personas, el vicepresidente 2° de ACDE, Daniel Martini; la directora ejecutiva, Ana Pico, y la periodista Gabriela Granata, profesora de Periodismo Político en la Universidad Católica Argentina (UCA).
Esta última compartió con Llaryora el estrado; con sus preguntas le dio pie a bosquejar su enfoque de la realidad provincial y nacional, y manifestar su mirada sobre la realidad nacional vista desde el interior, y manifestar su visión, que caracterizó como “cristiana, de justicia social, de responsabilidad por el trabajo y el empleo”.