El presidente Alberto Fernández está preocupado, según trascendió, por la remarcación que produjo su primera batería de medidas económicas. Los fuertes aumentos de impuestos (todavía no cobrados) ya fueron trasladados a precios. Se descuenta que el impacto que tendrán en la inflación del primer trimestre será más fuerte de lo calculado por el ministro Martín Guzmán. Por eso Fernández trató de condicionar a los gremialistas para que no pidan subas de salarios parejas con la inflación. Planea además otras medidas como pedir al Senado que dé sanción definitiva a la llevada y traída Ley de Góndolas.
Humo
Pero la Ley de Góndolas está lejos de ser la solución al problema. A lo que se suma que el Congreso fue convocado a extraordinaria pero está desiertos. Los trascendidos acerca de que sesionaría en enero resultaron humo, para decirlo en criollo. A esta altura existe la posibilidad un tanto lejana de que la Cámara baja se reúna el 22 para eliminar el Pacto Fiscal. Se trata de un acuerdo hecho por Mauricio Macri con los gobernadores que ponía límites a los impuestos provinciales. Fernández acordó eliminarlo y los gobernadores quieren que la ley se sancione rápido para poder aumentar la recaudación propia.
Impuestos y pobreza
Una de las razones esgrimidas por el kirchnerismo para aprobar el fuerte aumento de impuestos (y rebajar las jubilaciones de paso) fue la “solidaridad”. Es decir quitar a los “ricos” vía impuestos para dar a los pobres. Pero a esa teoría no le cierran los números. Según un informe de IDESA en los últimos 30 años se duplicó la presión impositiva, pero al mismo tiempo aumentó la pobreza. En 1988 la pobreza afectaba a aproximadamente el 31% de la población y la presión impositiva nacional y provincial era de 15% del PBI. En 2019 la pobreza es del 35% de la población y la presión impositiva llegó al 29% del PBI.
Infalibles
El peronismo es una fuerza minoritaria en la Ciudad de Buenos Aires. Pierde elección tras elección, pero sus miembros siempre encuentran un lugar a la sombra del poder. Para confirmarlo circuló la versión de que Martín Gorosito podría ser nombrado representante del Estado ante Aeropuertos Argentina 2000. Cuenta para eso con el aval de Juan Manuel Olmos, jefe de asesores de Alberto Fernández. Gorosito fue nombrado director en la Corporación Puerto Madero en el lugar dejado vacante por Olmos y esa corporación es presidida por Agustina Olivera Majdalani, hija de Silvia Majdalani, peronista devenida macrista en 2006.