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Las tragedias que causaron conmoción

EL VAPOR AMERICA

En la noche del 24 de diciembre de 1871 ocurrió en el Río de la Plata el naufragio del vapor América, una de las tragedias fluviales más duras de la historia argentina, que causó la muerte a 121 personas.
El barco se prendió fuego a partir de una maniobra negligente del capitán de la nave, quien para llegar primero a Montevideo que otro barco que lo acompañaba decidió acelerar a pleno, poniendo las calderas a la máxima presión.

Esto provocó un voraz incendio que obligó a la evacuación desesperada de los pasajeros. Había solo dos botes así que muchos, desesperados, de arrojaron al agua.

La tragedia también se la recuerda por la heroica actitud de Luis Viale, un inmigrante italiano quien decidió darle el salvavidas en el agua a una mujer embarazada que se había arrojado sin nada, sacrificando su vida y salvando la de la futura mamá.

La Prensa dio cuenta de esta tragedia en su edición del 26 y 27 de septiembre de 1871. Bajo el título de "El incendio del vapor América" señaló en uno de sus párrafos "Despertarse rodeados del fuego abrazador y sin más horizonte que la muerte, entre las llamas o la profundidad, debió ser un despertar desesperante y siniestro".

TRANVIA AL RIACHUELO

En la mañana del 12 de julio de 1930, se produjo uno de los accidentes más impactantes de la Argentina, cuando un tranvía de la línea 105 se precipitó en las aguas del Riachuelo al no ver el mótorman la luz roja que indicaba que el puente Bosch estaba levantado.

El tranvía había salido atestado de pasajeros desde donde hoy se erige la Municipalidad de Lanús y tenía como destino la estación de Constitución, a la que nunca llegó.

Sólo siete de los 63 pasajeros sobrevivieron, la mayoría obreros de Barracas, y pudieron contar la tragedia en primera persona. La Prensa dio cuenta de esos testimonios en una cobertura de tres páginas tamaño sábana, con fotografías e infografías hechas para narrar con crudeza la catástrofe, con los siguientes titulares:""Un tranvía que conducía gran cantidad de pasajeros se precipitó ayer en las aguas del Riachuelo", "Se cree que en el vehículo viajaban más de 70 personas y fueron extraídos 52 cadáveres" y "La catástrofe ha afectado a muchos hogares modestos cuya crítica situación tratará de remediar". Un detalle llamativo del despliegue de recursos es el pie de la página 15, donde se publicaron 19 fotografías de las víctimas.

LA PUERTA 12

El 23 de junio de 1968 tenía lugar la mayor tragedia en un estadio de fútbol argentino, cuando en la Puerta 12 de la cancha de River morían 71 personas tras producirse una avalancha en las escaleras de acceso, al finalizar un superclásico con Boca.

Esa tarde el partido había terminado 0 a 0. Al finalizar el encuentro, los hinchas de Boca que habían concurrido en gran número a la alta tribuna del estadio de Núñez se dirigieron a la salida de la Puerta 12 (hoy señalada como sector L de la Tribuna Centenario) para abandonar la cancha.

Ya era casi de noche y los pasillos estaban en penumbras. Fue entonces que se produjo una avalancha y quienes bajaban se encontraron con espectadores caídos, lo que produjo rodadas en medios de gritos de sorpresa y de dolor. Las primeras investigaciones dieron pie a una versión de que los molinetes de control en el acceso no había sido quitados. Otra señaló que la cortina metálica de la puerta estaba baja. La mayoría de las víctimas fueron jóvenes, con una edad promedio de 19 años.

CAIDA DESDE EL PUENTE

El 20 de noviembre de 1970 se produjo en Santa Fe uno de los accidentes de tránsito más graves del país. El penoso suceso lo protagonizó un coche de la exempresa Helvecia, que se precipitó a las aguas del arroyo Leyes, cuarenta y cinco minutos más tarde de su salida desde la capital provincial.
El micro, conducido por Juan Docce iba con destino a San Javier. Como consecuencia del accidente fallecieron 55 personas. Solo hubo seis sobrevivientes, entre ellos la beba Alicia Palavecino, que quedó flotando gracias a su bombacha de goma.

SOBREVIVIR EN LOS ANDES

El equipo escolar de rugby Old Christians Club de Montevideo fletó un avión de la Fuerza Aérea uruguaya y emprendió viaje el 13 de octubre de 1972 a Santiago de Chile para jugar un partido contra el Old Boys en esa ciudad.

Cuando el avión FH-227D, con 45 pasajeros, atravesaba la Cordillera de los Andes, se estrelló y causó la muerte instantánea de 12 personas. Otros 17 murieron en los siguientes días, debido a las heridas, a la falta de alimentos y a las duras condiciones a las que se enfrentaron.

Sin embargo, el accidente pasó a la historia como "el Milagro de los Andes", uno de los episodios más impactantes de la aviación, debido a que 16 de estas personas lograros sobrevivir en condiciones de extremo frío y sin víveres. De hecho, para no morir debieron consumir carne de sus compañeros muertos. El grupo que resistió esta situación inhumana fue rescatado 72 días después del evento, en el mes de diciembre.

Uno de los sobrevivientes del avión fue Carlitos Páez, hijo del destacado artista plástico uruguayo Carlos Páez Vilaró. Tras el rescate su testimonio fue reproducido por La Prensa.

"De pronto un ala tocó de golpe contra un risco. Me agarré la cabeza. En la caída recé un Ave María entero. Me fui de bruces encima de unos amigos. Luego salí. Los gritos de dolor eran indescriptibles. Afuera, Roberto Francois se encontraba fumando. Nevaba. Mi pie estaba lesionado. Creo que me tomé como tres litros de vino. Los heridos se encontraban aprisionados en los asientos. Uno de los pilotos estaba vivo. Lo único que pedía era un revólver para quitarse la vida".

FUERA DE PISTA

El accidente del avión de Lapa se desató el 31 de agosto de 1999 cuando al iniciar el carreteo para despegar y sin posibilidad de levantar vuelo, rompió las vallas del perímetro de Aeroparque, cruzó la costanera Rafael Obligado e impactó contra máquinas viales y un terraplén cercano al campo de golf, en la zona norte de la Ciudad. El hecho causó 65 muertes y decenas de heridos. El informe final estableció que "la tripulación del vuelo del LAPA 3142 olvidó extender los flaps para iniciar el despegue, y desestimó la alarma sonora que avisaba sobre la falta de configuración para esa maniobra".

 

Gustavo Carabajal, reportero gráfico de La Prensa fue uno de los primeros en llegar al lugar de la tragedia. Recuerda de aquel día que volvía de una nota realizada en el barrio de Palermo en un taxi hacia el diario cuando a la altura del Campo Argentino de Polo comenzó a escuchar un incesante sonido de autobombas y ambulancias."Esos primeros momentos fueron muy confusos", relata.

A los pocos instantes la emisora de radio que se escuchaba en el taxi informaba de un accidente en la Costanera. "Le dije al chofer que se dirigiera hacia allá. Ya en el camino las versiones cambiaban, hablaban de un tanque que había explotado, luego una avioneta".

Al llegar a Costanera, señala el reportero gráfico la situación era dantesca. "Los bomberos, ambulancias y policías que llegaban se dirigían hacia el campo de golf. Me bajé del taxi y empecé a correr hacia ese lugar. Había un aire espeso, con un olor fuerte. El cielo se iluminaba y se veían algunas llamas".

Carabajal se subió a una suerte de casilla sobre una lomadita para intentar ver mejor. "Logré ver una turbina muy grande y ahí me di cuenta que no era una avioneta sino que el accidente respondía a algo más grande. Empecé a sacar fotos hasta que empezó a armarse un cordón de seguridad y me sacaron".

Cuando bajó se tocó la ropa y notó que olía toda al combustible derramado por el avión. Una de las fotos que Carabajal tomó en esta arriesgada maniobra fue la que ilustró la tapa del primero de septiembre de 1999 para dar cuenta de la tragedia aérea.