Opinión
CLAVES DE LA PANDEMIA

Las cifras del virus sólo confunden

POR SOLANA INI *

La investigación cuantitativa es una forma estructurada de recopilar y analizar datos. El método se basa en:

1) Definiciones de los distintos aspectos a medir.

2) Muestra en la que se observan dichos aspectos.

3) Métodos para medirlos.

4) Cifras o resultados de dichas mediciones.

5) Conclusiones.

Por ejemplo, si quiero saber cuántas personas con cabello rubio hay en nuestro país, primero debo definir qué se entiende por "rubio". Y si dentro del concepto de rubio, se incluirá o no a los teñidos, a los castaños con reflejos, etc.. Un error en esa primera definición arrojará resultados inexactos.

Lo mismo sucede con la muestra. Si la muestra que elijo para realizar mi observación se basa en un pueblo donde la mayoría de sus habitantes son descendientes de alemanes o suecos, mis resultados tampoco serán precisos. Si quiero medir una evolución en el tiempo de nacimiento y voy cambiando la composición muestral, tampoco serán válidos los resultados.

Por otro lado, al elegir el método, debo decidir si me basaré en la observación directa o en un cuestionario auto-administrado donde la persona complete qué color de cabello tiene.

El resultado y las conclusiones del estudio dependerán de cada uno de los pasos anteriores.
Si los pasos que utilizamos para medir un indicador (la cantidad de enfermos, el ritmo de contagios o la cantidad de muertes), se basan en definiciones ambiguas y en métodos poco estructurados, los resultados que obtendremos sólo generarán confusión.

Lamentablemente, hoy, en varios países del mundo, se están basando en cifras obtenidas por métodos y definiciones totalmente nuevas y abarcativas, para tomar decisiones que atañen a la salud y la libertad de los seres humanos. Revisemos cada uno de los conceptos.

La definición de "caso confirmado" no es sinónimo de cuadro grave, sino que en ese conjunto se consideran a asintomáticos, a estados gripales y a cuadros respiratorios agudos. Es importante tener en cuenta que dentro de "caso confirmado" están incluidas también todas las personas que están cursando un cuadro gripal sin complicación respiratoria. Es esa la primera definición ambigua, que arrojará una cifra alta (pero dicha cifra, debido a la definición, no se correlaciona con un cuadro grave).

"Ritmo de contagio". Diariamente se muestra en televisión que aumentan los contagios, como si tal indicador fuera una amenaza de muerte. Sin embargo, observando el ritmo de nuevas internaciones, veremos que el ritmo de aumento es mucho menor. No es tan relevante a nivel sanitario el número de contagios sino la cantidad de internaciones. No son los cuadros leves los que saturarán el sistema sanitario (ya que la mayoría de ellos transcurren la gripe en su domicilio, según la OMS), sino los cuadros moderados o graves que requieren internación hospitalaria.

CASOS Y AUMENTOS

"Caso confirmado". Dentro de esta definición, impuesta por la OMS, basta con ser positivo en el test que detecta coronavirus para ser contabilizado como "caso confirmado", independientemente del cuadro clínico del paciente. Observar diariamente esta cifra puede ser de utilidad para el epidemiólogo, pero no aporta un dato significativo respecto al futuro desborde del sistema sanitario, a menos que se clasifique según la gravedad del cuadro clínico del paciente y su necesidad de internación.

"Aumento de casos". Si desde el 3/3/2020 hasta la fecha, la cantidad de tests fue en aumento y se modificaron las composiciones de las muestras de las poblaciones seleccionadas para estudiar, es imposible hablar de un incremento en el ritmo de casos, cuando lo que se ha modificado es el método de recopilación de la información.

"Aumento de muertes". Aún no tenemos datos que confirmen que las muertes provocadas por infecciones causadas por virus respiratorios hayan aumentado respecto a 2019. Carecemos de datos, por el momento, para afirmar que el riesgo de morir por coronavirus es mayor al riesgo de morir por neumonía o influenza. ¿Por qué? Porque hasta que no se infecte una muestra de la población con características etarias y de salud similares a la población total, no podremos tener certeza de la tasa de letalidad real, sino que ésta se verá influida por el estado de salud y edad de las personas que han sido afectadas hasta el momento. (Según la última actualización mundial, la tasa de letalidad se calcula en 0,3%.)

Lo mismo vale cuando se atribuye al virus un alto nivel de contagio. ¿Cuándo se ha medido en forma masiva mundialmente algún otro virus? No hay parámetro de comparación porque nunca se ha medido compulsivamente la presencia de un virus en sangre. El gigantesco volumen de tests que ha circulado mundialmente no tiene precedentes. Cualquier persona que se dedique a la investigación puede afirmar que detectar algo en forma más frecuente, en una muestra poblacional cuya composición va modificándose sobre la marcha junto a métodos de medición que se incrementan a lo largo de los períodos, no es un indicador válido a nivel estadístico (tan sólo lo es para el área clínica-médica).
Por lo tanto, hoy estamos ante, como mínimo, tres factores que arrojarán resultados atípicos: una circulación de tests sin precedentes en la historia, un aumento abismal de consultas de personas con fiebre que años anteriores no necesariamente buscaban atención médica y una definición de "caso confirmado" que no se basa en la gravedad cínica sino en dar positivo en un test. Dichas variaciones arrojarán cifras altas y atípicas que no necesariamente estarán en correlación con un deterioro de la salud de nuestra población.

* Insight Research en análisis cuantitativo, Licenciada en Psicología y productora y redactora de contenidos. Colaboraron en esta nota el doctor Ramiro Salazar, médico epidemiólogo (MP 11.700, Rosario, Santa Fe) y la doctora Carola Caro, médica generalista (MN 95.965).