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La verdadera historia del material nazi hallado en la Corte

Por Julio B. Mutti *

Todo sucedió durante los mismos meses del invierno de 1941, casi en simultáneo: La llegada de propaganda nazi con destino a la Embajada del Reich a bordo del buque japonés “Nan A Marú”, los allanamientos en las organizaciones nazis propiciados por una causa en la justicia ordinaria y la intercepción de un radiotransmisor de alta potencia que los funcionarios alemanes intentaron contrabandear desde Buenos Aires hacia Perú.
En los casos relacionados a la Embajada de la Alemania nazi intervino el juez Federal Jantus, ya que involucraba a una representación extranjera con la que Argentina mantenía relaciones normales. Sin embargo, la causa por las organizaciones nazis recayó en la justicia ordinaria.
Con tal acumulación de casos en tan pocas semanas, no resulta extraño, entonces, la gran confusión que se ha creado estos días sobre el origen y el contenido del material nazi hallado en un sótano de la Corte Suprema.
La descripción del contenido hecha en los medios fue bastante variada. Se habló de “propaganda” y “pasaportes y fichas de afiliación nazis”. Se dijo también que todo el material llegó al país en 1941 a bordo del mencionado barco japonés y permaneció olvidado por casi ocho décadas. Sin embargo, el origen del material, al menos el que se mostró en los medios, no es el informado.

La Prensa: 24 de julio de 1941. Se llevan las libretas de afiliación.

 


Tanto el origen como el contenido de las cajas han sido parcialmente mal interpretados por los responsables que intervinieron, al menos en su parte más importante: Las libretas de afiliación. Entre los documentos hallados no hay pasaportes, y las libretas de color rojo con la cruz esvástica en su portada y las marrones, más pequeñas, que se mostraron en todos los medios no llegaron a la Argentina a bordo del vapor japonés; en este buque solo llegó propaganda nazi ordinaria de variado contenido.

LA RECONSTRUCCION Y LAS PRUEBAS DE LA VERDADERA HISTORIA
El material de afiliación nazi, es decir las libretas rojas y marrones, pertenecía a dos organizaciones nazis que operaron en nuestro país antes y durante la Segunda Guerra Mundial.
Ante el avance del totalitarismo, en el año 1941, el Congreso de la Nación creó la llamada “Comisión Investigadora de las actividades Antiargentinas”, liderada por los diputados Damonte Taborda y Solari. Poco después de su creación, la Comisión llevó a la justicia una denuncia contra dos organizaciones nazis: Se registró como la Causa 12.139 en el Juzgado de Instrucción en lo Criminal N° 10, a cargo del juez Ramón F. Vásquez, con sede en el Palacio de Justicia de la capital, el mismo edificio donde se produjo el reciente hallazgo.

Una de las libretas del CABC se preservó en el archivo de la Cámara de Diputados.

 


En mayo de 1939, un decreto del presidente Roberto Ortiz había prohibido las actividades de organizaciones políticas extranjeras, entre ellas el NSDAP (partido nazi) y del gremio único nazi, el Frente Alemán del Trabajo. Sin embargo, casi el mismo día, los nazis decidieron eludir el decreto y crearon dos organizaciones paralelas que no eran otra cosa que la continuidad del partido y el gremio bajo otros nombres: “Circulo Alemán de Beneficencia y Cultura” y “Unión Alamana de Gremios”, respectivamente. Mantuvieron los mismos dirigentes, las mismas publicaciones, cuentas bancarias, sedes y los mismos métodos de intervención y adoctrinamiento dentro de la comunidad germano-parlante.
El juez Vásquez tomó cartas en el asunto rápidamente. El 23 de julio de 1941, la policía allanó en simultáneo la sede la Unión Alemana de Gremios, en Alsina 1250, primer piso, y las oficinas del Círculo Alemán de Beneficencia y Cultura, en 25 de mayo 145, el edificio del Banco Germánico. En este último funcionaba también la Embajada del Tercer Reich en los pisos superiores. Ambos edificios hoy se mantienen en pie y son testigos silenciosos de lo que ocurrió aquella agitada noche de invierno de 1941.
Se necesitó un camión de grandes dimensiones para poder transportar todas las libretas de afiliación, revistas, ficheros y registros contables que se secuestraron en ambos locales nazis. Una multitud de personas se agolpó en las calles, según se escribió, y fue testigo de la presencia del juez Vásquez y de los diputados Damonte Taborda y Solari, que abandonaron las sesiones del Congreso para presenciar el procedimiento.
La prensa escrita, que no ahorró en detalles, es una gran prueba del origen del material. Por ejemplo,el diario La Prensa, que siguió el tema durante semanas, dijo unos días después que: “La actividad de cada uno de los asociados a dichas entidades, las sumas de dinero que con carácter de subsidio por enfermedad u otros motivos recibían, así como diversas características encontradas en las libretas de tapa roja ostentando la cruz gamada es otro de los aspectos que abarca la investigación…”. Esta descripción es reveladora, ya que coincide a la perfección con el material que se halló en el Palacio de Justicia la semana pasada.
La causa por asociación ilícita avanzó en el juzgado de Vásquez y muchos dirigentes nazis importantes pasaron unas semanas en la cárcel: Arnold, Jahare, Korn, Wieland, Volberg, Ziegele, Frohlig, entre otros; un total de treinta y un dirigentes.
Estos nazis prominentes fueron defendidos en su mayoría por el doctor Justo Bergadá Mujica, el abogado de confianza de los nazis desde hacía tiempo, que pagó con dinero de la Embajada sumas muy importantes de dinero en concepto de fianza. Todos los domicilios de los dirigentes fueron allanados días más tarde, lo que proporcionó nuevo material incriminatorio.

Sobre el material de propaganda y el “Nan A Marú”: Diario La Prensa, 8 de agosto de 1941.

 


Wilhelm Wieland fue el último responsable del partido nazi en el país. Heirich Volberg ostentaba el cargo de responsable de la oficina económica de las Auslandorganisation, es decir del brazo exterior del partido nazi. Su función era hurgar entre los libros contables de las compañías germanas radicadas en Argentina y determinar el monto que estas debían destinar a la causa hitlerista.
En función de este trabajo se redactaban listas negras de empresarios alemanes “rebeldes” o poco comprometidos con la causa. También se presionaba a estas empresas a deshacerse de empleados judíos. Tiempo después fue expulsado del país por sus actividades.
Al año siguiente, en septiembre de 1942, un tribunal de apelaciones de la Cámara del Crimen revocó el fallo del doctor Vásquez y eximió de condena a los dirigentes nazis, debido a que todos los afiliados a la Unión Alemana de Gremios declararon que habían hecho los aportes de dinero de manera voluntaria.
Aunque el fallo del tribunal benefició a los dirigentes nazis, puso de relieve el desenfado con que los nazis actuaban en Argentina de manera contraria al decreto de mayo de 1939. Esto desencadenó que el Ministerio del Interior resolviera el 14 de septiembre de 1942 la disolución del Círculo Alemán de Beneficencia y Cultura. Sin embargo, los nazis siguieron reuniéndose, y el 9 de enero de 1943 el ministerio autorizó formalmente estas reuniones con “fines benéficos”. Poco después llegó el golpe de estado de junio de 1943, se disolvió la comisión investigadora del Congreso y los nazis obtuvieron “nuevas libertades” para sus fines. Pero esa ya fue otra historia.

BUSQUEDA DE EXPEDIENTES
Desde el año 2016 me dediqué a buscar el expediente que Vásquez y su secretario, el doctor Barberis, construyeron sobre las actividades de los nazis locales. El Juzgado de Instrucción 10 ya no existe en el Palacio de Justicia, pero visité a su “sucesor”: En el libro de la Mesa de Entradas aún había en 2016 un viejo libro de actas en que se podía constatar el ingreso de denuncia de la CIAA y el inicio de la causa.
Luego de recorrer innumerables dependencias del Poder Judicial comprendí que el expediente completo seguramente había sido incinerado hacía mucho tiempo. Pero nunca imaginé que parte del material probatorio estaba perdido en los confines y entresijos del Palacio de Justicia; y mucho menos que algún día iba a aparecer.

¿POR QUE LA CONFUSION?
¿Por qué existe la confusión con el material de propaganda llegado a bordo del “Nan A Marú” y cuál es la historia de ese material de propaganda?
Como dije, todo sucedió casi al mismo tiempo, y el material de propaganda nazi que llegó en el vapor japonés, que probablemente también está dentro de lo hallado en la Corte, fue una causa de menor importancia en comparación con los allanamientos y el transmisor de alta potencia.
Los archivos de la Comisión Investigadora y la prensa de época también permiten reconstruir esa historia. El barco japonés, todavía neutral, salió de Kobe el 29 de abril de 1941 y llegó a Buenos Aires el 20 de junio del mismo año, amarrando en la Dársena A, Sección 3. Llevaba en su bodega 83 bultos ordinarios, es decir que no eran valijas diplomáticas, de un peso de entre 6 y 9 kilogramos cada uno, con destino a la Embajada del Reich en Buenos Aires.
La dirección de correos y Telégrafos recogió los bultos y los llevó a la Oficina de Correspondencia Internacional, Balcarce 340, donde quedaron retenidos ante la advertencia de la comisión.
Seis días más tarde, los nazis presentaron una nota al Ministerio de Relaciones Exteriores que todavía se conserva en el archivo de la Cámara de Diputados: Alegaron que eran elementos de uso personal del embajador von Thermann. Mientras tanto, el Poder Ejecutivo dictó un decreto que limitaba la acción de propaganda de las embajadas extranjeras que no solo afectó a los nazis, sino también a los británicos.
Finalmente el Ministerio de Relaciones Exteriores autorizó la revisión de los bultos llegados en el Nan A Marú. Recién el 8 de agosto del mismo año, un funcionario de nombre Felipe Chiape, en representación del ministro Ruiz Guiñazú, dirigió la apertura ante dos representantes alemanes. Chiape pidió a los representantes de la Comisión del Parlamento, que también estaban presentes, que eligieran 5 bultos al azar.

Descripción del  material de propaganda del Nan A Marú: Diario La Prensa, 8 de agosto de 1941.

 


El primero en abrirse fue el paquete numerado “14.517”. Los cinco paquetes tenían idéntico contenido: “Exclusivamente material de propaganda: folletos, libros, escritos en idioma alemán, inglés y francés…”, según los parlamentarios dejaron trascender y de acuerdo a los publicado en el diario La Prensa.
Ninguna libreta de la UAG u otra organización apareció entre los bultos llegados en el “Nan A Marú”. Los nazis no eran tan estúpidos como para enviar material sensible por encomienda postal simple.
La propaganda nazi quedó en poder del Ministerio del Interior. Parte se encuentra en los archivos de la Cámara de Diputados. Posiblemente, otra parte esté junto a las libretas de afiliación que fueron halladas en la Corte Suprema y que fueron secuestradas por el juez Vásquez.

* Historiador y escritor.

(Fuentes: CIAA, Archivo Cámara de Diputados Hemeroteca del Congreso de la Nación: Ejemplares diario La Prensa julio y agosto de 1941)