Espectáculos
La Prensa entrevistó a Andrea Alvarez en la previa de su último show del año

“La música está en mi vida desde siempre”

Inconfundible, esa palabra es la que mejor define a Andrea Alvarez, una de las artistas más representativas del rock argentino, pionera entre las bateristas mujeres de Argentina, cantante y compositora cuya trayectoria ha dejado, y lo sigue haciendo, una huella indeleble tanto en la música local como internacional, es que, desde sus comienzos en la música hasta la actualidad, la carrera de Alvarez ha sido sinónimo de autenticidad, rebeldía y pasión por el arte.

CARRERA

La carrera de Andrea Alvarez abarca varias décadas y ha trabajado como sesionista con algunos de los músicos y bandas más importantes de la música local e internacional. Su carrera arrancó con Rouge, junto a Claudia Sinesi, María Gabriela Epumer y Ana Crotti, la primera banda de rock en la Argentina conformada íntegramente por mujeres y que fue el germen de lo que más tarde se llamó Viuda e Hijas de Roque Enroll. ​

Luego fue el turno de acompañar a leyendas del rock argentino como Soda Stereo, Charly García, Divididos, Attaque 77 y Los Rodríguez, entre otros, además de haber colaborado con artistas internacionales como Tito Puente, Celia Cruz y Draco Rosa.

Sin embargo, no fue hasta el año 2001 en el que arrancó su carrera solista con su disco debut homónimo. Desde entonces, ha lanzado varios álbumes que han sido aclamados por la crítica y el público, como “Dormis?” (2006), “Doble A” (2008) y “Y Lo Dejamos Venir” (2016). Este último fue nominado a los Latin Grammys como "Mejor Álbum de Rock". Su estilo único, que fusiona el rock con influencias de otros géneros, ha sido uno de los pilares de su carrera, consolidándola como una artista multifacética y siempre en busca de nuevos sonidos.

Por otro lado, Andrea Alvarez también ha sido reconocida como embajadora de la música femenina, participando como jurado en el prestigioso concurso internacional de bateristas mujeres “Hit Like A Girl”. En 2020, la Fundación Konex le otorgó el Premio Konex en el rubro "Mejor Artista Femenina de Rock de la Década", un galardón que refleja la trascendencia de su obra y su impacto en la música argentina.

LA CADENA DEL MAL

Actualmente está presentando su último trabajo, "La cadena del mal", el cual se ha transformado en su disco más ambicioso hasta la fecha. El mismo está compuesto por once canciones en las cuales plasma su visión del mundo y sus vivencias personales a través de una mezcla de power rock, crítica social y momentos de reflexión profunda. Las letras abordan temas como los abusos de poder, la muerte de los viejos referentes y la dificultad de aceptar los cambios en el mundo que conocemos. En el mismo, Alvarez está acompañada por Tomás Brugues (guitarra) y Lonnie Hillyer (bajo).

Previo a su última presentación del año, La Prensa pudo dialogar con Andrea Alvarez sobre sus inicios, sus influencias y la actualidad de la música en el país, además de "La cadena del mal", su más reciente placa

-¿Cómo comenzó en la música y qué la inspiró a tocar la batería?

-La música está en mi vida desde siempre. Desde ser escucha (mis padres le daban mucha importancia a comprar discos, escucharlos en familia, ir a shows etc.) desde mi ser parte porque a los 5 años me mandaron a una escuela de música para niños y después al conservatorio a estudiar clarinete y me di cuenta de que era mi mundo y era lo que yo entendía y desde mi ser fan. Soy fan de la música y la defiendo con las tripas porque creo en el poder de la música y en el respeto que hay que tenerle. La batería empieza más a los 14 años cuando me doy cuenta de que quiero ser parte de lo que me gusta ver y escuchar y en ese momento (los 70) me gustaba el rock, la música progresiva y ese tipo de movidas. Leía la “Pelo” y el “Expreso Imaginario” y me llevaban junto a mis amigos a ver shows. Como era época de dictadura mi papá nos venía a buscar y nos volvíamos en auto (de Capital a Burzaco). La batería no me acuerdo por qué me interesó. Hoy lo veo lógico por mi personalidad. Me gusta organizar, llevar, armar, sostener…pero no es eso lo que me representa solamente. Yo soy música canto, compongo, toque la batería o haga lo que haga. Es la persona la que es el instrumento principal. Haber conocido a la Familia Vitale y ser tan melomanía que me hice fan del grupo M.I.A, hizo que pudiera realizarlo ya que Lito Vitale fue mi primer maestro (luego fue Horacio Gianello) Esa familia, en épocas de dictadura, hizo que mis padres dieran el ok al camino que yo había querido tomar. Conocerlos les dio confianza. Eran épocas muy duras y era inédito que una chica quisiera ser música, baterista y dedicarse profesionalmente a eso.

-¿Cómo ha evolucionado su estilo de tocar a lo largo de los años?

-Siempre fui muy estudiosa del instrumento. No soy autodidacta y recién más grande pude estudiar y aprender cosas sola y hasta ahí. Necesito un maestro que me guíe y me inspire a practicar. Durante muchos años necesité demostrar que podía tocar la batería y practicaba mucho, daba clínicas etc. pero en un momento, cuando empecé a componer ya no me interesó más demostrar nada. Ahora ya me cuesta más practicar, doy muchas clases y cuando termina el día me cuesta escuchar más batería, así que casi no toco si no ensayo. Me da bronca a veces sentirme limitada técnicamente pero lo nivelo con mi experiencia y con una mejor manera de comunicar que tengo hoy que he llegado después de tantos años a tener una personalidad propia.

 -Usted tocó con grandes artistas y bandas nacionales e incluso internacionales, ¿hay alguna que le haya dejado una huella especial?

-Todas me han dejado huella. Buena, mala, lo que sea, he aprendido de todas y espero seguir aprendiendo. Si bien lo que yo soy como persona y música no tiene que ver con los artistas con los que he colaborado, seguramente llevo en mí el haber recorrido ese camino. Creo que la huella mayor la tiene la gente. La gente se engancha con Soda Stereo etc. o con quien le guste más de quienes he trabajado. Entonces una, después de tantos años y de tanta insistencia en hablar de eso ya es difícil separar. Huella han dejado pero soy una persona que vivo intensamente así que todo me deja huella.

-¿Qué fue lo que la llevó a dar el paso y comenzar una carrera como solista?

-Lo que me llevó a ser solista es la necesidad de decir algo desde la música. No era mi idea original (yo me formé para ser sesionista) pero en un momento, hace 25 años ya, necesité escuchar palabras que nadie decía y decidí hacerlo yo.

Desde ahí el estímulo que tengo para realizar todo lo que hago es la necesidad, Mi inspiración es la disconformidad y fui aprendiendo disco a disco a sacarme ese sentimiento de encima cada vez mejor. Mi carrera se divide en antes y después de componer. Ahí empecé a sentir y a vivir la música desde otro lugar.

Entendí muchas cosas de los artistas para los cuales había tocado y empecé a abrir una puerta que hasta ese momento no había necesitado abrir. Y tomé una postura en la vida activamente desde la palabra en la música.

-Se cierra este 2024 en el que lanzó “La cadena del mal” un álbum que según sus palabras  es su resistencia y homenaje personal al rock, y el cual está plagado de vivencias propias buenas y de las otras ¿cómo fue que surgió?

-El disco es como un grito desde el hartazgo ante este mundo en el que nos toca vivir. Lo empecé antes de la pandemia y lo terminé a fines del 2023. Sin presiones, sólo esperando que salga naturalmente. Y lo extraño es que todo lo que quería decir seguía estando ahí
Lamentablemente. El disco habla de los abusos desde el poder.

Habla de la muerte. De la violencia. De la gente que detesto. De las cosas que me hicieron y me hacen mal Cada disco habla de lo que me hacía mal en su momento

Este disco es más político desde lo social pero porque estoy más involucrada en lo cotidiano y en sobrevivir a todo lo que nos pasa.

-¿Cómo ve la escena musical actual? ¿Qué cambios o tendencias te llaman más la atención?

-Algunas cosas me gustan y otras me aburren. Hago fuerza para apoyar todo lo under porque creo que ahí está lo mejor Estamos sufriendo las consecuencias de haberle sacado muchísimo lugar al under , durante mucho tiempo no se lo apoyó y entonces  cuando se necesitan los recambios se inventa cualquier cosa para llenar espacios  y ahí aparece cualquier fantasma (muchas veces son gente con mente empresarial que toca instrumentos y sabe contactar a quienes tienen el poder) el tema es que paralelamente  está lo que muchísima gente hace y dice frente a menos gente( pero en conjunto somos muchísimos). Lo que se ve y se supone como “La música de hoy” a veces me resulta antigua.

Como si fuera un revisionismo de algo que ya pasó pero hecho por gente con menos onda.

Hay muchísima música ya hecha y si nadie pudiera hacer más nada igual no nos alcanzaría la vida para escuchar todo lo que se hizo. Lo que más me entusiasma es que los pibes y pibas quieran tocar, que compongan, me gusta que hagan rock porque uno tiene la necesidad de cuestionar cosas. No me atrae cuando me doy cuenta de que “la quieren pegar” o cuando me doy cuenta de que desde “Arriba” se arma que algo exista y le tenga que gustar “A todo el mundo” Pero bueno, nunca me gusto lo que le gusta a “ la mayoría de la gente”. Veo mucha necesidad de revivir un pasado sin importar lo que eso trae, el retorno de bandas o las bandas tributo, o sea flashear que se está viendo algo que ya no existe más. Eso no lo entiendo pero bueno. En general no entiendo el gusto de casi nadie.

-El 21 cierra el año en Strummer Bar, ¿ya tiene planeado algo para el 2025?

-No tengo planeado nada pero si tengo deseos, deseo poder tocar más seguido y mostrar este disco nuevo a la mayor gente posible. Deseo que los músicos independientes tengamos más posibilidades y espacios. Deseo que la brecha entre artistas con enormidad de recursos y los que no tenemos eso se achique y se pueda abrir el abanico de música para escuchar y ver. Desde que a más gente le guste lo mismo que me gusta a mí. Deseo que estemos en un país mejor. Deseo que la gente tenga más desarrollado el pensamiento crítico y el gusto propio porque en general la gente cree que le gusta algo porque se lo imponen desde arriba. Es como la moda: si vos hace dos años le decías a una chica que se ponga una Bermuda como la del Chavo del 8 seguramente te sacaba carpiendo y hoy todas están con eso puesto porque es moda. No saben si les gusta o no, pero saben que lo tienen que usar. Eso trasladado al arte es igual. Deseo que la gente pueda salir de eso y escuchar toda la música que los artistas componen fuera del sistema y así poder elegir realmente lo que más les gusta.

Andrea Alvarez despedirá el año en Strummer Bar, Godoy Cruz 1631, el próximo 21, una oportunidad en la que seguirá demostrando que el rock sigue vivo en su voz, su batería y su inconfundible energía en el escenario.