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Publicado por el Papa Francisco, el texto abordó el cambio climático como un problema moral de alcance global

La encíclica ‘Laudato Si’ cumple 10 años

Jueces, fiscales, académicos y representantes eclesiásticos se reunieron en la UCA para examinar el impacto del mensaje papal. Debatieron cómo conectar una visión integral de la ecología con los desafíos de la inteligencia artificial.


“La pandemia del COVID nos ha enseñado esta interdependencia, este compartir el planeta. Y ambas catástrofes globales, COVID y el clima, demuestran que no tenemos tiempo para esperar”, fueron las contundentes palabras póstumas del Papa Francisco registradas en un video emitido durante la jornada "A 10 años de Laudato si': de la ecología integral a la inteligencia artificial" que conmemoró el décimo aniversario de la influyente encíclica papal.

La bienvenida al encuentro, celebrado el pasado miércoles 21 de mayo en el auditorio San Agustín de la UCA, estuvo a cargo de los sacerdotes Gustavo Boquin, Vicerrector de Formación Integral, y el Lic. Rubén Revello, Director del Instituto de Bioética, ambos de la UCA.

Revello enfatizó que el Papa Francisco "logró escuchar y prestarle su voz a estos gritos de auxilio de la creación", y destacó la "magnífica recepción" que la encíclica tuvo entre gobiernos y organismos internacionales. Subrayó también que "no somos dueños y señores de la creación, sino sus administradores, y por lo tanto tenemos una responsabilidad moral respecto al destino final de la Tierra".

El encuentro estuvo organizado en dos paneles, ambos moderados por la periodista Paula Guardia Bourdin. Así, se inició con los temas de ecología integral, diálogo interreligioso y compromiso climático, explorando la continua relevancia y el mandato de Laudato si'. El panel contó con la participación de los cofundadores del Instituto de Diálogo Interreligioso (IDI), Omar Abboud, Guillermo Marcó y Daniel Goldman, junto con Nicole Becker de Jóvenes por el Clima.

Guillermo Marcó reflexionó sobre la capacidad de la encíclica para "transcender las fronteras de lo religioso" y abordar un problema global.
Marcó, quien trabajó de cerca con Jorge Bergoglio en Buenos Aires, se mostró sorprendido por la comprensión que tenía el Papa sobre la inteligencia artificial, a pesar de no ser un usuario de tecnología.

En otro punto de su disertación, el creador de la oficina de prensa del Arzobispado de Buenos Aires advirtió sobre la "epidemia de la soledad" en las sociedades desarrolladas, citando que "a veces los medios de comunicación impiden el contacto directo con la angustia, con el temblor, con la alegría del otro y la complejidad de su experiencia personal".

También subrayó que “El desafío que tenemos no es condenar la tecnología, sino integrarla desde una visión relacional. La soledad no se combate con más pantallas, sino con más humanidad. Volver al encuentro, redescubrir el valor de la presencia, de vernos a la naturaleza con espacio de comunión, puede ser un acto profundamente espiritual y al mismo tiempo, profundamente necesario”.

PERSPECTIVA INTEGRADA

Desde Brasil, el rabino Daniel Goldman, también cofundador del IDI, en un mensaje en video, relató una parábola que culmina con la Tierra declarando que "ella le pertenecía a su creador". Goldman planteó la necesidad de que "la curación de la Tierra se transforme en una de las metas humanas más importantes de los últimos tiempos".

En tanto, el rabino concluyó enfatizando que Laudato si’ debe incorporarse como una lección holística para todas las tradiciones en diálogo, integrándola en la reelaboración de teologías, símbolos y rituales, fomentando así la conciencia de esta crucial labor.

Por su parte, Omar Abboud, cofundador del IDI, destacó el impacto de Laudato si’ en el mundo islámico: “No es un documento más, es el primero que entra en perspectiva de diálogo”.

“En su perspectiva integrada, sostiene en uno de sus pasajes que la mayor parte de los habitantes del planeta se declaran creyentes y esto debería provocar un diálogo entre las religiones orientado al cuidado de la naturaleza, a la defensa de los pobres y a la construcción de redes de respeto y de fraternidad”, agregó el líder islámico.

También subrayó la importancia de la fraternidad y la "conversión cultural" que propone Francisco, diferenciándola de un simple "cambio cultural", ya que implica "poner en juego nuestra visión de la presencia".

Abboud concluyó que “En la medida en que entendemos que la idea del cuidado de la casa común pertenece al ámbito de nuestra trascendencia, quizás podamos generar el fenómeno de conversión que derive en una ética que mejore, a su vez, la perspectiva que tenemos de los años venideros”.

Finalmente, Nicole Becker, de Jóvenes por el Clima, enfatizó que Laudato si' es uno de los "principales legados que nos dejó el Papa Francisco" por su capacidad de "resignificar lo que entendemos por ecología", incorporando una perspectiva social.

La joven destacó que el cambio climático "no nos afecta a todos de la misma manera" y que desde Latinoamérica se sienten las consecuencias a pesar de no ser los mayores responsables.

“Otro aporte fundamental de Laudato si’ es el concepto de la cultura del descarte. Nunca nos preguntamos a dónde va todo ese plástico. Bueno, gran parte termina en los océanos o en basurales a cielo abierto, afectando a los barrios más vulnerables que suelen estar situados al lado de ellos", concluyó la Becker.

Rubén Revello, Director del Instituto de Bioética, destacó el trabajo del Papa Francisco donde los saberes se entrecruzan y las teorías se convierten en acciones concretas. 

DUALIDAD

El segundo panel abordó la dualidad de la inteligencia artificial como "amenaza u oportunidad para un futuro sostenible".
Tomás Balmaceda, periodista y doctor en Filosofía (UDESA-UBA), alertó sobre el "paradigma tecnocrático" que ve la naturaleza como una "reserva inagotable de recursos".

Sobre la Inteligencia artificial señaló que “Muchas personas la ven como un oráculo. Dan datos y esperan de ella que de decisiones ya tomadas. Pero no siempre nos damos cuenta qué es lo que deja fuera de esta lógica. Deja fuera la justicia, la compasión, la incertidumbre y la agilidad. Se nos prometió que más información nos iba a ser más eficientes, iba a ser que trabajásemos menos, que tuviésemos menos problemas. Pero, como también, recordó Francisco en su encíclica, la realidad siempre es superior a la idea, y no todo lo valioso se puede medir”.

En otro punto de su disertación subrayó que "cuando la técnica se emancipa de la ética, cuando se convierte la técnica en un fin en sí mismo, puede llevar a la desorientación, a deshumanización, al desastre”.

Luego cerró resaltando que “Esta nueva inteligencia, que es humana y que es artificial, tiene que estar al servicio de lo que realmente importa”.
La siguiente disertante fue Ana Clara Pérez Cotten, periodista y consultora, que mencionó que se cumplió un mes desde la muerte de Francisco. “En Laudato si’, hay un tratamiento muy interesante de la temporalidad. Por un lado, por la claridad argumental que tiene. Pero además tiene una mirada muy adelantada para su tiempo”, señaló sobre la encíclica.

Recordó la frase de Francisco en Laudato si' sobre que "Nadie pretende volver a la época de las cavernas, pero sí es indispensable aminorar la marcha para mirar la realidad de otra manera. Recoger los avances positivos y sostenibles y, a la vez, recuperar los valores y los grandes fines arrasados por un desenfreno megalómano”.

“¿Cómo aminorar la marcha?”, apuntó y respondió: “La consigna más urgente es renunciar a dominar para volver a cuidar, detenernos no para frenar el progreso, sino para preguntarnos qué futuro queremos en la casa que compartimos”.

DESIGUALDAD

El Pbro. Máximo Jurcinovic, director de la Oficina de Prensa de la Conferencia Episcopal Argentina, compartió una reveladora anécdota al relatar que durante una reunión les había consultado a los párrocos quiénes usaban la inteligencia artificial (IA) para armar sus homilías, a lo que cuatro de cinco dijeron que sí y tres de ellos no se atrevían a decirlo públicamente.

El sacerdote expresó "miedo" y "temor" cuando la IA le preguntó sobre las características sociales de la comunidad a la que predicaría. “La pregunta de si la IA será una aliada del desarrollo humano sostenible o una fuente de desigualdad nos la tenemos que hacer. Me parece que puede profundizar las brechas existentes”, concluyó ante un publico absortó en su mensaje.

Por su parte, el neurocientífico Mariano Sigman abordó el "costo energético y entrópico de la inteligencia" cuando se industrializa a través de la IA. Advirtió que "nunca hay costo cero" en el uso de la tecnología y que el planeta "se ensucia cada vez que nosotros le pedimos que produzca una idea que en realidad era completamente innecesaria".

“Tendríamos que pensar en una ecología del pensamiento”, resaltó el especialista.

Por último, Rebeca Hwang, docente de Emprendimiento Tecnológico en la Universidad de Stanford, habló desde San Francisco sobre la posibilidad de que cualquier actividad cognitiva del ser humano se pueda hacer a través de una máquina “a nivel similar o superior”.

También se refirió a los nuevos modelos de negocios a partir de la innovación tecnológica. Mencionó que empresas como Shopify ya no contratan humanos si la IA puede hacer el trabajo, lo que significa un "cambio en el punto de vista antropocéntrico” en donde el ser humano tenía “por derecho otorgado, divino, una sustentabilidad por sobre la máquina”.

También señaló que “lo que está sucediendo en este nuevo ecosistema, en las nuevas reglas de juego, es que tenemos una nueva generación de estudiantes que se están graduando ahora en esta nueva ola de innovación tecnológica con otro tipo de presión. Es decir, la presión de tener que validar su merecimiento de tener un lugar en la mesa, que antes estaba garantizada”.

Por otra parte, la docente subrayó que "cuando usamos la Chat GPT o la inteligencia de inteligencia, estamos usando 10 veces más la cantidad de energía que gastamos en una búsqueda en Google" y que esto tiene un costo ecológico.

Finalmente alertó sobre el "atrofio de capacidades cognitivas" en los usuarios. Aún en este contexto pesimista, la disertante manifestó que ve una oportunidad para crear "valores de aprecio a la contribución humana".

FOTOS: GENTILEZA UCA