La migraña va más allá de un dolor de cabeza. Es un trastorno neurológico complejo, que provoca un aumento de la reactividad de la corteza cerebral en ciertas zonas que procesan luz, sonido, tacto, entre otros. Ante situaciones que sobrepasan la capacidad de procesamiento, se desencadena un dolor de cabeza específico, muy intenso y acompañado de síntomas de molestias ante los estímulos lumínicos y sonoros, náuseas y vómitos.
Afecta a millones de personas en el mundo y, en la Argentina, aproximadamente el 9,5% de la población la sufre, lo que equivale a más de 4 millones de personas. Según datos internacionales, es la segunda causa de discapacidad a nivel mundial y la primera entre las mujeres jóvenes. A pesar de que el dolor es concreto e identificable, según un nuevo estudio argentino, en promedio lleva 11,4 años llegar al diagnóstico preciso y los pacientes deben visitar tres profesionales de la salud para lograrlo.
La migraña impacta significativamente en la productividad: trabajadores que deben ausentarse con frecuencia, reducción del rendimiento durante las crisis, dificultades para sostener rutinas y pérdida de oportunidades laborales. A escala macroeconómica, estos factores se traducen en miles de horas de trabajo perdidas.
“La migraña es un problema de salud pública que no debe seguir siendo invisibilizado. Cada paciente que no se encuentra adecuadamente diagnosticado y recibiendo el tratamiento que necesita impacta generando ausentismo, presentismo improductivo y costos indirectos para las familias y para la economía. Invertir en diagnóstico y tratamiento es también una decisión estratégica para el desarrollo económico”, afirmaron desde AMYCA, una organización sin fines de lucro que nuclea personas con migraña y otras cefaleas, sus familiares y los profesionales que acompañan a estas personas. Brindan apoyo a las personas que sufren estas condiciones a través de la concientización y sensibilización de la comunidad, la capacitación a profesionales de la salud y el acompañamiento y la contención a los pacientes.
En la Argentina, como en otros países, muchas personas conviven con la migraña durante años antes de obtener un diagnóstico adecuado. Factores como la falta de información, el limitado acceso a atención médica especializada y mitos sobre la enfermedad retrasan la consulta con el médico especialista.
En consecuencia, algunos pacientes recurren de manera reiterada a medicamentos para aliviar el dolor sin supervisión médica, lo que puede aumentar el riesgo de cefaleas por abuso de medicación y dificultar el control del cuadro.
“La ingesta desmedida de analgésicos -sin indicación ni seguimiento médico- y la postergación de la consulta empeoran la calidad de vida de quienes presentan migraña y perpetúan un círculo de ineficiencia en el sistema de salud. Cuando el dolor de cabeza aparece más de una vez por semana, consultar con un neurólogo es fundamental para acceder a un diagnóstico certero y a tratamientos efectivos que pueden mejorar notablemente el pronóstico”, destacó la doctora Fiorella Martín Bertuzzi, presidenta de AMYCA.
LLAMADO A LA ACCION
AMYCA subraya que la migraña debe dejar de ser vista como un problema “menor” o como un simple dolor de cabeza. Es una enfermedad crónica que genera un impacto multidimensional en la vida de las personas y en la economía del país.
“La invitación es a no naturalizar el dolor ni resignarse a convivir con él. Con un abordaje médico adecuado se puede estar mejor, trabajar mejor y vivir mejor. Desde AMYCA impulsamos un cambio de paradigma: poner a la salud de las personas con migraña en el centro de la agenda sanitaria y laboral”, subrayó María Agustina Hildt, secretaria de la Comisión Directiva de AMYCA.
AMYCA invita a las personas con migraña y otras cefaleas a vincularse con la asociación a través de sus redes sociales, con el objetivo de seguir fortaleciendo una red de pacientes, conocer de primera mano sus inquietudes y brindar un acompañamiento cada vez más adecuado.
“Trabajamos para darle visibilidad a una condición históricamente minimizada y para que quienes la padecen tengan un espacio de representación. Ese camino requiere la participación y cercanía de todos. Solo sumando esfuerzos podremos impulsar un verdadero cambio en la realidad de la migraña en nuestro país”, concluyeron desde AMYCA.
DIEZ CLAVES
Como dijimos, la migraña interfiere en la vida diaria, el trabajo y las relaciones personales de quienes la sufren. Y en ese sentido, la doctora Daniela Sosa, neuróloga de DIM Centros de Salud, compartió diez datos clave sobre esta condición, sus síntomas, factores desencadenantes y cuidados, que conviene tener en cuenta:
1. No es “un simple dolor de cabeza”
La migraña es una cefalea primaria episódica crónica. Sus síntomas pueden durar de 4 a 72 horas y son intensos. El dolor a menudo es unilateral, pulsátil, empeora con el ejercicio.
2. Los síntomas van más allá del dolor
Suelen incluir náuseas, visión borrosa, sensibilidad a la luz, al ruido y a los olores.
3. Puede aparecer desde la adolescencia
Si bien puede surgir a cualquier edad, es más frecuente entre los 35 y 45 años. Su frecuencia y gravedad pueden tener altibajos a lo largo de los años subsiguientes y un descenso habitual cumplidos los 50 años.
4. Afecta más a las mujeres
La migraña es dos veces más común en mujeres que en hombres, por la influencia de factores hormonales.
5. El aura es un aviso previo
En un 25% de los casos aparece un “aura” con síntomas visuales o sensitivos antes de las cefaleas, pero a veces después de ellas.
6. Tiene predisposición familiar
Los estudios muestran una predisposición familiar de la migraña.
7. Hay múltiples factores desencadenantes
Entre los principales se encuentran el consumo de vino tinto, el ayuno prolongado, los destellos luminosos o los olores intensos, los cambios bruscos de clima, la falta de sueño, el estrés y ciertos factores hormonales como la menstruación. Además, algunos alimentos específicos pueden actuar como disparadores, aunque varían de una persona a otra.
8. El diagnóstico es clínico
No existen estudios específicos; se realizan en base a la historia clínica y la evaluación médica.
9. Se puede tratar y prevenir
La elección del tratamiento dependerá de la frecuencia e intensidad de las crisis, la presencia de síntomas asociados y la discapacidad que provoque.
En general, se trata de un grupo de medidas encaminadas a evitar los factores desencadenantes conocidos: estrés, ansiedad y depresión, uso de anovulatorios, ciertos alimentos, factores ambientales, alteraciones del sueño, fármacos. Las crisis de migraña deben tratarse siempre y de forma rápida, eligiendo el fármaco que menos contraindicaciones tenga, según las características y comorbilidad del paciente, y la severidad de la crisis.
El tratamiento preventivo tiene como objetivo fundamental reducir la frecuencia, intensidad y duración de las crisis. Existen múltiples fármacos para tratar la migraña, el neurólogo decidirá cuál es el indicado para cada caso.
10. Los hábitos de vida son fundamentales
Dormir bien -8 horas diarias-, alimentarse de manera equilibrada - comer 5 veces al día-, hidratarse (2 litros de agua por día) y hacer ejercicio al menos 3 días a la semana, ayudan a disminuir los episodios.
La migraña es una condición que impacta en la calidad de vida, pero con diagnóstico, tratamiento adecuado y hábitos saludables, es posible controlarla.