Opinión
Default humanístico

Hoy, dos más dos deber ser igual a cinco

La realidad de la clínica contrasta con el relato ideológico que parece reinar. El consumo se ha banalizado, pero desde la ideología del “pensamiento correcto” drogarse es una señal de libertad; agregaría la libertad para asegurarse la esclavitud.
Para G. Orwell en su en su ensayo de 1941 “El león y el unicornio” nos enseña que la nueva idea totalitaria es que no existe la ley, solo existe el poder… “El poder deja de ser un medio para ser un fin en sí mismo”. Va surgiendo un ser humano vaciado de valores como lo marcara el escritor español Juan Manuel de Prada que describe a “un hombre gangrenado por un vacío horrendo”. Lentamente se fue banalizando el consumo de drogas debido a distintos hechos: A) Cambios culturales y sociales como la normalización en medios y redes sociales (cine, música, plataformas digitales) como una conducta rebelde que no genera consecuencias con aumento del consumo en menores con inmadurez psíquica y neurología clo cual garantiza a los vendedores la hipoteca del sistema cognitivoconductual-cerebral, adultos jóvenes.
B) Se derriba la diferencia entre uso y abuso; en donde el uso recreativo es vendido como inofensivo y no se tienen en cuenta el riesgo de la adicción, la dependencia y el daño, logrando esto que miles de consumidores lleguen a consulta después de más de 20 años de consumo con variadas internaciones de uno o dos días y con daños metabólicos y orgánicos evidentes(diabetes, hipertensión, fallas cognitivas entre otros hechos patológicos) varias sobredosis, quiebras económicas, deudas sin saldar, violencia familiar.
C) En la postmodernidad actual el concepto de lo peligroso se relativiza ya que el relativismo ha triunfado como concepción social, entonces vemos consumos intrafamiliares en donde la mesa familiar ha desaparecido y la “harina blanca” es hoy la cocaína.
D) Medicalización de la vida con el uso de tranquilizantes fuera de toda prescripción reduciendo todo sufrimiento o dolor psíquico a una salida química dejando de lado la dimensión psicológica, existencial y/o social; e: minimización de los riesgos y perdida de las políticas de prevención, detección precoz y de recursos asistenciales.
E) Otra forma más de consumismo que se basa en la lógica del goce inmediato y así las drogas son un objeto más de consumo como cualquier otro con un marketing que valora su uso cambiándose los contextos barriales en donde los ambientes están llenos de vendedores de sustancias, “casas aguantaderos” en donde viven varios adictos y unión del sexo y su venta con el uso de drogas; d: Industria del narcotráfico que genera un Suprapoder sobre los Estados.
F) Des-familiarizaciòn creciente en la postmodernidad con crisis de vínculos humanos y digitalización de la vida lo cual funda un vacío y carencia de sentido de la vida siendo el dolor como respuesta a esta dramática narcotizado. Cuando el consumo está naturalizado y se ha cancelado todo discurso preventivo, el consumo crece por contagio psicosocial (de par a par -entre compañeros de escuela, de barrio, etc.), explotándose las vulnerabilidades individuales o familiares que muchos tienen y aprovechando las múltiples bocas de venta que existen.

NEGAR LA REALIDAD
El pensamiento “políticamente correcto” se opone a expresar esta realidad mientras muchos vagan por las calles como ‘zoombies’ buscando una limosna para poder consumir porque la abstinencia los consume. Así recibimos a muchos pacientes. Las claves para comprender el imperio de la “corrección política” se pueden encontrar perfectamente en George Orwell en su maravillosa obra ‘1984’ que parece ser una pintura de lo actual. Nos muestra la tentación totalitaria que, como sombra, nos persigue y nos lleva a sustituir la realidad en aras de un relato ideológico en donde debemos pensar que “2 más dos es igual a cinco” sin inmutarnos.
Así, las drogas se banalizan en su uso y se niegan el daño a la salud individual y pública que generan, aunque los servicios de atención están repletos de pacientes y muchos de ellos basan sin atención ni prevención. La prevención primaria (desde los primeros años) y la detección precoz valen para todo menos para el consumo de drogas. Valen para el cáncer de mama, de próstata, la hipertensión, etc, pero hasta ahí. Uruguay había conquistado desde el punto de vista de lo “políticamente correcto” la Libertad en 2010 cuando autorizo la venta libre de marihuana en farmacias, clubs cannábicos con la emergencia muy fuerte de organizaciones ilegales que fabricaban la misma sustancia con mayor poder adictivo. El público iba ahí e incluso era más barata. Hoy sufre Uruguay una pandemia reflejada por el último informe de la ONU contra las drogas y el delito (2024). Este país lidera el consumo de marihuana en toda América y también de éxtasis y opioides y en segundo lugar en cocaína. La solución buscada logro abrir un mercado desde la marihuana hacia otras drogas con lo cual se comprueba un viejo axioma que decía que la marihuana era la puerta de entrada a otras drogas. El imperio de la corrección política y la cancelación se notan claramente desde el pensamiento de Orwell. De esto no se habla, salvo cuando exista un hecho trágico ligado al consumo: choques, violencias, muertes de personajes conocidos, etc. Así, parece ser en el tema drogas y alcohol. Incluso muchos periodistas autocensuran la prevención de las drogas. Se va instaurando la “mentira institucionalizada” al decir de Orwell.

MUNDO INVERTIDO
El totalitarismo del pensamiento genera un mundo invertido paralelo en donde el cambio del sentido común es clave como dice Gramsci (filósofo neo marxista). Mientras el gran G. Marcel dice que la sabiduría es solo “sentido común” en su obra ‘La decadencia de la sabiduría’. Del otro lado del mostrador nos insisten que la verdadera revolución es lograr cambiar en la mente del pueblo el sentido común.
Hay un imperio que del narcomenudeo en los barrios con mano de obra esclava que hacen fila para entrar a repartir lo que el negocio de la droga ofrece. Son los menores sueltos y abandonados de una sociedad des-familiarizada que produce en masa esclavos en busca de un amo que los domina y los dirige a falta de un padre o con una familia monoparental muy disfuncional. ¿Qué es un padre? ¿Qué es una madre? La mono-parentalidad está comprobado, es una vulnerabilidad muy importante cuando está vinculada a conflictos serios, intervenciones judiciales, violencia marital, etc.
La figura del padre luce ausente, desconocida, adicta, abandonador, rechazante; o sea una sociedad sin función paterna transmisora.

EL NARCO-MARKETING
Sobre esta estructura de desvalimiento y de intemperie afectiva e incluso alimenticia se monta un narcomarketing de banalización de los daños que sirve a la vez para zurcir daños y traumas, pero solo anestesiándolos por un breve tiempo mientras crece el resentimiento y se van así configurando personalidades antisociales y con daños cerebrales por el consumo precoz. Este narco-marketing tiene una financiación de un Estado supranacional productor de drogas en América Latina cada vez más fuerte que transforma a los Estados nacionales en meras marionetas.

MENTIRAS INSTITUCIONALIZADAS
Se va creando una “neo lengua” diría Orwell en donde la cancelación de muchas palabras es fundamental: daños causados por las drogas, prevención, política anti institucional asistencial, libertad para consumir que no lleva a la esclavitud, etc. Los grupos que salgan de esta neo lengua deben ser cancelados y son considerados disidentes. Surgirá la policía del lenguaje. No se podrá expresar las propias ideas porque esto lo lleva a la disidencia. La destrucción de la posibilidad de pensar está ahí. Nuevos textos se agregan a la pobre y deficitaria formación escolar porque habrá que “reescribir la historia”.
Surge un “Gran Hermano” ideológico que todo lo controla. ¿Para qué leer a los clásicos como Shakespeare, Cervantes? Adoctrinar es la clave. Las palabras familia, hijos, papel sagrado la niñez, el nacimiento tienen menos valor que la promoción de la baja de la natalidad por ejemplo o la hormonización de niños sin permiso parental como ya sucede en California y Canadá. etc. Surgirá así un sistema de corrección política que genera desde el “Gran Hermano” ideológico una vigilancia permanente. No importan los datos de la pandemia de consumo ni las consecuencias a la salud pública, ya que se crea la interiorización de la coacción ideológica con la institucionalización de la mentira y el imperio del pensamiento políticamente correcto.