En todo el mundo, dentro de los principales factores de riesgo para la salud se destacan las dietas inadecuadas y la falta de actividad física. Sin embargo, no existe un único plan de alimentación efectivo para todos: la clave es tomar en cuenta las características, necesidades y antecedentes de cada persona.
En este punto, la comunidad científica hace hincapié en la importancia de llevar a cabo una completa evaluación nutricional en todas las etapas de la vida.
Desde la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN), remarcan que "una alimentación saludable ayuda a proteger de la malnutrición en todas sus formas, así como de enfermedades no transmisibles, como la diabetes, las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares y algunos tipos de cáncer".
PERSONALIZADO
La composición exacta de una alimentación saludable, equilibrada y variada depende de las necesidades de cada individuo: edad, género, hábitos, ejercicio, estado de salud, contexto cultural, alimentos disponibles localmente y hábitos alimentarios.
Así, las Guías Alimentarias son una herramienta educativa basada en conocimientos científicos nutricionales y la composición de alimentos, que orienta a la población para una correcta selección y consumo de alimentos.
En el país, las Guías Alimentarias desarrolladas por el Ministerio de Salud brindan recomendaciones prácticas consensuadas por profesionales de la nutrición (más información en www.msal.gob.ar).
Por otra parte, la evaluación del estado nutricional de un individuo o población permite detectar alteraciones de la alimentación por deficiencia o exceso, y debe ser un componente del examen de rutina, aún de las personas sanas.
En los adultos, esta evaluación debería incluir:
* Historia clínica, datos socio-económicos, psicosociales y estilo de vida: ayudan a detectar posibles deficiencias/excesos y a conocer los factores que influyen en los hábitos alimentarios.
* Historia dietética: permite conocer el patrón de consumo de alimentos e identificar alteraciones en la alimentación antes de que aparezcan signos clínicos por deficiencia o exceso.
* Parámetros antropométricos y técnicas complementarias: permiten diagnosticar, evaluar y controlar la evolución de la composición corporal, evalúa el tamaño y la proporción entre talla y peso, masa muscular, tejido graso y estructura ósea.
* Datos bioquímicos: se utilizan diferentes pruebas de laboratorio que permiten cuantificar déficits o excesos de nutrientes así como del estado inmunitario, para la detección de alteraciones subclínicas.