Santiago del Estero - Las finales se sienten, se pelean. Por lo general no hay mucho espacio en los partidos como el que jugaron anoche Racing y Estudiantes. Para lo estético. Sin embargo, los dos equipos tuvieron el coraje de intentar siempre, desde el vamos. No se quedaron cómodos en le pelea y el empate en uno, en los noventa, estiró la noche. Al final, la moneda en los penales cayó del lado del Pincha… En La Plata siguen los festejos.
En ese intento de atreverse a jugar, Estudiantes estuvo un escalón arriba en el primer tiempo. Si brillar, claro. Sin ser una máquina ni mucho menos, lo fue llevando a Racing contra el arco de Facundo Cambeses, sobre todo a partir de las subidas a pura potencia de Cetré. Con el colombiano por la izquierda y con Guido Carillo al acecho por el medio, le alcanzó por tener las mejores chances.
La Academia lo disputó más fiel a su estilo. Juego frontal (antes le decían pelotazo), fuerza en el medio y atención en la defensa. Con esas conocidas armas decidió jugar una vez más Gustavo Costas.
Tras el descanso, la tónica fue la misma. Poco cambiaron las posturas. El Pincha parecía más incisivo, la Academia menos apurada. Como en los últimos tiempos, el equipo de Costas era todo corazón y poca sensibilidad. El susto llegó cuando promediaba la etapa y Cambeses debió ser atendido y vendado para poder continuar luego de un choque con Guido Carrillo.
Racing comenzó a tener más la pelota pero, rara vez, llegaba hasta el arco de Fernando Muslera. Y el partido fue cayendo en un pozo. Hasta que… apareció Adrián Martínez para hacer la Maravilla de la noche.
El gran goleador, seguramente el mejor del fútbol argentino, fue por un pelotazo, lo eludió a Muslera y se la picó de media vuelta. Go-la-zo. El 1-0 para la Academia llegó de la única manera que podía llegar. Con una jugada magistral de su as de espadas. Quedaban apenas diez minutos para el final. Parecía que nada iba a cambiar pero… Carrilo lo empató de cabeza en el descuento. Y fueron al alargue. Y después a los penales. Y finalmente, otra vez el Pincha gritó fuerte ( 5 a 4 desde los doce pasos) y se volvió a convertir en el amo del fútbol argentino como en 2023.
En la definición por penales, Facundo Cambeses y el uruguayo Fernando Muslera atajaron un disparo cada uno y, en el último, Franco Pardo estrelló su remate en el palo para la coronación del equipo platense, que no había logrado conquistas en este 2025.
Para Estudiantes, además del título, se consigue la clasificación a la próxima Copa Libertadores, mientras que Racing Club deberá disputar la Copa Sudamericana, dejando sin competencia internacional a un expectante Independiente que debía aguardar la coronación de su eterno rival para tener torneo continental en 2026.
Tras esta coronación, Estudiantes de La Plata se mantiene invicto en definiciones mano a mano con Racing Club porque en el único antecedente en el Torneo Metropolitano de 1967, el ‘León’ había ganado por 3-0, con goles de Eduardo Madero, Juan Ramón Verón y Felipe Ribaudo.
Con este triunfo, el Pincha elevó a once la cifra total de títulos conseguidos en el fútbol argentino, compuesta además por cuatro copas nacionales, a los que se suman también seis campeonatos internacionales.
El equipo dirigido por Eduardo Domínguez se consolidó además como el más ganador de los últimos dos años en el plano local, donde ya había conseguido la Copa Argentina 2023, la Copa de la Liga 2024 y el Trofeo de Campeones 2024.
Esta racha cortó además una sequía de trece años sin títulos para el conjunto de La Plata desde la obtención del Torneo Apertura 2010.
Fundado en 1905, Estudiantes logró su primera campeonato en 1913 y debió luego esperar más de 50 años para volver a alzar un trofeo, algo que consiguió en 1967 en el Torneo Metropolitano, con Osvaldo Zubeldía como entrenador y Juan Ramón Verón como una de sus figuras, y venciendo precisamente a Racing Club en la final por 3-0.
Aquel equipo protagonizó los años de gloria del club, con la obtención de la Copa Libertadores en 1968, 1969 y 1970, la Copa Interamericana en 1969 y la memorable Copa Intercontinental en 1968, tras derrotar al Manchester United de Bobby Charlton y George Best.
Luego vendrían el Metropolitano de 1982 y el Nacional de 1983, antes de comenzar otra sequía de más de 20 años que culminó con la obtención del Apertura 2006.
En 2009 llegó la última Copa Libertadores, en la que se coronó tras derrotar a Cruzeiro en la final, con Juan Sebastián Verón -hijo de Juan Ramón y actual presidente del club- como capitán y figura.
Meses después, tuvo contra las cuerdas al Barcelona de Pep Guardiola en la final del Mundial de Clubes pero terminó derrotado por 2-1 tras un tanto de Lionel Messi en la prórroga.