Arrancó una nueva audiencia en el juicio por el femicidio de Cecilia Strzyzowski con la declaración de Gloria Romero, la madre de la joven.
La mujer comenzó con su relato el viernes, pero se descompuso y debió ser interrumpido. Es por eso que su testimonio continuó este lunes con una desgarradora frase: “Ese hollín era mi hija”, expresó acerca de las pertenencias de Cecilia que tuvo que reconocer.
Sin embargo, mientras ayer testificaba otra vez, se quebró y los jueces debieron ir a un cuarto intermedio para que pueda recuperarse y continuar su relato.
Pero previo a ello, se mostraron los mensajes de mayo de 2023 que Gloria intercambió con la joven de 28 años. En esa conversación ella le contaba sobre el plan que tenía de mudarse a Ushuaia con César, cuánto iban a ganar, dónde iban a vivir y otros detalles.
La conversación continuó con normalidad, pero con los días se tornó extraña. En ese contexto, la mujer dio a entender que los chats que cruzaba con Cecilia eran “raros” y sospecha que, en realidad, César Sena era el que se hacía pasar por ella tras haberla asesinado.
Las dudas comenzaron luego de que Gloria le preguntara a su hija cómo iba su viaje. “Vagando. Ya estamos en el hotel, hermoso todo. Solo que se me cayó el celular al baño jeje”, fue la respuesta de la joven. Para la madre este mensaje resultó extraño. “No era la forma de sonreír de Cecilia”, sostuvo.
Por otro lado, cuestionó que durante esos días su hija no le había enviado fotos, algo que solía hacer habitualmente. “Me está andando mal el celular, por eso no mando”, fue la respuesta que recibió ante su duda.
Al día siguiente, la mujer le mandó una foto de una herida que tenía su perro. “Cuando vi la foto casi me desmayo”, le respondió su hija.
Esta secuencia le resultó extraña a Gloria debido a que Cecilia quería ser veterinaria y había presenciado operaciones. “No le causaba impresión”, expresó.
Luego de que se pudieran ver estos mensajes durante la audiencia, Gloria le aclaró al Tribunal que para ese momento ya sabía que quien escribía era César.
Durante el proceso también se alcanzaron a ver chats en los que la chica le decía a su madre que odiaba a los piqueteros. “La obligaban a portar la remera del Che Guevara, a limitar el uso de sus redes y encima a ir a las ollas populares”, declaró. “César le dijo que tenía que dar la imagen de una persona pobre”, completó.
En esta nueva audiencia, la estrategia de la defensa de los acusados se centró en el pedido de nulidad: ellos sostienen que el fiscal del caso visitó a Romero en el hotel en el que se aloja y aseguran que lo hizo para preparar su testimonio.
El tribunal permitió que las cámaras de los distintos medios que cubren el proceso judicial ingresen antes de que comience la audiencia. En ese contexto, mientras los medios capturaban imágenes dentro de la sala, Emerenciano y César Sena se taparon las caras.
Fue en ese contexto cuando, al enfocar hacia los acusados del crimen, padre e hijo se cubrieron con barbijos y hasta con hojas que tenían a mano.
Esta situación ya se viene repitiendo en las distintas audiencias a las que los medios pudieron ingresar, especialmente con Emerenciano Sena, quien hasta llegó a darle la espalda a las cámaras para evitar ser capturado.
A diferencia de ellos, y a varios metros de distancia, quien no se cubre la cara es Marcela Acuña, la madre de César, quien mantiene una actitud serena ante la situación.
Los tres atraviesan el juicio separados, en distintas bancas, y con distintos abogados.
LA ABUELA
Mientras avanza el juicio, Mercedes, la abuela de la joven, habló con la prensa y dio detalles escalofriantes sobre cómo fue la convivencia con uno de los acusados: “Cuando César Sena tomaba, contaba cómo hacían desaparecer a la gente”, dijo. Consultada acerca de cómo lleva adelante el juicio, expresó: “Con mucho estrés y teniendo temor porque la impunidad no se va del todo”. De igual manera, pidió que se haga Justicia: “Espero que los jurados tengan una mano en el corazón e impidan que haya más Cecilias”.
Sobre el vínculo con su nieta, la mujer la recordó con mucho cariño y habló acerca de cómo vive su ausencia: “Ella vivía en mi casa, conmigo. A la siesta, cuando me acuesto, viene toda la imagen de ella, no puedo superarlo porque era mi compañerita”, insistió con lágrimas en los ojos.
Mercedes también habló de su relación con César Sena y dijo que si bien “parecía la pareja perfecta”, la situación cambiaba cuando el sospechoso consumía alcohol. “Cuando tomaba un poquito, contaba cómo hacían desaparecer gente. Nosotros pensábamos que decía eso para impresionarnos, pero era cierto”, señaló. Sobre el final, la mujer manifestó su deseo acerca del resultado del proceso judicial: “La cuidamos como un bebé hasta los 25 años, cuando empezó a salir sola. Ahora quiero que se pudran en la cárcel”, concluyó.