Espectáculos

Elina Garanča, deslumbrante en el Colón

La gran mezzo letona regresó al país con un repertorio diverso y en la cumbre de su madurez artística.


Recital de Elina Garanča, acompañada al piano por Malcolm Martineau. Con obras de Brahms, Berlioz, Cilea. Gounod, Saint-Saens. Duparc, Debussy, Mascagni, Jazeps Vitols, Ruperto Chapí, Victor Herber, Gardel-Lepera y otros. El lunes 20 en el Teatro Colón.


 

Formando parte de su exitoso ciclo AURA, que el nuevo equipo directivo del teatro ha preparado con un lucido programa para este año, el Colón presentó el retorno a Buenos Aires de la prestigiosa mezzosoprano letona Elina Garanča, nacida en Riga en 1976, que ya nos visitara hace seis años acompañada en aquella oportunidad por la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires. Esto sucedía un miércoles de junio de 2019 y ya su crecimiento artístico estaba en una evolución ascendente. Unos años después, quien esto escribe recuerda una actuación brillante en el Met neoyorquino.

Pero ahora, en este retorno, donde la materia natural de un cantante virtuoso va ascendiendo y ganando teatro, públicos y firmas discográficas, llega a una madurez artística de excepción, donde su privilegiado registro de mezzosoprano, de bello y homogéneo timbre, la impecable cobertura de notas de sus interpretaciones, el color mismo y la solvencia de su fiato se agigantan al punto de ser una celebridad de nuestra época lírica, dejaron esa mayor impresión.


VENERACION

A sala repleta la recibió el Colón, con entusiasmo y casi se diría, veneración. En interpretaciones de los lieder de Brahms que lo iniciaron, pasando con una soberbia ‘D’amour, l’ardente flamme’ de ‘La damnation de Faust’, de Berlioz, que le escuchamos en el Metropolitan neoyorquino, y composiciones del repertorio francés -admirables- de Gounod (‘La reina de Saba’), Saint-Saens (aria de ‘Dalila’), Henri Duparc (discípulo de Cesar Frank), del que canto varios temas, y hasta lo hispánico, con ejemplos de las zarzuelas de Ruperto Chapì ‘El barquillero’ y ‘Las hijas del zebedeo’.

Toda esa notable variedad, sin descuidar su homenaje al músico leton Jazeps Vitols en su canción ‘En sueños distantes’, y del lituano Jazeps Medins, hasta el británico-estadounidense Victor Herbert en Art is Calling for Me, de la opereta ‘The Enchantress’, de 1911.

Entre tanto, y no menos lucido, el gran pianista escoces de 65 años Malcolm Martineau, fue su acompañante ideal para este concierto tocando a su vez dos solos de piano, la ‘Canción de cuna’ del ya citado leton Jazeps Vitols, y ‘Claro de luna’, de Debussy.

Por supuesto que los aplausos reclamaron agregados y, naturalmente, Elina Garanča se prestó con generosidad al tiempo que recibía varios ramos de flores. Cantó entonces la subyugante ‘Habanera’ de ‘Carmen’, de Georges Bizet; ‘Música proibita’, de Stanislao Gastardon, y ‘O mio babbino caro’, del ‘Gianni Schichi’ de Puiccini. Y como también se presumía un homenaje a lo nuestro, cerró entonando en un español que habla con bastante naturalidad (porque tiene fijada en España, en Mérida, su residencia familiar) ‘Mi Buenos Aires querido’, el clásico de Gardel. En síntesis: Una jornada lírica inolvidable.

Calificación: Excelente