Inspirada en el universo literario de Jorge Luis Borges, la artista portuguesa Ana Aragao presenta una serie de dibujos que exploran arquitecturas imposibles, laberintos infinitos e ilustraciones que juegan en el límite entre la ficción y la realidad, en una muestra que acaba de inaugurarse en el Museo Benito Quinquela Martín.
La exposición Laberintos, bibliotecas y otras bifurcaciones, que se exhibe en la Sala Sívori del museo, invita a sumergirse en esos mundos intrincados donde “hay bibliotecas que parecen santuarios intelectuales”.
Aragao vino especialmente al país para la apertura de la muestra, que contó con la presencia del embajador de Portugal, Gonçalo Teles Gomes. En un diálogo con La Prensa, la artista contó que es la primera vez que visita nuestro país y que su plan era quedarse unos días para conocer un poco más la ciudad de Buenos Aires que, según confesó, la "ha seducido desde lejos durante tanto tiempo".
Tras mencionar su fascinación por los autores argentinos y también por el tango y los cantantes, agrega: “Me llegan al alma".
"Estoy perdidamente enamorada”, confiesa. “De los patios, de los colores del Museo Benito Quinquela Martín, de la gente, de la amabilidad, de las calles, de la forma en que se pronuncian las palabras".
Según relata, la obra de Borges la descubrió hace más de veinte años y quedó "absolutamente cautivada".
"El libro Ficciones, que casi me sé de memoria, es mi única y practicada religión", expresa. "He ido coleccionando todo lo que encuentro sobre Borges, entrevistas, conferencias..., pero me faltaba venir a Buenos Aires, me faltaba respirar este aire”.
“Lo que me fascina de la obra de Borges -prosigue- es la idea de la bifurcación temporal, de la universalidad, de la multicursalidad, del laberinto de la vida".
"Es conmovedor, y me ofrece cierto consuelo, imaginar que, en otros futuros, somos otros, somos otra versión de nosotros mismos, somos las otras versiones de nosotros que nos gustaría haber sido, pero también las versiones que no querríamos haber sido o las versiones que no podríamos haber sido. Necesito esa apertura al infinito como un creyente necesita su religión", continúa.
Al respecto, indica que "el título de la exposición era sólo un pretexto para hablar de lo que la obra de Borges me evoca: la universalidad. La esperanza de que haya algo más grande que nosotros, la idea de la poesía, la noción de lo indecible, del asombro, del espanto, de la santa incompletitud".
"Todos mis dibujos, desde siempre, tratan sobre Borges", asegura. "Digamos que estos son 'unos más'”, comenta. Y para completar la idea, añade: “Partimos de lugares que ya no existen y llegamos a lugares que aún no existen, o viceversa".
INTERPELAR EL VACIO
La exposición de sus trabajos en el Museo Benito Quinquela Martín despliega dibujos y frases suspendidas que tienen por objeto “interpelar el vacío interior del visitante".
"Idealmente, la exposición es una narrativa no lineal. Entramos en un universo lleno de información, de posibilidades, con dibujos muy detallados, muy intensos. Al salir, vaciamos la mente leyendo frases de Borges, que espero que se queden con el visitante que se sienta tan conmovido por ellas como me conmueven a mí", confía.
Pero enseguida añade que lo más importante de este proyecto fue lo que quedó por hacer. “Y es inmenso. Lo aseguro", apostilla.
En esta exposición se presentan 17 obras suyas de gran tamaño, de entre 112 y 75 centímetros, aunque una de ellas, "Babel", es aún más grande.
Todos los dibujos fueron realizados específicamente para esta muestra, y corresponden a los últimos dos años de trabajo de la artista.
"Sólo lamento no haber hecho más", confiesa. "Soy megalómana, como se puede ver en mis dibujos: quiero meter el mundo entero en una hoja de papel".
En cuanto a la técnica que utiliza, explica que "todos los dibujos fueron creados a mano con bolígrafo Bic sobre papel japonés, aunque la mitad de ellos son frases escritas".
"Considero que las letras, las palabras, son la base del dibujo. Para quien no sabe leer, las palabras son tan abstractas como un dibujo. Dibujar letras es tan bonito como dibujar 'muñecos'. La base del dibujo es universal, es el punto y la línea. Todo parte de ahí", señala.
MIRADA CUBISTA
En las fotografías que comparte en sus redes sociales se la ve a Aragao dibujando acostada sobre el suelo. Al respecto, explica: "Trabajo con las hojas en el suelo, tumbada sobre ellas. Creo que es importante entender un dibujo, que evidentemente es bidimensional, con una mirada cubista. Rodear el dibujo, contornearlo, explorarlo no sólo con la imaginación sino también con el cuerpo".
"Dibujar es algo muy visceral y muy físico, pero también, aunque aparentemente contradictorio, la cosa mental por excelencia", resalta.
Sobre cómo trabaja sus creaciones, cuenta que tiene inicialmente "una composición general en su cabeza, algo muy esbozado", y luego, desde allí, parte "hacia el dibujo final".
"Los detalles y la atmósfera de los dibujos surgen a medida que los voy haciendo, no son predecibles. Hay un momento en el que se invierten los papeles. Dejo de mandar en los dibujos y ellos pasan a mandar en mí", aclara.
En una de las obras la ciudad parece inmensa, imponente, frente a la figura humana. Al preguntársele cuál es el motivo de ese contraste, o el mensaje que desea expresar con ello, responde que "la figura humana es poco frecuente en su obra, "aunque siempre está presente en los escenarios que contemplamos".
"Mis ciudades siempre han estado habitadas, sólo que no sabemos por quién, ni cómo, ni por qué se han ido sus habitantes. Si volverán o no. Ni yo lo sé”, aclara.
“Esta colección tiene una figura humana, pequeña, alejada de la ciudad, bajo un foco, que es consciente de su pequeñez, al igual que nosotros, pero no puede hacer nada al respecto. Exactamente como nosotros, en nuestras vidas. Quizás el arte nos salve, no estoy segura", duda.
LA ARTISTA
Ana Aragão (Oporto, 1984) es arquitecta de formación, graduada en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Oporto, y se ha destacado por la creación de obras centradas en el imaginario urbano y la arquitectura en papel, a través de un enfoque que cruza ciudad, espacio y lenguaje.
Ha participado en importantes exposiciones internacionales, como en la Bienal de Venecia 2021 y el Pabellón de Portugal en la Expo Osaka, Japón, entre otras muestras individuales y colectivas en Portugal, Reino Unido, China y otros países.
Sus obras forman parte de colecciones de instituciones como el Centro Cultural de Belém, el Museu do Oriente y la Sociedade Nacional de Belas Artes, siendo reconocida por su enfoque innovador en la relación entre ciudad, espacio y lenguaje.
La muestra podrá visitarse hasta el 12 de octubre en las salas del museo Benito Quinquela Martín, situado en la avenida Don Pedro de Mendoza 1835, del barrio porteño de La Boca, de martes a domingos de 11.15 a 18 horas.