Si hubiera muchos Fernán Quirós, la Argentina sería un mejor país. La frase fue enunciada por primera vez en 2021 por una doctora eminente cuando el ministro de Salud porteño recibió el Premio Hipócrates. Ayer fue repetida frente a un ilustre público. En la incorporación formal de Quirós a la Academia Nacional de Medicina (ANM) como académico de número.
La informática médica ya tiene su sitial (el número treinta seis) en una de las instituciones señeras más prestigiosas de la Argentina(la ANM fue fundada el 9 de abril de 1822 por Bernardino Rivadavia). Fernán González Bernaldo de Quirós ocupará el sillón Abel Ayerza, el primer nombre propio argentino que ha sido introducido en la historia de la medicina mundial (Enfermedad de Ayerza).
El acto de incorporación se realizó ayer desde las siete de la tarde en la magnífica aula magna de la ANM, sobre la avenida Las Heras. La cúpula del PRO acompañó al buen doctor. En el escenario estuvieron Mauricio Macri (se retiró antes) y el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Macri. En las butacas, sonreían María Eugenia Vidal y Silvia Lospennato, junto a ministros porteños, legisladores, el decano de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Buenos Aires (Luis Brusco), referentes sociales, educadores, médicos, amigos y familiares del homenajeado. El auditorio, pues, colmado. También participó de la ceremonia el director del Grupo La Capital, Florencio Aldrey.
Después de la entonación del Himno Nacional hizo uso de la palabra el doctor Miguel Luis Podestá, director de la Academia Nacional de Medicina. Destacó que Quirós fue electo por unanimidad para recibir la más alta distinción de la entidad. Desgranó cualidades personales del ministro: dinamismo, capacidad de innovación, trato afable, compromiso y liderazgo. Y explicó que la informática médica es la primera de las nuevas disciplinas que se irán incorporando.
El discurso de presentación estuvo a cargo de un colega y amigo, el académico Eduardo De Santibañes.
Hizo una pormenorizada descripción de la vida y obra de Quirós, de su familia, e incluso de su afición por los deportes.
El nuevo académico creció en La Lucila, en el seno de una familia de diez hermanos, padres inmigrantes vinculados a la salud pública. Se recibió como médico en la Universidad de Buenos Aires en 1987 con diploma de honor. La fisiología fue su primer amor. Realizó una carrera extraordinaria en el Hospital Italiano al que contribuyó, como nadie, a modernizar, incorporando justamente la informatización. Fue un pionero en esta área. Si entendemos a la inteligencia como la capacidad para resolver problemas nuevos, Quirós es un profesional extremadamente inteligente. Tiene 35 libros publicados, 114 trabajos en revistas médicas y recibió doce premios internacionales. Fue mentor de decenas de doctores y docente aquí y en el exterior.
Ese impresionante desarrollo profesional -como el mismo Quirós destacara minutos después- se cimentó sobre una hermosa familia. La esposa Silvana Figar (también doctora) y los tres hijos: Sebastián (29 años), Joaquín (21) y Candela (17).
Naturalmente, el doctor De Santibañes reconoció la gestión sanitaria de Quirós desde 2019 cuando llegó al gobierno porteño. A él le tocó lidiar (y liderar) con la peor pandemia que sufrió el mundo en cien años.
Finalmente, el discurso de Fernán Quirós. Muy emocionado, hilvanó una serie de agradecimientos. Recordó a sus maestros, destacó la capacidad de adaptación de la ANM ante las nuevas tecnologías, resumió la historia de la informática médica y subrayó una característica de su personalidad que le ha sido crucial en su carrera en la actividad privada y pública: la curiosidad intelectual.
Una prolongada ovación seguida de una larga cola para saludar a Quirós fue el final de la sesión pública extraordinaria en la Academia Nacional de Medicina.