Quien vaya a ver ‘La máquina’ pensando que es una historia que emula al recordado y exitoso filme de Mi-ckey Rourke ‘El luchador’, estará equivocado. Y no es por una asociación libre sino porque algo del marketing y la venta del mismo nos lleva hacia esa orilla. Actores consagrados fuera de su lugar de confort, el derrotero de atletas que supieron ser celebridades y hoy están en decadencia y un tráiler que camufla en todo momento a ese imponente Dwayne Johnson y muestra un ser hu-mano venido a menos, en el ocaso de su carrera y re-cordando su gloria terminada. Pero no. Aquí el drama no es un océano profundo que nos ahoga sino un char-co que se sortea con poco esfuerzo. Sin embargo, no es un filme que decepciona sino que va por otro carril.
Inspirado en la vida de Mark Kerr, una leyenda de las artes marciales mixtas y campeón de UFC de media-dos de los años ‘90, la cinta cuenta el aspecto personal de un hombre que en el ring se mostraba implacable y en su vida personal daba todo tipo de concesiones. Y cómo esa dualidad moldeó su personalidad al punto de darle humanidad a un trabajo que se basaba en reducir a cenizas la furia de su contrincante. Así lo muestra la primera escena y así será cada uno de los conflictos que el director Benny Safdie elige como bisagras narra-tivas.
DE COLECCION
‘La máquina’ podría haber sido una película clase B, que diera pie a un Blockbuster de Hollywood con mejo-res actores. Y algo de esa trayectoria se cumplió, so-lamente que a la inversa, ya que el disparador fue un documental de HBO en 2002, dirigido por John Hyams y titulado de igual forma, ‘The Smashing Machine’, que dio lugar a esta pieza de colección. La clave son sus dos protagonistas, la probada Emily Blunt, que cada día se muestra más consagrada en Hollywood, y Dwayne Johnson, que cuelga en el perchero su traje de estrella y deja que hagan con él lo que el filme necesite. Claro que a su personaje le pone recursos actorales que na-die sospechaba que tenía, como cuando apaga sus ojos para mostrarse consumido por los analgésicos. A sus más de tres horas de caracterización, que por mo-mentos fluctúan en diversos rostros -aunque no hace a la cuestión-, el tono que le imprime al personaje es me-ritorio y le valió que todo el auditorio del Festival de Ve-necia, donde se presentó el filme, lo aplaudiera de pie como si fuera Robert de Niro o Daniel Day-Lewis.
Filmado con diversas técnicas que van del falso docu-mental biográfico, imágenes de archivo y película tradi-cional, ‘La máquina’ fluye por la agilidad de su guion y porque el espectador entrenado va reconstruyendo, equivocadamente, una historia que nunca llega pero que igual entretiene. Y no está mal esa trampa, porque si el filme vendiera la historia de Mark Kerr, un luchador que lidia con su adicción a los calmantes, a nadie le in-teresaría.
‘La máquina’ no es la consagración interpretativa de Dwayne Johnson pero sí un indicio de que es algo más que un actor de acción que puede salvar al mundo solo con un cuchillo. A su vez, es la certeza de un director como Benny Safdie, que tiene muy claro cómo contar una historia de manera efectiva y la grata presencia de Emily Blunt, quien llena la pantalla con diversos perso-najes, como en este caso, una novia tóxica que todo el tiempo intenta romper la paz existencial de su amado.
Calificación: Buena