Sugerencias del Chef

El alma de las “Blue Zones”embotellada en Buenos Aires

El 9 de agosto de 2004, un grupo de investigadores trazó un círculo azul sobre una zona montañosa de Cerdeña, Italia, sin imaginar que ese gesto daría origen a un concepto revolucionario: las Blue Zones. Así comenzó una historia que, dos décadas después, sigue inspirando a millones de personas en todo el mundo a replantear su forma de vivir.
Las Blue Zones no son destinos turísticos comunes. Son cinco regiones -Cerdeña (Italia), Okinawa (Japón), Icaria (Grecia), Loma Linda (EE.UU.) y Nicoya (Costa Rica)- donde sus habitantes no sólo alcanzan edades avanzadas, sino que lo hacen con notable calidad de vida.
La clave no radica en tratamientos sofisticados ni en rutinas de alto rendimiento, sino en algo mucho más accesible: caminar, compartir con amigos, alimentarse de forma natural, descansar bien y vivir con propósito.

VELADA ESPECIAL
En el marco del aniversario del descubrimiento de las Blue Zones, Spirito Blu, el gin inspirado en la isla de Cerdeña, celebró su filosofía en una velada especial en esta Ciudad. Bajo una atmósfera que invitaba a desconectar del ritmo urbano, la experiencia combinó tapeo mediterráneo, música, cócteles y una premisa sencilla pero poderosa: redescubrir el placer de lo simple.
La estrella de la noche fue el gin tonic preparado con Spirito Blu, un gin de estilo London Dry que condensa en cada trago el alma del Mediterráneo. Su fórmula única mezcla el clásico enebro italiano con la sa pompia, un cítrico autóctono de Cerdeña que aporta un perfil aromático, fresco y levemente amargo. “Cada copa es un viaje sensorial a la isla”, comentó el bartender y embajador de la marca, Juan Luciani, quien encabezó la velada.
Pero Spirito Blu va más allá del espíritu de la buena vida. También apuesta por el crecimiento local con una inversión significativa: 600 millones de pesos destinados a la construcción del mayor alambique de cobre del continente, ubicado en la destilería de Fratelli Branca en Tortuguitas, en la provincia de Buenos Aires. Esta celda especializada permitirá producir hasta un millón de botellas al año, abasteciendo el mercado argentino y abriendo caminos hacia la exportación.
El evento no fue sólo un lanzamiento de producto, sino una experiencia pensada para conectar con los principios que hacen únicas a las Blue Zones: autenticidad, conexión humana, naturaleza y propósito. Con cada brindis se celebró la posibilidad de vivir más y mejor, sin fórmulas mágicas, sino con atención plena a los pequeños detalles cotidianos.
Los pueblos de Barbagia y Ogliastra, en la isla de Cerdeña, fueron los primeros en mostrarle al mundo que la longevidad y el bienestar no son exclusivos de pocos, sino fruto de una vida sencilla, activa y conectada. Spirito Blu retoma ese legado y lo transforma en una propuesta tangible para quienes buscan una pausa consciente en medio de la vorágine urbana.
En el mes del descubrimiento de las Blue Zones, vivir bien fue el verdadero protagonista. Y en Buenos Aires, gracias a Spirito Blu, se brindó por una vida con más calma, más sabor y más sentido.