Espectáculos

Dos auténticas damas de la actuación

Nora Cárpena y María Valenzuela se reencuentran en ‘Viuda e hijas’, comedia que protagonizan en el Multitabarís. Consagradas en la televisión y el teatro, e idolatradas por el público, se animan a jugar con Sofía Gala Castiglione, María Fernanda Callejón y Gonzalo Urtizberea, dirigidos por Héctor Díaz.

La calle Corrientes atraviesa un momento histórico. El abanico de opciones de la cartelera teatral porteña es realmente apabullante y no para de incorporar nombres emblemáticos.

En ese tren, el pasado miércoles se estrenó ‘Viuda e hijas’, una comedia de Alfonso Paso Junior (hijo del recordado dramaturgo español homónimo), con María Valenzuela, Nora Cárpena, Sofía Gala Castiglione, María Fernanda Callejón y Gonzalo Urtizberea como protagonistas, bajo las órdenes de Héctor Díaz.

En la trama, Cárpena encarna a una excantante lírica que se presenta junto a sus dos hijas (Gala y Callejón) en el estudio de una abogada (Valenzuela) para escuchar las últimas voluntades de su difunto esposo (Urtizberea).

La puesta que se presenta de miércoles a domingos en el Multitabarís significa el reencuentro de Cárpena y Valenzuela sobre las tablas luego de compartir aquel éxito televisivo de 1993 ‘Sin pecado concebidas’. Ambas charlaron animadamente con La Prensa.

 

GRAN REENCUENTRO

Para Mariquita Valenzuela no es un estreno más: meses atrás pasó por una internación psiquiátrica a raíz de un grave cuadro de depresión. Sumado a eso, se encuentra en plena batalla judicial con Rodolfo Ranni, a quien acusó de maltrato en el proceso de ensayos de la obra ‘La noche de la basura’.

Afortunadamente para María, en ‘Viuda…’ el clima laboral es diametralmente opuesto a eso: “Nora es muy buena compañera y eso es muy importante”, a lo que sumó sobre el director: “No lo conocía a Héctor (Díaz), lo había visto actuando y me pareció muy gracioso, pero no lo conocía como director. Es un tipo muy cálido, muy contenedor; bueno, es actor, no sólo es director. El se pone en nuestro lugar y puede comprender, contener y tiene una visión muy clara de lo que quiere”.

“Mi personaje es una abogada que maneja la herencia del difunto, pero lo hace de una manera rara. Ella tiene la autoestima baja, le cuesta relacionarse con las personas. Es un bicho raro que tiene que lidiar con una madre y dos hijas, y también se lleva muchas sorpresas que se van revelando sobre la marcha. Eso lo tiene que descubrir el público”, adelantó Valenzuela.

La exprotagonista de ‘Campeones’ sufrió un cimbronazo emocional en 2012 con la muerte de su exmarido, el periodista Juan Carlos Pichuqui Mendizábal. Antes, en 2003, la hija de ambos, Malena, sufrió un ACV que por poco le cuesta la vida. Según María, el público conoce su historia de resiliencia y valora mucho más esta vuelta al ruedo: “La gente me ama, me llegan miles de mensajes y estoy muy agradecida porque quiere decir que hice bien las cosas para que la gente me quiera de esta manera. Además, me conocen desde los siete años y acabo de cumplir 69. No me imaginé que a esta edad iba a seguir trabajando, pensé que iba a parar en algún momento pero no se puede”.

 

ASUNTO FAMILIAR

Para Nora Cárpena, en tanto, podría decirse que la comedia es un asunto familiar dado que su hija Nazarena Nachi Bredeston es una de las productoras, junto a Tomás Rottemberg y Juan Manuel Caballé. “Cuando me convocaron todavía no estaba armado el elenco, sólo estaban María (Valenzuela) y el director. Leí el guion y me acuerdo que pensé que era una obra difícil”, relató la actriz, refiriéndose a que el personaje de Urtizberea pese a estar muerto tiene interacción en la trama.

El elenco completo de ‘Viuda e hijas’, junto al director Héctor Díaz (atrás, en el centro).

Para la exfigura de ‘Brujas’, la pieza también significa su primer trabajo con Sofía Gala: “Yo la veía correteando por los camarines. Para mí pasar de eso a que ahora haga de mi hija es algo increíble. Es como si fuese una continuidad de Moria (Casán, su madre), yo la vi crecer”.

“También es mi primer trabajo con María Fernanda (Callejón) y con Héctor (Díaz). A él ya lo había visto como director y como actor, y me había gustado mucho. Nos ha aportado un montón de tips y consejos para los personajes y para plasmar esa relación entre la madre y las hijas y con ese papá que no está, que es el personaje de Gonzalo, pero que es un poco el pivot de la comedia. El deja la herencia para unirlas”, adelantó Cárpena, quien en más de cuarenta años de carrera hizo sólo cinco películas. “Tal vez no tenga una cara cinematográfica”, ironizó entre risas.

 

MUSA DE MIGRE

“Yo me considero una artista de teatro y televisión, pero también me gusta mucho la radio por eso hago radioteatro con Victor Agú. El tiene los derechos de toda la obra de Alberto Migré y estamos haciendo unos radioteatros hermosos para la provincia de Buenos Aires, con público en la sala”, remarcó.

La mención a Migré sirvió como puente para hablar de su paso por la inolvidable ‘Rolando Rivas, taxista’ (1972). En un recurso totalmente de avanzada para la época, la novela protagonizada por Soledad Silveyra y Claudio García Satur tuvo una segunda temporada de la cual Nora fue protagonista: “Migré me había llamado primero a mí para ser la figura de ‘Rolando Rivas...’ pero yo estaba con mucho trabajo. Después, cuando vi el éxito que tuvo me quería matar. Cuando me llama para hacer la segunda le pregunté cómo iba a hacer con un personaje como el de Mónica Helguera Paz (Silveyra), al que la gente amaba. Yo pensaba que el público me iba a odiar. Le dije que la única manera era que el personaje de Solita muriera. Y él me dijo que no porque eso iba a llevar al recuerdo. ‘Yo necesito que la odien’, me respondió Alberto. Entonces se resolvió que estemos las dos en el programa”.

“Yo era una madre soltera que había tenido un hijo con un guerrillero que se llamaba ‘El Ñato’ Córdoba, inspirado en ‘El Che’ Guevara. Ella había estado prisionera en las selvas de Bolivia y se escapa del grupo guerrillero para salvar a su hijo. Sólo Migré podía pensar esas cosas. Entonces, para no criar a su hijo en la selva se viene a vivir a una pensión de barrio, enfrente de la casa de Rolando (García Satur) y él empieza su relación primero con el nene. De hecho, creo que la primera escena que tengo de conversación con Rolando es en el tercer o cuarto capítulo porque su relación es primero con el nene”, rememoró Nora, que a sus jóvenes ochenta se mantiene con una vitalidad envidiable.