El Hugo Mujica fue galardonado el martes pasado con el Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe, uno de los más prestigiosos de este género, por su obra Las hojas, la brisa, y la luz danza las sombras, en la XXXVIII edición.
Según el jurado, presidido por el exdirector de la Real Academia Española de la lengua Víctor García de la Concha, Las hojas, la brisa, y la luz danza las sombras, de Hugo Mujica, propone "una experiencia lírica de absoluta pureza que se integra en lo que podría definirse como una meditación contemplativa".
"Los poemas invitan a la reflexión y a una espiritualidad de orden no dogmático, tendiendo puentes entre las concepciones oriental y occidental, entre la intuición poética y la racionalidad existencial", explicó Raquel Lanseros, una de las componentes del jurado, en el que también estuvo, entre otras personas, la nicaragüense Gioconda Belli.
"Con una gran pureza verbal y una musicalidad tenue que invita a la calma interior -precisa Lanseros-, cada texto es figura visual y composición sonora, ofreciendo nuevas perspectivas en cada relectura".
Es, en palabras del jurado, "una obra filosófica y meditativa, alejada de lo banal y de lo ornamental, que descansa sobre la coherencia de la atención plena y de la sabiduría".
EL SILENCIO
Hugo Mujica (Buenos Aires, 1942) es poeta, ensayista, narrador y sacerdote.
Está considerado el poeta del silencio. Después de vivir la cultura y la contracultura en Nueva York, donde fue artista plástico, se pasó al lado del silencio y estuvo siete años practicando la meditación sin pronunciar palabra en el monasterio trapense de Getsemaní, en Estados Unidos.
Es autor de numerosos libros de poesía como Brasa blanca, Para albergar una ausencia o Cuando todo calla (Premio Casa de América en 2013). Su poesía completa está encerrada en Del crear y lo creado.
Estudioso de la obra de Heidegger, publicó varios ensayos sobre el filósofo alemán, como La palabra inicial y Señas hacia lo abierto.
El fallo del Premio Loewe de Poesía incluyó también el Premio a la Creación Joven, que recayó en Leonor Pataki, por su libro Una madeja de estambre.
El Premio Loewe está dotado con 30.000 euros y la publicación del libro en la editorial Visor, mientras que el Premio a la Creación Joven conlleva 12.000 euros y la publicación del volumen también en Visor.
A esta convocatoria se presentaron 3.150 participantes de 45 países. El 53 por ciento procedió de Hispanoamérica, con Argentina, México y Colombia, en este orden, como los países con mayor índice de participación.