“El sostén del gobierno está en Estados Unidos y nada más que en Estados Unidos”, la afirmación fue escuchada en los pasillos de la Casa Rosada en los momentos más turbulentos de la semana pasada. Cuando el dólar volaba, las acciones caían y los bonos se desplomaban se llegó al punto de especular con la no finalización del gobierno de Javier Milei.
Sí, hasta ese punto se había avanzado. Otra vez, como aquella premonitoria frase de Cristina Kirchner en 2014, cuando dijo: “si me pasa algo, no miren al oriente, miren al norte”. Pues bien, hay que mirar al norte otra vez para entender el por qué de este fuerte apoyo del gobierno de los Estados Unidos al de Javier Milei con impacto en varios frentes.
Por lógica, en lo económico y financiero y también en la política. Pero además, la contundencia de lo manifestado por Donald Trump y su Ministro de Economía Scott Bessent, que busca despejar dudas sobre la viabilidad del rumbo económico -esa será otra discusión- también sirvió para reforzar la idea a la ex Jefe de Estado desde su prisión domiciliaria y que fue un error haber desdoblado la elección bonaerense.
OXIGENO RECUPERADO
Otra vez la moneda está en el aire. El gobierno nacional recuperó oxígeno en una pelea que lo tenía contra las cuerdas al igual que un boxeador que se va quedando sin aire y le empiezan a entrar todos los golpes. La campana sonó justo y apareció el contundente apoyo de Estados Unidos.
El clima se modificó. Ahora, de allí a pensar que ese oxígeno también tendrá un impacto positivo en la elección del 26 de octubre es ingresar, por ahora, en terreno resbaladizo. Proyectar la influencia de Washington sobre el conurbano no es una tarea sencilla. Probablemente, lo único certero que pueda tener influencia en esas barriadas es que al no desbocarse el tipo de cambio no haya una carrera loca de aumento de precios.
La temperatura del precio del dólar es un termómetro muy certero del clima social del momento, aunque por estas horas las “cuevas” del conurbano no registran el movimiento que tenían en otros momentos parecidos.
“NO HAY PLATA”
Una simple razón lo explica: no hay plata. El consumo asoma deprimido y siendo el dólar un precio más de la economía como le gusta explicar a Javier Milei, su demanda en los circuitos informales es escasa.
De allí que proyectar la influencia de Estados Unidos en dar vuelta la elección requiere de un camino más largo. De todas maneras, el gobierno demostró reacción y juego político en el terreno donde se hace la verdadera política, la internacional. Ya lo decía el propio Perón, paradojas del destino.
Para el economista Diego Giacomini, ex socio de Milei y hoy uno de sus principales críticos, el acuerdo con el Tesoro de EEUU "tiene el mismo objeto que el que tuvo el acuerdo con el FMI, es decir, bajar el dólar y la brecha y mantenerlo asi por un tiempo. Y despejar el horizonte de financiamiento por un poco más de 1 año”. En otras palabras “patear la pelota hacia adelante”. Nada demasiado sorpresivo en la historia de Argentina.
INTERNA PERONISTA
La reacción que está mostrando La Libertad Avanza de la mano del sostén norteamericano desempolvó una interna no acallada en las filas del peronismo. Mientras el gobernador Axel Kicillof construye su propio perfil apalancado por el triunfo en las elecciones provinciales del 7 de septiembre, Cristina Kirchner cree que su teoría sobre la inconveniencia de haber desdoblado la elección va a quedar demostrada.
En definitiva, con las PASO suspendidas, el comicio bonaerense actuó de manera similar. Aunque hayan servido para confirmar la nueva legislatura bonaerense, también han sido útiles para quienes han perdido poder ir a la búsqueda de cambiar, corregir y hasta modificar la expectativa del resultado. La elección bonaerense terminó de despertar al "gigante del mundo" en su claro respaldo a la Argentina.
En la cercanía de Cristina Kirchner aducen que haber llevado todo a octubre hubiera logrado evidenciar una derrota muy contundente del gobierno de Javier Milei que no le hubiera permitido recuperarse, tan sólo porque no tenía la chance electoral cercana de hacerlo.
En cualquiera de los casos, eso forma parte de una puja que sigue vigente puertas adentro del peronismo porque, dependiendo del resultado de octubre, la lista que encabeza Jorge Taiana será la de Cristina o la de Kicillof. Una a favor de quienes sostienen las bondades de la determinación del gobernador Axel Kicillof es que no hay ninguna forma que las razones más profundas que llevaron a la Libertad Avanza a perder -si se trata de actividad económica- vaya a cambiar demasiado. La apuesta es a la reacción de quienes no fueron a votar y temen, aún descontentos con Milei, el posible regreso del kirchnerismo. La muestra acelerada de sus intenciones para acortar los tiempos constitucionales no suelen jugar a favor, al contrario.
Según Diego Giacomini: “La microeconomía no puede funcionar con este dólar y tirará el tipo de cambio para arriba” y sostiene algo que resulta interesante de auscultar: “Más deuda es difícil de vender electoralmente. Si a Milei le va mal el 26 de octubre, la realidad se llevará puesto esto. Y el acuerdo podría quedar en “veremos” y sujeto a la gobernabilidad. EEUU no le va a regalar dinero a un perdedor que se le hace imposible hacer nada de las reformas que tiene por hacer” y por último dice: “La ciudadanía argentina no compra más como positivo blindaje, deuda, salvataje, FMI y menos, EE.UU.”.
EL MEGACANJE DE DE LA RUA
Hay un punto en eso a discutir: Un porcentaje muy significativo de los votantes de estos tiempos saben del blindaje o el megacanje en los tiempos de Fernando De La Rúa sólo por los libros de historia. No tienen el registro de su vivencia real, lo que no deja de ser un dato menor. La comunicación del gobierno americano hecho por el Secretario del Tesoro deja algunos puntos inquietantes.
Por ejemplo cuando dice que hay muchas empresas que están dispuestas a invertir en Argentina luego de un resultado positivo en las próximas elecciones. Por momentos, tanto Trump que habló de reelección como Scott Bessent ubicaron esta elección legislativa como una definición ejecutiva. Es difícil creer que se trate de falta de información. Como dicen en el mundo de los economistas, “hay que prestar atención a quienes operan con bonos, porque suelen poseer más información y ser más sofisticados”. El Ministro de Economía americano viene de ese sector.
ALINEACION Y COYUNTURA
Para entender esta situación excepcional que se ha dado desde Estados Unidos, vale la pena concatenar una serie de elementos que podrían resumirse en alineación y coyuntura. A fines del mes de agosto, sucedió algo en ese contexto. Se trató de la llegada de Alvin Hosley, jefe del Comando Sur de Estados Unidos. La visita del enviado norteamericano a Sudamérica condensó un movimiento más profundo que una visita protocolar.
En momentos donde Estados Unidos ha desplegado su flota en el Mar Caribe para presionar al régimen de Nicolás Maduro y la creciente influencia de China en la región, ninguna de estas acciones pasan desapercibidas por el radar de las autoridades de defensa, seguridad e inteligencia de Argentina.
Especialistas consultados sostienen que la presencia del Alvin Hosley en América del Sur “marcó el momento en que el tablero internacional dejó de ser una constelación difusa de polos para inclinarse hacia una nueva bipolaridad. Es una competencia que se juega en planos como el comercio, pero sobre todo en la tecnología”. En otras palabras, la acción militar o la persuasión a través del despliegue militar obedece a la puja por el control de los recursos vinculados al desarrollo tecnológico, la verdadera pelea de fondo entre Estados Unidos y China.
El trasfondo inmediato es el de las tierras raras, convertidas en el insumo geopolítico del siglo XXI. Pekín monopoliza la refinación global y Washington intenta revertir esa dependencia con aranceles, acuerdos y relanzamiento industrial. La presencia militar en la región funciona como un recordatorio de que, en esa pulseada, Sudamérica no puede quedar como retaguardia de nadie.
El viaje de Hosley busca blindar a los socios frente a inversiones chinas en minería, infraestructura y recursos estratégicos. En Sudamérica se ingresa ahora en esa misma lógica. Seguridad, defensa y ciberinteligencia pasan a ser concebidas como engranajes de un esquema mayor que es la protección de los minerales críticos, el litio y las cadenas de innovación que garantizan autonomía frente a Pekín.
La Argentina es uno de esos países que Washington ha incluido en su lista de amigos. Pero claro, requiere de gestos recíprocos. Pues se están viendo. Más expuestos que nunca. ¿Alcanzarán para disciplinar al rebelde conurbano?