Cultura

Cuentos de mujeres que buscan su propio lugar

Las versiones que fuiste­

Por Gabriela Ram­

Editorial Hormigas Negras. 150 páginas­

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POR ALEJANDRO PIGMAN­

Esa ciudad que se avergüenza de llamarse pueblo y cuenta los natalicios minuto a minuto para ver cuándo pasa de categoría. Esa ciudad, vieja y adolescente a la vez, es el lugar donde vive la joven protagonista del primer relato de Las versiones que fuiste de Gabriela Ram. A esa chica -y a los lectores- les esperan sorpresas. Y madurez, porque al llegar a “Polvo” -y aunque no haya lazos explícitos entre uno y otro personaje-, la chica ya creció mucho, y tal vez recuerde con distancia ese pasado. La ciudad/pueblo, sin embargo, sigue en su adolescencia eterna.­

Hay muchos cruces posibles como éste entre los quince relatos que conforman el libro, en general todos con una voz femenina muy joven y muy fuerte, intensa. Así escribe Ram, autora que viene con un muy interesante background como actriz y directora de teatro, y que en éste, su primer texto publicado, pone sobre la mesa un material sólido y entrañable a la vez.­

Es que hay mucho de padres, abuelos, madres. De mandatos y de rebeldías. De encontrar la propia voz y el propio lugar en el mundo. Los relatos son completamente personales, con descripciones que dicen mucho y generan un vértigo que escapan a la cuestión biográfica. El lector se interna en terrenos donde surge lo inesperado, los lugares sorprendentes –“Cuchillos clavados en la tierra” es un ejemplo al respecto-.­

Las versiones que fuiste es también un libro de frases; sus personajes están muy bien dibujados por ellas: “La costumbre, eso es lo que mata, la humedad sólo colabora”, dice la vecina mirona de “Bitácora de la mujer vieja”.­

Hay una pobre chica disfrazada en un muñeco de chancha, una mujer a quien le cuesta mucho decir que no, y una niña que se mete en la filmación de una telenovela. Pero también un hombre, sí, uno de los más sólidos relatos está contado por un hombre. Se trata de “Esta noche nunca pasó”, donde nos adentrarnos en las corruptelas de una empresa en un relato bien seco, al pie. Hacia el final, aparece “Los vicios de los muertos”, un cuentazo que chispea fuego y emoción genuina. ­

Empezó muy bien Gabriela Ram con Las versiones que fuiste. Seguramente habrá nuevas historias suyas en el futuro. Las esperamos con ansias.­