Cuando La Gloria era de Instituto y de Dertycia

El fútbol se juega en una inmensa cancha en la que todo es posible. Triunfos sorprendentes, derrotas inesperadas, empates agónicos, goles maravillosos, goles insólitos… Sí, todo puede pasar cuando la pelota comienza a hacer de las suyas. Un ejemplo perfecto de esa situación se dio en la década del ´80, cuando Instituto disfrutó de varios éxitos sobre River. El equipo cordobés, seguramente en su etapa más destacada en Primera División, había comenzado a acostumbrarse a celebrar contra el conjunto millonario. Una de sus victorias más importantes fue en la temporada 1986/87, cuando se impuso 4-1 con tres goles de uno de sus máximos referentes, Oscar Dertycia. Curiosamente, fue el último triunfo cordobés en el historial entre ambos elencos. Pero más allá de esa cuestión, en La Docta aún recuerdan esos días en los que La Gloria era de Instituto.

El 16 de noviembre de 1980 la porción albirroja de la provincia de Córdoba se sacudió cuando los goles de Juan José Meza y Raúl de la Cruz Chaparro hicieron posible el 2-1 sobre River (descontó Daniel Passarella). Un año después, el 17 de mayo de 1981, Instituto ganó 5-2 nada más y nada menos que en el Monumental con tres tantos de Rodolfo Rodríguez y dos de Chaparro (Pedro González y Passarella marcaron para el perdedor). La Gloria estaba de fiesta en esos días, porque después llegó el 3-0 en el Chateau Carreras (hoy denominado Mario Alberto Kempes, quien curiosamente marcó para Instituto el primer tanto en el duelo que abrió la historia entre ambos en 1973) y un 3-2 en Núñez en 1982, otro 3-0 como locales en el ´83 y un 3-2 en el estadio millonario con dos conquistas de Dertycia en la temporada 1986/87. Sí, eran épocas de esplendor para los de La Docta.

La revancha de ese último enfrentamiento se dio el 8 de marzo de 1987. Instituto marchaba a cinco puntos del líder del certamen, San Lorenzo. En cambio, River transitaba los últimos días del ciclo triunfal a las órdenes de Héctor Rodolfo Veira que había pagado la histórica deuda de la Copa Libertadores y había alcanzado también para conseguir la Intercontinental contra el Steaua Bucarest rumano en Japón. Merodeaba la mitad de la tabla. Deseaba el final de ese pálido torneo.

Estuvieron frente a frente por 31ª fecha. Faltaban ocho para el cierre del campeonato. Los 90 minutos reflejaron a la perfección el momento de uno y otro equipo. Instituto, de excelente campaña, tomó la iniciativa. Los del Bambino jugaron decididamente mal. Los locales, dirigidos técnicamente por Juan Carlos Montes, se llevaron a su rival por delante con el liderazgo de Enrique Nieto desde el fondo, el buen trabajo de Ernesto Corti en el medio y la peligrosidad de Dertyicia en la ofensiva, apoyado por los desbordes de Osvaldo Márquez y Enrique Omar Sánchez.

El dominio del dueño de casa se trasladó al resultado cuando Derytcia, adelantándose al cierre del Tapón Jorge Gordillo, empujó al fondo del arco de Nery Pumpido un centro de Márquez. En ese tiempo, el atacante mostraba una abundante cabellera, en contraste con la alopecia que muestra hoy en día por el stress que le causó una grave lesión al chocar con Diego Maradona y la enfermedad que afrontaba su esposa.

Apenas seis minutos más tarde el dueño de casa aumentó con una media vuelta desde fuera del área de Enrique Omar Sánchez, un puntero con pasado en Independiente. Los millonarios amagaron con una reacción 60 segundos después, cuando el uruguayo Antonio Alzamendi descontó con un golazo al ángulo del arco de Ramón Benito Alvarez. Pero el envión de los visitantes se redujo apenas a esa acción.

Antes del epílogo del primer tiempo, Dertycia estableció el 3-1 con un espectacular remate de larga distancia. Estaba claro que la superioridad de Instituto era absoluta. River seguía mostrando un nivel muy bajo y, aunque con el ingreso de Claudio Morresi por Pedro Troglio mejoró bastante, no le alcanzó para modificar el trámite de un partido totalmente desfavorable.

Los cordobeses se dieron el gusto de volver a festejar cuando se produjo el tercer tanto del inspirado atacante que por esos días integraba la Selección argentina a las órdenes de Carlos Salvador Bilardo. Dertycia volvió a someter a Pumpido luego de recibir otro preciso pase de Márquez.

Así, por más que nadie en ese instante sabía que se estaba dando el último triunfo cordobés en el historial, los cordobeses estaban felices. Porque La Gloria era de Instituto y de Dertycia, su despiadado goleador.