-¿Fue Crucis la primera banda argentina de rock progresivo?
-En ese momento había varios grupos que incursionaban dentro de lo que hoy se conoce como rock sinfónico en países como Holanda, Alemania y Gran Bretaña, básicamente, y a nosotros nos tocó ser los primeros acá. El rock sinfónico era como un egregor que había en el mundo musical, estábamos haciendo un tipo de música diferente, que era ni más ni menos que una fusión del rock y música clásica.
-¿Que bandas fueron las que los influenciaron?
-Emerson Lake & Palmer, Génesis, Yes, Pink Floyd, Focus, que era holandesa, y un grupo italiano que se llamaba Premiata Forneria Marconi. Esas fueron, básicamente, las más importantes, además de las pioneras.
-¿Qué fue, según usted, lo que hizo que Crucis adquiera en un tiempo relativamente corto tanta popularidad?
-Realmente no lo sé. No puedo señalar algo en particular, pero por algún motivo Crucis se convirtió en algo muy popular. Algo que para nosotros mismos era muy raro. Era muy llamativo, por ejemplo, que el rock sinfónico llenara un Luna Park.
-Estamos hablando de los años 1974, ‘75, ‘76, y en esa época no existía Internet ni mucho menos las redes sociales, y tampoco hacían publicidad. ¿Cómo se promocionaban?
-Ahora que usted lo menciona, es cierto. No hacíamos publicidad, no teníamos la manera ni los medios. Todo fue de boca en boca. El fenómeno del boca en boca tiene una magia y una fuerza que no se consigue con otro tipo de publicidad, y nosotros tuvimos esa única manera de promocionarnos, que es muy difícil de vencer. De hecho, antes de pegar el gran salto, digamos, estuvimos dos años tocando en clubes de barrio, colegios, hasta que de a poco se fue generando un following, como se dice ahora, y en cada presentación veíamos que de a poco íbamos teniendo más público.
-¿Cuando fue ese salto? -Sin dudas, cuando tocamos en el Teatro Astral con un lleno total.
EL FAN CHARLY
-En el show del Astral los descubre nada menos que Charly García y los empieza a producir.
-Sí, fue algo muy loco. Charly estaba con su productor, Jorge Alvarez, y una amiga, Ada Moreno. Iban caminando por la avenida Corrientes yendo a un restaurante, y cuando pasaron por la puerta del Astral a Alvarez le llamaron mucho la atención las fotos de los afiches que estaban en la puerta del teatro, que eran muy llamativas.
Entonces entraron, vieron el recital y a los dos les gustó mucho. Tal es así que cuando finalizó el show nos vinieron a ver a los camarines. Y ahí Alvarez, si bien tenía su propio sello discográfico, Talent, que era una subsidiaria de Microfón, nos presenta en RCA para grabar nuestro primer LP.
-¿Por qué Alvarez los lleva a RCA y no los hace grabar en su discográfica?
-Porqué para grabar de forma profesional necesitábamos el equipo acorde, cosa que no teníamos, entonces le pedimos un adelanto precisamente para equiparnos y Talent no tenía los recursos, que en esa época eran carísimos. Entonces nos lleva a RCA y ahí sí nos dieron un adelanto a la firma del contrato y pudimos equiparnos. Ahí ya comenzó, podríamos decir, nuestra era como profesionales.
-¿Por qué con todo el potencial que tenían y estando en pleno auge y crecimiento la banda se disuelve con tan solo haber grabado dos discos?
-Estábamos a finales de 1977 y ya llevábamos tres años de mucho movimiento, de mucho trabajo, de no parar una semana. Resultó todo muy vertiginoso. Además, nos tocó la época de la dictadura en pleno, y la verdad que eso nos afectó mucho. Por ejemplo, hacer las giras era un calvario, cada cien kilómetros nos paraban (lo hacíamos en un micro), nos hacían bajar, nos revisaban todo y mientras tanto nos apuntaban con los fusiles. Venían a los conciertos, muchas veces se llevaban a los chicos. Era algo muy duro de ver y de padecer, hasta que en un momento decidimos parar un poco y cada uno tomó un camino distinto. A uno le gustaba Los Angeles, a otro Nueva York, a otro España...y nos fuimos disgregando, no con la idea de separarnos para siempre y disolver la banda, era "vamos a parar un poco y después vemos". Pero bueno, cada uno tomó un rumbo y sin quererlo terminamos con la banda.
-¿Que música escucha hoy?
-Escucho mucho a Nino Rota, Ennio Morricone, Chopin, música clásica, mucho jazz, y de rock escucho mucho rock de los años ‘60.
-¿Por qué eligió tocar el bajo? -Cuando comienza Crucis, en su primera etapa, yo era el guitarrista y el bajista, José Luis Fernández. Daniel Oil y El Topo Frenkel completaban la formación. En un momento se va el bajista y comienzo a buscar a alguien para reemplazarlo, y no podía encontrar a nadie que se adapte al estilo que pretendíamos. Hasta que un día me llama Pino Marrone, con quien éramos muy amigos, y le comento que no podía encontrar una bajista. Entonces él me dice que se sumaba a la banda, pero había un problema: los dos éramos guitarristas. Pero como Pino tocaba mucho mejor que yo la guitarra. yo agarré el bajo.
-¿En la actualidad hace música?
-Trabajo como productor musical y no me puedo quejar, me va muy bien.
-¿Le gusta más trabajar como productor o como músico?
-Como músico, mil veces. Aunque como músico me he peleado mucho con los productores, y como productor me peleo también con los artistas.
-Si hoy usted tuviera que grabar un disco propio, ¿llamaría a un productor?
-Para mi música específicamente sí, prefiero trabajar con un productor, porque si yo soy mi mismo productor...No se como decirlo. Yo soy demasiado autoexigente, entonces no termino nunca. Necesito a alguien que me diga “esto está bien, esto está mal”. Cosa que no teníamos en los años ‘70, en esa época no existía la figura del productor. Nosotros, con Crucis, tuvimos la suerte de que nos ayudó Charly. Durante la grabación del primer disco venía todos los días al estudio, se sentaba frente a la consola y nos decía “esto está bien, esto no”.
-¿Que recuerdo tiene de Charly García?
-El mejor. Era un chico súper simpático, agradable. Se quedaba con nosotros en el estudio todo el tiempo, comíamos juntos, nos dejó usar sus teclados, sus instrumentos, pero además nos enseñaba; nos decía "ven, esto es un compresor, y se utiliza para tal cosa, y esto un ecualizador y hay que ecualizar así, y acá, con este botón hacés tal cosa". Nos enseñó todo lo que había que saber en un estudio de grabación. Tuvimos un relación excelente. De hecho, él empezó su proyecto de La Máquina de Hacer Pájaros en nuestra sala de ensayos.