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La lupa sobre el deporte

Arde el deporte blanco

"¿Estuvo caluroso?... Por 3 millones y medio de dólares jugaría en el Sahara a las 12 del mediodía. Estar en gran condición es parte del juego, solo debes salir a la cancha y darlo todo. ¡Buena suerte a todos los jugadores!" La polémica la disparó siete años atrás Jimmy Connors, famosísimo ex tenista que supo ser el número 1 del mundo  durante 268 semanas. Cuando el calor le ganó al tenis esta semana por paliza en Cincinatti, aquellas palabras del estadounidense resurgieron anacrónicas pero a la ATP no le deben sonar nada mal. 

Feroz para competir, Connors también lo fue para declarar. Ya en 2018, el bueno de Jimmy no tuvo piedad con sus ex colegas tras varios abandonos que se habían dado ese año en el US Open, en el que también hubo quejas por parte de los participantes. Todos, víctimas de las altas temperaturas con las que debieron salir a competir sobre el cemento y en horas en las que el sol golpea feo los cuerpos de los deportistas.

Boris Becker, también leyenda y ex número uno del tenis, se había manifestado entonces como entrenador de Novak Djokovic. “Hoy fue un día abrasador. Calor y humedad en el US Open”. Aquella imagen que publicó del serbio extenuado en la cuenta de X (entonces Twiter) había generado la respuesta de Connors. Pasan los años y el tema, siempre candente, del sometimiento de los profesionales a jugar en condiciones extremas, sigue igual.

Esta semana ardió Cincinnati. El tradicional certamen del deporte blanco que se disputa en Ohio como preparación del Abierto de los Estados Unidos y es parte del ATP Tour Masters 1000, se llenó de quejas. Y en algunos casos de dramatismo.

Pero antes de seguir, un detalle que puede inducir algunas respuestas, como la del picante Connors. Quien se consagre campeón en Cincinatti se llevará 1.124.380 dólares; el segundo, 597.890; los semifinalistas 332.160; los cuartofinalistas 189.075 y quienes lleguen a la cuarta ronda 103,225… Las escalas hacia abajo siguen pero repasarlas es agotador. Y obsceno para el resto de los mortales.

El lunes, por un rato, el miedo se metió a jugar su partido en una de las canchas del Lindner Family Tennis Center. El francés Arthur Rinderknech, quien venía dejar en el camino al noruego Casper Ruud en la ronda anterior, ya había manifestado su sufrimiento por las altas temperaturas. Pero él mismo había dicho, palabras más palabras menos, que el show debía continuar. Rinderknech, intengrante del top 70 mundial, se estaba enfrentando al canadiense Felix Auger-Aliassime y perdía por 7-6 y 4-2 cuando cayó desplomado en el fondo de la cancha.

El público, su rival y el umpire, entraron en pánico. Las cámaras -el protocolo lo dictamina así- apuntaron para otro lado y los médicos intervinieron con celeridad. “Arthur, ¿tú estás bien?”, preguntó el árbitro. Después de unos minutos Rinderknech intentó seguir jugando pero al rato el galo optó por el abandono. Y el episodio se ¿redujo? a un susto.

Un día antes, el ruso Daniil Medvedev, más excéntrico y famoso porque llegó a ser número uno del mundo en 2022 y ahora pelea por volver a meterse en el top ten, hizo una jugada maestra en medio del partido que perdió frente al australiano Adam Walton: metió su cabeza dentro de una heladera. Por unos (largos) instantes Medvedev mostró su fastidio al mundo y su cráneo desapareció dentro de un refrigerador para convertirse en meme.

El martes fue el turno de nuestro compatriota Francisco Comesaña. Durante el segundo set de su partido contra el estadounidense Reilly Opelka, el argentino debió ser atendido tras sufrir un golpe de calor. Después se repuso y le ganó al estadounidense Reilly Opelka por 6(4)-7(7), 6-4 y 7-5 por la tercera ronda del infernal certamen. El marplatense de 24 años dominaba el segundo set cuando se fue a los vestuarios durante diez minutos para recuperarse.

Cuando estaba por a sacar para confirmar el break, Comesaña salió despedido buscando un tacho de basura porque sintió náuseas y necesitaba vomitar... Rápidamente, el juez de línea y los alcanzapelotas se preocuparon. Le dieron un tiempo médico, le tomaron el pulso y verificaron que podía seguir jugando. Su cuerpo podía aguantar.

Por eso después de un rato Comesaña regresó a la cancha y logró superar al norteamericano Reilly. Selló un contundente 6-4 en el tablero y el tercero lo ganó 7-5. Este miércoles fue eliminado del certamen por el número 9 del mundo, el ruso Andrey Rublev, quien lo derrotó en set corridos 6-2 y 6-3. El esfuerzo del argentino ya había sido extremo durante la jornada anterior.

Como fuere, las temperaturas por encima de los 30 grados, con muchísima humedad, y los partidos en horas del mediodía superan la exigencia día a día de los profesionales. Pero lo que se vio durante estas jornadas ya no sorprende a nadie.

Curiosas son las diferencias en las reglas que mandan en el ATP (la rama masculina) y la WTA (mujeres) cuando el calor es extremo. Para los chicos se establece que pueden tener un descanso de 10 minutos después del segundo set en los partidos al mejor de tres sets o después del tercer set, en los encuentros al mejor de cinco. Para las chichas existe lo que se llama el heat rule. Frente a temperaturas agobiantes, el árbitro puede suspender el juego u ordenar una pausa antes. Es decir, no los tratan de igual manera a los dos géneros. Durante el US Open 2023, luego de otra jornada extenuante, Medvedev dijo que un día “moriría alguien” por el calor… Ojalá esté equivocado pero la realidad es que, mientras tanto, los tenistas van cayendo como moscas en verano.