El cadáver del fiscal Alberto Nisman despidió “entre dos y tres litros de sangre” en el baño en el que fue hallado, según confirmaron fuentes con acceso a la investigación.
El dato parece ratificar la afirmación de la ex mujer de Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado, quien ayer aseguró que hubo “agonía” del ex fiscal y la justificó en la abundante cantidad de sangre que emanó del cuerpo.
Nisman fue hallado sobre un gran charco de sangre, que prácticamente cubría toda la superficie del baño.
“Había que buscar el lugar en el que pisar y que no hubiera sangre”, explicaron las fuentes sobre el momento del hallazgo del cuerpo.
Cuando una persona muere el cuerpo deja de bombear sangre al cuerpo, por lo que la pérdida de sangre sólo puede producirse por “derrame”, es decir un fenómeno físico más que mecánico.
Una bala de calibre 22 causa un orificio de dimensiones relativamente reducidas y, más allá de la hemorragia que provocó a nivel de cráneo y cerebro en Nisman, difícilmente por derrame pudiera haber despedido “entre dos y tres litros de sangre”, explicaron las fuentes consultadas por esta agencia.