"Este es un sistema que complementará a la educación formal”, afirmó Jorge Macri, jefe de Gobierno de la Ciudad, durante un recorrido por el centro de diseño donde desde julio alumnos asistirán a la primera sede en Latinoamérica de Tumo, un programa educativo de tecnología y creatividad que complementa la educación convencional, dirigido a jóvenes de 12 a 18 años.
Esta iniciativa, de origen armenio, permite a los adolescentes desarrollar habilidades tecnológicas y creativas a través de un aprendizaje autónomo y personalizado. Actualmente, hay 14 centros activos en grandes ciudades como Coimbra y Lisboa (Portugal), Berlín y Mannheim (Alemania), Zürich (Suiza), Lyon y París (Francia), Kiev (Ucrania), Tirana (Albania), y Beirut (Líbano). Por sus instalaciones han pasado más de 28.000 jóvenes que participan de los programas -llamados “creadores”-, 600 talleres mensuales en las distintas disciplinas y más de 80.000 ex alumnos que completaron su formación en TUMO.
En tanto, la primera sede porteña está ubicada en el Centro Metropolitano de Diseño (CMD), en el barrio de Barracas, y recibirá inicialmente 1000 estudiantes. Se planea que, a medida que se habiliten nuevas etapas de ingresos, se sumen 1000 estudiantes más. La capacidad máxima del CMD es de 6120 personas.
Por otra parte, en futuro cercano se sumarán otras dos sedes en Chacarita, en la calle Rodney, y en Núñez, en el Parque de Innovación. El innovador modelo de aprendizaje en tecnologías creativas dictará clases de Animación, Desarrollo de Videojuegos, Producción Cinematográfica, Música, Diseño Gráfico, Modelado 3D, Programación y Robótica.
Pedro Moneda, Ceo del emprendimiento educativo y figura clave en la implementación de Tumo, explicó que el objetivo principal es que los chicos aprendan a través de la práctica y el desarrollo de proyectos: "En estos talleres, los chicos ponen manos en un proyecto que cuando lo entregan, se lo llevan como un portfolio de lo que hicieron". Este enfoque pedagógico se distancia del modelo tradicional, donde "el conocimiento se le va al día siguiente del examen", aseguró Moneda.
Mercedes Miguel, Ministra de Educación de la Ciudad, destacó la singularidad de este proyecto a nivel mundial: "Nos distingue porque es en el único lugar donde Tumo se hace bajo la órbita del Ministerio de Educación". Para Miguel, Tumo representa "algo así como la pecera o el lugar donde vamos a poder venir a ver con claridad este es el futuro del aprendizaje", un espacio donde los jóvenes podrán "experimentar y a poner en práctica habilidades de la industria creativa y de la industria de la tecnología en un solo lugar".
El innovador sistema de Tumo se basa en tres pilares fundamentales: el autoaprendizaje práctico a través de proyectos, los Learning Labs (talleres intensivos dictados por expertos) y un programa de seguimiento personalizado. Este último, según Macri, es "lo más relevante, lo más distintivo" de Tumo, ya que permite a los "entrenadores o coaches" hacer un seguimiento individualizado de cada estudiante, "dedicándose a sacar lo mejor de los chicos".
La tecnología juega un papel crucial en Tumo. Según Moneda, los estudiantes utilizarán herramientas de última generación, las mismas que se emplean en las "primeras líneas" de la industria. Además, la plataforma virtual de la iniciativa permite a los jóvenes acceder al contenido de los talleres y registrar su progreso, aunque siempre con la premisa de que "Tumo es 100% presencial".
La iniciativa educativa no solo busca formar a los jóvenes en habilidades específicas, sino también potenciar su desarrollo personal y académico. "Lo más importante que genera Tumo es que ocho de cada diez chicos mejoran mucho el rendimiento después en la escuela", afirmó Macri sobre la iniciativa internacional. Además, se estima que "nueve de cada diez" estudiantes consideran que Tumo los ayuda a prepararse para la universidad o el mundo laboral.
Con la apertura de inscripciones ya en marcha en la web oficial www.tumo.ar y el inicio de las clases previsto para el 7 de julio, las expectativas son altas. Si bien todos los jóvenes de entre 12 y 18 años escolarizados o que vivan en la Ciudad de Buenos Aires pueden inscribirse, se dará prioridad a aquellos que asisten a escuelas públicas. Un dato alentador para quienes no consigan ingresar en esta primera etapa es que sus nombres quedarán en una lista de espera para que en la próxima convocatoria tengan prioridad para cursar los contenidos elegidos.