Mirador político

Problemas de sucesión

El factor central de la actual crisis inflacionaria que se llevó a Roberto Feletti y antes se había llevado a Paula Español es la incertidumbre política. Nadie sabe cómo se saldrá del invento de un gobierno con doble comando que terminó paralizando la gestión.­

La manera en que se recomponga la cadena de mandos es clave, porque podría haber una apertura y una menor presión fiscal e intervencionista sobre el sector productivo con un eventual triunfo opositor o, en caso de continuidad kirchnerista, una prolongación del modelo establecido en 2003. Para salir de la estanflación es indispensable mejorar las expectativas.­

Pero prevalece en cambio una incertidumbre que deriva de que los principales líderes electorales, Cristina Kirchner y Mauricio Macri, no tienen un sucesor definido. En el caso de la vicepresidenta su problema es que el kirchnerismo es un proyecto dinástico sin heredero. Máximo Kirchner no da la talla, por eso hace tres años tuvo que conformarse con una alianza morganática con Alberto Fernández.­

Ahora se especula con repetir la experiencia con De Pedro. Pero la mascarada del candidato `moderado' quedó inutilizable. Por eso la hipótesis de que compita por una segunda reelección no parece descabellada, ya que el peronismo bajo cualquier circunstancia tiene no menos de 45% del voto fidelizado.­

Distinta es la situación opositora, cuyos principales problemas son la falta de conducción y el no tener fidelizado un voto capaz de garantizar el triunfo sin un candidato atractivo. ­

Eso hace que Mauricio Macri no pueda ejercer el liderazgo que le concede el 40% de votos que retuvo hace tres años y lo obliga a moverse detrás del escenario con irrupciones calculadas sobre quienes intentan jubilarlo. Mientras no se defina esa pulseada completamente personal, no se sabrá qué tipo de oposición saldrá a la cancha: una que garantice el `statu quo' con toques de maquillaje renovador o una que embista frontalmente contra el modelo `pobrista'. Cuando llegó a la Casa Rosada Macri intentó convivir con ese modelo y terminó entregándole el poder a su más enconada adversaria.­

Pero Horacio Rodríguez Larreta no es el único problema de Macri. También su conducción es negada por Elisa Carrió que ahora aporrea al Papa para reaparecer en la agenda mediática. La misma Carrió que fue socia de `Pino' Solanas y lo abandonó cuando Macri empezó a subir en las encuestas. Este arco de dirigencia opositora (socialdemócrata o filoperonista) perdió atractivo con la aparición de Javier Milei. El que viene no es un escenario electoral para tibios.­

Otro foco rebelde al ex presidente es el de la UCR que agita la candidatura de Facundo Manes. El neurólogo tiene menos chances en las urnas que ideología los radicales. Su función es garantizar cargos de poder en la negociación por la unidad, esa que a Macri parece importarle cada vez menos.­

De allí que la falta de conducción y las amenazas secesionistas asfalten el camino a unas PASO de pronóstico reservado. Las urnas definirán la sucesión (si la hay) de Macri. La de Cristina Kirchner la decidirá Cristina Kirchner.­