Un sangriento pacto de masculinidad

La plataforma HBO Max estrena "Entre hombres", una serie de Pablo Fendrik ambientada en los años '90. Una fiesta con sexo y drogas termina mal y el afán de borrar evidencias empuja a los invitados a una espiral de venganza e ilegalidad. Tres de los protagonistas anticipan la trama.

En plena década del noventa, en la zona sur del conurbano bonaerense, una fiesta repleta de sexo y drogas termina con un crimen que compromete a todos los invitados. En el afán de borrar cualquier tipo de evidencia, la venganza, la sangre y la ilegalidad estarán a la orden del día. Así llega `Entre hombres', la nueva producción argentina para HBO Max, que ya mostró dos de sus cuatro episodios en la Berlinale Series 2021.­

La serie basada en la novela homónima de Germán Maggiori estará disponible a las 21 este domingo con una nueva entrega cada siete días. Al frente del elenco se ubican Gabriel Goity, Nicolás Furtado, Diego Velázquez, Diego Cremonesi y Claudio Rissi.­

 

Entre el realismo y el cómic, retrata una época en la que el delito y la marginalidad crecían a un ritmo vertiginoso y la diferencia entre clases se marcaba aún más. Conversamos con tres de sus protagonistas.­

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OTROS TONOS­

-¿Cuál fue el mayor desafío a la hora de interpretar a sus personajes?­

(Diego Cremonesi) -Para mí fue todo un riesgo porque es un personaje con unas características bastante contundentes y esas características de personalidad tienen consecuencias directas en el desarrollo de la historia. Por otra parte, me parece que esos condimentos mentales que tiene el personaje también se constituían como un elemento narrativo importante en lo personal, en lo que era el arco del personaje y también de la serie. Fue una oportunidad muy buena de poder actuar algo de esas características.­

(Diego Velázquez) -A mí me pasó que el personaje que me tocó es el más implotado. Siento que todos los papeles de la serie son muy explotados, como muy vomitados, pero, en el caso de Almada, él está todo el tiempo tratando de contener. En el libro hay mucha información de este personaje, que después en la serie hay que transformarla en acción para que se vea. Asimismo, no nos veíamos mucho durante el rodaje porque trabajábamos mucho en duplas: yo estaba con el Puma (Goity) y no sabía muy bien qué estaba haciendo el resto. Entonces había que confiar en la mirada de Pablo (Fendrik, el director), que era el que veía que después todo eso fuese a pegar. Recién nos vimos todos en una escena del final.­

(Claudio Rissi) -La construcción del `Tucu', en principio, remite a un personaje de nuestro territorio, con características muy particulares. Es de la provincia de Tucumán, donde hablan de un modo diferente, y eso forma parte de la construcción de este personaje que es bastante fuerte, violento en extremo. Hay una serie de detalles que hacen que ese personaje se despegue de otros que quizás han rondado en mi universo actoral, y ese fue un buen desafío; ir a buscar y atravesar un umbral que muchas veces forman parte de los prejuicios que están en uno.

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HACIA EL MUNDO­

-La serie tiene un tono completamente nuevo y diferente visualmente, con una verosimilitud muy particular, ¿cómo fue trabajar en esa sintonía?­

(DC) -A mí me parece que, justamente, la serie se vuelve interesante por eso. Hay algo de ese tono corrido, del cómic por momentos, esa cosa casi estallada, que no creo que sea una novedad en el cine ni en lo audiovisual, pero sí para lo que es nuestra tradición audiovisual. Empezar a jugar con otros tonos está buena. Si hubiésemos ido sólo por la cuestión de la violencia o de la oscuridad, que es algo que está a la vista, se hubiese vuelto algo muy chato y ya conocido. Esto, en cambio, nos permite mostrar un universo tremendo, algo que no está reivindicado sino que está siendo cuestionado a partir de lo que se muestra y de cómo se los muestra. En lo personal para mí fue un disfrute pleno poder jugar con esos límites, sentir que te podías ir al barro pero que había en Pablo Fendrik un capitán de barco muy fuerte en donde nosotros nos apoyábamos.

(DV) -Yo agradezco la posibilidad de tocar otra tecla que no sea la realista. Porque uno quiere jugar, quiere probar otras cosas. A mí me toca un personaje no muestra demasiado, pero entendimos que no es que no explota sino que va de cero a cien. Guarda, guarda, y cuando explota, explota.­

(CR) -El realismo no tenía lugar. Era ese umbral del que hablaba antes, del acto de hacer un naturalismo que no lo podemos tener en cuenta los actores porque no le interesaría a nadie hacer algo que sucede en el living de tu casa, no hay poesía ahí. No considero el naturalismo como parte, por lo menos en mi manera de actuar, pero aquí el tema era transgredir los límites. Por momentos era teatral el trabajo. Era llevar todo a un volumen y a unos límites en que uno sabe que lo teatral y lo cinematográfico no se llevan muy bien, porque en el teatro no hay un primer plano y en lo audiovisual sí tenemos ese primer plano que exige una determinada cantidad de energía expresiva. Ese lenguaje se abordó a partir de la locura de la cabeza de Pablo, más allá de lo que existe en la novela, y es muy interesante transitar eso y nos corre del lugar de confort que tenemos muchas veces los actores.­

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LOCALISMO­

-La serie se estrena en HBO Max, lo que permite que se vea en muchos países. ¿Lo tuvieron en cuenta a la hora de decir qué tanto de argentinidad hay en la serie?­

(DV) -A mí me parece que no había otra manera de ir a fondo con lo que es esta historia. Ahí hay algo que es muy interesante que es que el riesgo mayor un poco lo tomó HBO Max porque yo cuando leí el libro dije `bueno, a ver cuando lleguen los guiones...Todo esto seguramente va a estar bajado de violencia'. Y cuando llegaron, gracias a Dios, eso no había pasado. Me parece riesgoso hacer en este momento este material y también creo que es muy a favor que es una de las primeras producciones que se hacen acá y que se haya apostado a algo tan argentino, desde lo que relata, desde la actuación. No sé si alguien que no es argentino entenderá la cantidad de lunfardo o esas cosas. Pero me parece buena la posibilidad de que una plataforma que está produciendo acá no haga contenido igual al que se ve en todos lados.­

(CR) -Quizás suene a perogrullada pero hay un dicho que es `pinta tu aldea y pintarás el mundo'. Es cierto que esta historia remite a un momento histórico de la Argentina, del conurbano, de la decadencia institucional y social, de esa ruptura, del deterioro que ocurrió a principios de este segundo milenio. A partir de las plataformas se han roto los límites hace ya mucho tiempo y uno puede llegar a ver productos de otros países, ya no existen los localismos. Uno puede hablar desde uno y contar cualquier historia, y todas son bienvenidas si están bien contadas. Siento que el localismo ha sido vulnerado hace mucho tiempo.­