Mirador político­ ­

Candidatos y poder real­

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­El armado de las listas en la provincia de Buenos Aires demuestra que a pesar de la crisis demoledora de 2020, los actores y la relación de fuerzas variaron poco respecto de 2019. En el oficialismo no hubo cambios y los que se han producido en la oposición representan todavía un enigma.­

El oficialismo repitió el libreto de hace dos años. Encabezó la lista con una representante de Alberto Fernández y atrás fue la Cámpora y otros dirigentes hiper "K". Como en 2019 tras una fachada "moderada" entran los ultras. Una estrategia de doble representación: los candidatos representan sólo en teoría a sus votantes. En los hechos representan a sus mandantes que son dirigentes con mayor poder. La crisis social es su penúltima preocupación.­

Fue llamativa la inclusión de Daniel Gollán en la nómina de diputados "K". No llegó allí por Axel Kicillof, sino por Máximo Kirchner. Será reemplazado en el gabinete de Kicillof por un hombre de Máximo Kirchner. El único que mantuvo su módica porción de poder fue Sergio Massa, asesor del hijo de la vice.­

Fernández tiene menos poder aún que en 2019. Pudo poner sólo a otro candidato, su ministro de Desarrollo Social, que sería reemplazado por otro hombre del presidente, pero hay que esperar, porque está en marcha una maniobra de doble copamiento en el gabinete nacional y el provincial.­

Toda esta habilidad desplegada en la interna no sirve, sin embargo, para resolver la cuestión de fondo: el candidato a presidente, el poder real, en 2023. Ni la vice ni su hijo se pueden anotar en esa carrera a menos que se produzca un cataclismo. Ambos tienen una imagen negativa difícil de revertir. Esa es la razón el candidato "moderado" en 2019 y de la candidata del moderado en 2021.­

¿Qué podrán inventar dentro de dos años? Para ese servicio tampoco les sirve Kicillof, que tiene una imagen negativa que solo le permite ganar en Buenos Aires. Además es un actor de reparto en el poder "K". La clave sólo la tiene CFK que en 2019 demostró que piensa varias jugadas por delante de sus adversarios.­

En resumen, la cuestión sucesoria parece por ahora en un callejón sin salida.­

No menos enigmático se muestra el futuro de la coalición opositora. Horacio Rodríguez Larreta hizo y deshizo en materia de candidaturas, pero tropezó con los radicales. Tendrá dos listas en la provincia y tres en CABA. Su futuro depende de cómo salte esa valla y después la de las generales. De arranque Manes le soltó una andanada que anticipa el tono de una interna dura.­

Al final a Rodríguez Larreta sólo lo apoyaron sus adversarios en el PRO, Mauricio Macri y Patricia Bullrich. En la primera oportunidad que tuvieron sus socios radicales lo cascotearon y mejor que no le ganen en la provincia, porque si eso sucede su candidatura presidencial se convertirá en cenizas. Si gana, en cambio, será número puesto para 2023. Apostó prematuramente todo su capital a una carta. Pagó el precio de jugar con las candidaturas sin tener el poder para hacerlo.­