El hiper Estado socialdemócrata ha arruinado a la Argentina

Solo una reducción masiva de impuestos hará que salte la actividad económica.

La Argentina, desde la década del "30 hasta fines del siglo XX dedicaba a la administración del Estado entre el 22% y el 25% del PBI. Esto incluía las administraciones municipales, provinciales, nacional, las empresas del Estado y los organismos autónomos.

Con sólo un cuarto del PBI anual destinado a la administración e inversión del Estado, en esos setenta años se construyó la Argentina moderna en la que varios de nosotros nacimos y crecimos. 
Con sólo un cuarto del PBI, la Argentina pudo construir Yaciretá, El Chocón-Cerros Colorados, hacer de la nada a YPF, Salto Grande, el túnel subfluvial, el puente Zárate-Brazo Largo, Aerolíneas Argentinas, Segba, tener marina mercante, el puente Rosario-Victoria, construir aeropuertos, nuevas universidades y mantener las existentes, poblar y ocupar efectivamente la Patagonia, llevar población a Tierra del Fuego, construir nuevos puertos en el sur del País, tener bases militares en la Antártida, construir rutas, escuelas, nuevas ciudades por toda la Provincia de Buenos Aires (vean la obra del Arq. Francisco Salamone), ciudades nuevas por todo el país, Banco Nación y todas sus sucursales, Bariloche, incluida la hermosa catedral Nuestra Señora del Nahuel Huapi en 1944 (Arq. Bustillo), el monumento a la Bandera, tener bien pertrechadas las Fuerzas Armadas, tener regimientos en todo el país, darle de comer, ropa y armas a cientos de miles de varones todos los años mientras hacían el servicio militar, tener bellas embajadas en Roma y Tokio (luego vendidas), construir Atucha, el Instituto Balseiro, colaborar en la construcción de Aluar (privado) para tener materias primas para la Fábrica Militar de Aviones de tal forma de poder hacer aviones militares y civiles en forma autónoma. Un sistema de salud rara avis en el mundo, al punto que el Senado de Estados Unidos contrató al Doctor Ramón Carrillo para que los asesorara. Ah, y la mejor educación del subcontinente. Hasta pagamos un Mundial de Fútbol. El lector seguramente agregará más casos.

Todo eso, con un 22%/25% del PBI.

DESMESURADO

Actualmente el costo del Estado argentino es del 46% del PBI. Hemos copiado el sistema socialdemócrata europeo (Francia tiene un estado que les cuesta el 52% del PBI). Básicamente consiste en que burócratas y políticos tengan poder sobre cantidades crecientes de dinero y decidan, cual moderno Luis XIV, en qué gastan y en qué no, a quien le dan dinero y a quién no. Quién gana y quién pierde. Deja de ser importante el mérito y pasa a definir la prosperidad de cada uno cuán cerca se está de quienes deciden sobre esas voluminosas sumas. 

La clave del sistema socialdemócrata europeo es que ese dinero va, mayormente, a los amigos del poder. Son las grandes empresas, que no son más que un puñado, las que consiguen los multimillonarios contratos del Estado, las que reciben los subsidios que se deciden en Bruselas, etc. Y sólo una fracción va a dar pensiones, planes de desempleo, etc., para apaciguar los ánimos. 

La socialdemocracia es, básicamente, un capitalismo de amigos (crony capitalism).
No es que no existiera el capitalismo de amigos en la Argentina antes del advenimiento de Néstor Kirchner, pero lo cierto es que se perfeccionó a partir del 2003 y llegó a su plenitud con Macri.
Miles de millones de pesos -si se observan los números del presupuesto 2019- van, no a los jubilados y pensionados, no a la gente que tiene planes sociales ni la asignación por niño, sino a petroleras, empresas distribuidoras de gas y energía eléctrica y empresas de transporte de pasajeros.
La entrega masiva de planes sociales (1) forma parte intrínseca de este sistema de derroche, porque se usa de válvula de escape (para descomprimir) frente a la expoliación cada vez más asfixiante del patrimonio e ingreso de los ciudadanos (2).

Cuando sostengo que el Estado en todos sus estamentos debe volver a costar 22%/25%, no estoy hablando de una quimera, sólo se trata de volver a una realidad vigente hace menos de 20 años atrás.

Los políticos aman estos presupuestos millonarios porque les permiten robar con menos prudencia y mesura. 

Hay un agravante respecto al siglo pasado. Los gastos durante el siglo XX se traducían parcialmente en bienes tangibles: una represa, una generadora eléctrica, un portaaviones. El gasto actual se va en intangibles y de difícil auditoría: consultorías, asesorías, contrataciones, subsidios, donaciones. 

PROPUESTAS

¿Cómo se sale de este atolladero?

Los políticos ya conocen mil excusas con las cuales explicar por qué es imposible bajar ni un solo centavo de los presupuestos. Todo se vuelve imprescindible. Desde las cápsulas de café frescas para todo el personal de Jefatura de Gabinete a aprender a hacer papirolas en Recoleta. Esto último, por descabellado que parezca, es verdad. La funcionaria cabeza hueca y dispendiosa es Pamela Malewicz, subsecretaria de Pluralismo Cultural de la Capital, y el evento se llevó a cabo el 7 de diciembre de 2018. Los políticos argentinos bailan en el Titanic.

Propongo empezar al revés. Decir cuántos impuestos vamos a pagar y que los políticos hagan sus presupuestos con ese dinero y ni una moneda más. 

Hace siete años que la Argentina no crece. No crece porque la actividad privada está asfixiada por la alta carga impositiva, el tipo de cambio atrasado y el acuerdo ruinoso del Mercosur.
Por lo que la propuesta es recaudar el 25% del PBI con pocos impuestos, sin exenciones, de fácil recaudación y auditoría.

Terminar con la coparticipación: que cada administración gaste según su propia recaudación. Se llama vivir de acuerdo a las propias posibilidades.

* Municipios: ABL. Son los únicos servicios que el municipio debe brindar. Recoger la basura, tener las calles del centro iluminadas, y asfaltadas o mejoradas y con flores la plaza principal. El resto no les compete. Todo otro servicio deberá ser estrictamente al costo. En cuanto a los caminos rurales, debe ser un fondo administrado exclusivamente por los propietarios que contribuyen al fondo específico sin participación alguna de los políticos.

* Provincias: derogar todos los impuestos. Derogar todas las tasas y contribuciones. Eliminar sellos, ingresos brutos, impuestos de cualquier tipo sobre las ventas o las transferencias o la herencia, eliminar retenciones y percepciones. Crear tres nuevos impuestos provinciales:

a) Inmobiliario.

b) Patente automotor, que deberá ser inferior al 1% del valor del vehículo y cobrarse sólo los primeros 10 años. Eliminar todos los otros inventos (VTV, grabado de autopartes, registros automotores).

c) Ganancias: que deberá ser del 15% para las personas físicas y 20% para las personas jurídicas. Aún así es más alto que en Paraguay, lo que es un problema. Las personas en relación de dependencia no pagarán impuesto a las ganancias.

* Nación: Eliminar todos los impuestos. Eliminar todas las cargas laborales. La Nación debería vivir exclusivamente de la Aduana, porque así lo dispone la Constitución. Es un incentivo más para los políticos para tener una economía abierta. Hoy no les importa porque los impuestos que cobran son a la propiedad, a las rentas o a las compras. Eliminar todo impuesto nacional sobre la propiedad, sobre la transferencia, sobre las rentas. Eliminar todo permiso, cargo, habilitación, formulario, etc. 

Nuevos impuestos:

* Aduana. Impuestos a las importaciones y exportaciones, aprobados por el Congreso de la Nación como exige la Constitución.

IVA del 10%. Serán exentos los alimentos (de cualquier tipo, desde la polenta al caviar ruso), el forraje, los combustibles, los servicios públicos (gas, agua, electricidad). Sin ninguna otra exención. Sin ningún tipo de anticipo, retención, percepción, ni ninguna otra exacción ilegal. Se eliminan los impuestos internos de todo tipo.

* 10% del sueldo al personal en relación de dependencia en carácter de aporte previsional. (No se tocan los aportes sindicales porque son acuerdos entre privados -el trabajador y su sindicato-, y por lo tanto, fuera de la intromisión del Estado).

Esta reducción masiva de impuestos, que debe ser ejecutada en quince días, hará que salte la actividad económica y que rápidamente se llegue al pleno empleo. La Argentina crecerá a niveles desconocidos en muy poco tiempo.

* Economista

http://http://iris-speroni.blogspot.com/2018/09/el-mito-de-los-planes-sociales.html

http://www.laprensa.com.ar/471297-Efectos-indeseados-del-Acuerdo-de-Paris.note.aspx