El rincón de los sensatos

El nuevo sketch de Alberto

Al inaugurar el Instituto de Formación Política del Partido Justicialista de la Ciudad de Buenos Aires, el Presidente de la Nación, que es absolutamente previsible y simplón, en sus opiniones, lanzó una frase lacrimógena, conmovedora, si se quiere. De esas que tocan las fibras más íntimas de todo progresista, bien nacido, Una letanía más cercana a Alfredo Palacios, a Nicolás Repetto o Américo Ghioldi, que a un dirigente que ha asumido la conducción del justicialismo. Parecía la representación en sepia de los viejos discursos de antaño: ¨! Que hable el doctor!¨

Ese día dijo, Alberto: ¨El capitalismo que existía hasta la pandemia y que aún hoy perdura es un mal sistema. Es un sistema de injusticia y que nos degrada humanamente. No sé si podre convencer a los líderes del mundo de seguir así, pero nosotros debemos construir otro país.¨

Le faltaba lloriquear. ¿Cuantas almas bautismales habrán vibrado ante semejante declaración? La grandilocuencia del mensaje, de asumir sobre sus hombros el cambio del sistema y persuadir al mundo de un nuevo amanecer me hace pensar que algo no funciona bien en la inteligencia emocional del Presidente.

Sabrá Alberto que el Muro se vino abajo y que cualquier sistema económico hoy imperante y exitoso en el mundo son derivados y distintas variables del capitalismo. ¿Qué nuevo dogma guarda in pectore el Presidente? ¿Qué fantasma recorre su pensamiento para cambiar al mundo?

Hace muchos años un gran novelista e historiador argentino escribía, algunas ideas que le caen a la perfección al Presidente, solo hay que cambiar izquierdismo por progresismo:

“El izquierdismo es el comunismo vergonzante: Los izquierdistas admiran a la Rusia de los soviets. Los izquierdistas, de cualquier pelaje que sean, son enemigos furiosos de la Iglesia, de la Familia, del Ejército. Los izquierdistas de este país no intentan establecer el comunismo ni el colectivismo, pero sí el divorcio, la separación de la Iglesia del Estado, el desarme, el culto de los incompetentes y la indisciplina social. Los izquierdistas son los destructores de la familia. El socialismo, y aun el comunismo, son, desde su punto de vista, lógicos; y algo tienen de respetables. El izquierdismo es el comunismo compatible con la camisa de seda y con cierto dandismo intelectual.¨

Sin saberlo Manuel Gálvez hablaba del progresismo que hoy atosiga con sus zonceras.

Pero bueno, cuando Alberto se asume como ideólogo o maestro siruela (con s) nada más simpático que arrimarle aquel viejo sketch de esa extraordinaria actriz cómica que fue Susana Brunetti, que con una cartera blanca y un perrito dentro de ella se acercaba al diariero, el gordo Porcel, y le pedía todos los diarios extranjeros porque en ¨casa somos todos comunistas menos la mucama que es de Nueva Fuerza.¨

¿A quién le habla Alberto?