Default humanístico

La revolución de la “Hora de clase”

“La escuela es fundamental…hay palabras que iluminan, portan la luz …eso aviva el deseo” (Massimo Recalcatti)

Todos esperamos las vacunas como elemento de salvaguarda de la pandemia y de las muertes consecuentes. La vacuna es sinónimo de vida, pero también volvió la escuela que es garante de Vida al por mayor.

Un año sin clases es un año sin apertura a la cultura que al decir de Freud es la base de la defensa de la civilización para que no triunfen las fuerzas de la autodestrucción siempre latentes en la sociedad. La cultura del “zoom”, y además no igualitario, no reemplaza el contacto vivo personal con el Maestro y los compañeros, el contacto emocional y lo que significa la Escuela como institución.

Jorge dejó la escuela a los 14 años. Bastardeado por la violencia y el abandono paterno siendo la calle su “escuela” del delito y el consumo. Hoy a los 28 años ve como sus amigos llegaron a distintas posiciones en la sociedad. El retorno a clases para culminar el Secundario fue una “inyección” saludable y una parte de su recuperación. Reencontró un sentido, se valorizò como persona y la Escuela forma parte de una resurrección personal luego de varios intentos de suicidio y de conflictos con la Ley.

Mientras tanto veía fotos de chicos entrando a la Escuela y comenté a sus padres orgullosos en una sesión terapéutica que era la primera partida de la familia la que se estaba dando. Una chica de no mas de 6 años me comentaba que estaba enojada porque había terminado rápido el día de clase. Estaba descubriendo un mundo de afectos, vínculos, reglas y otras palabras significativas además de las de su familia. Empezó a entrar en la vida extrafamiliar.

Durante un año los chicos estuvieron a expensas de la cultura telemática, los medios de comunicación o la calle y aún una Escuela sin recursos o bastardeada por paros sigue siendo un lugar de entrada en la vida.

En la época del Padre, en muchos casos, evaporado (ausente, denigrado, violento, maltratador) o de una familia en crisis la Escuela

puede ser el camino de una reparación y resiliencia fundamental. De lo contrario formamos o deformamos seres tecnológicos aptos quizás para la cultura que se viene (robótica) pero con grandes dificultades para encontrar un sentido a sus vidas.

Se acabó la sociedad disciplinaria antigua; por todos lados se confunde la transmisión del saber con las Instituciones Totales como la policía, los institutos psiquiátricos. Y quedó sola la Escuela y se volvió “blanda “en normas.

EL PODER BLANDO COMO DOMINACION

Si antes la cara del Poder era el “No” en las llamadas Instituciones Totales ahora es el Poder tiene la cara del “Si”: todo se puede hacer. No hay normas como lema clave. Así va surgiendo un sujeto narcisistico, ególatra, que no acepta reglas ni Leyes.

La crisis de las instituciones en la Post- Modernidad arrastra a la Escuela; pero aún así es lo que queda como refugio de la cultura y del amor al Saber. En eso la figura del Maestro y de la Hora de Clase es fundamental.

La palabra del Profesor quedó devaluada en los últimos años, pero debemos rescatarla como lo valido en una sociedad que lleva al vacío a miles si no existe ese elemento cultural necesario.

Se acabó el “páter familias” antiguo, pero igual la Figura del Padre o de la Madre son significativas. No más discurso autoritario porque parecen haberse caído todos los telones de la llamada “Sociedad Antigua” (en esto el Mayo del 68 en Francia tuvo mucho que ver) pero es necesario un discurso que alimente el sentido del vivir y los deseos vivos para que algo fructifique en nuestras vidas.

Porque aun derribando la “Institución Total Policía” los que infringen la Ley siguen existiendo. Aún tratando de derribar “los muros del Hospicio” los enfermos mentales vagan por las calles. No se puede negar la realidad.

La Escuela como las demás instituciones necesitan una renovación y en esta la Palabra del Maestro, la Hora de Clase y la organización escolar son elementos socializadores y humanizantes fundamentales. Volver a darle a la palabra del Maestro un peso simbólico.

Parece ser una época de disolución de las Tradiciones y del peso simbólico de la Palabra del Adulto que pareciò evaporarse y en muchos casos terminò siendo un adolescente más. Esa época se terminó y afuera todas las añoranzas.

Tanto la palabra del Padre como la del Maestro debe ser reconquistada a cada momento. Ya no es un hecho natural el peso simbólico de esas palabras. Hoy hay una marca de un debilitamiento de toda autoridad simbólica.

“Hoy importa el estilo peculiar de relación con el que enseña; abrir al sujeto a la cultura como lugar de humanización de la vida, la dimensión erótica del conocimiento...el verdadero sitio de la escuela es la hora de clase …es la ocasión de un encuentro …un abrir un mundo” (Massimo Recalcatti). La crisis de la Escuela la llamó claramente F. Dolto la crisis de la “humanización” de la vida.

Cuando se abren los mundos desde la cultura se obstaculiza el camino al goce mortal que empuja a la disipación de la vida (droga, bulimia, anorexia, etc.).

La Escuela pone a disposición un nuevo mundo, diferente al de la familia. Cuando este nuevo mundo de la cultura no existe solo hay cultura sin mundo, cultura de la muerte, de la droga. Se empuja al joven hacia la ausencia de mundo, hacia el retiro autista, hacia el cultivo de mundos aislados (tecnológicos, virtuales, sintomáticos …la Escuela sigue siendo lo que salvaguarda lo humano, el encuentro, los intercambios, las amistades, los descubrimientos intelectuales, el eros. En una hora de clase puede cambiar una vida

Paradójicamente se le pide todo a la Escuela y los padres parecen depositar en ella lo irresuelto en la propia casa y el docente es receptáculo de los problemas familiares, es casi un “psicólogo” desvencijado que asiste a un grupo en muchos casos caótico y además que en ciertas oportunidades lo denigra y ataca porque hace alianzas con su hijo en contra del docente. Han cambiado los tiempos.

EL NUEVO ROSTRO DE LA ESCUELA

La escuela ha dejado de ser una Institución Total como se la criticaba desde el 68 como las cárceles, el ejército y el hospital. Algunos buscan que sea un aparato ideológico del Estado como alistamiento de miles (solo los países totalitarios lo hacen). Así triunfarán el virus de la ignorancia y el fanatismo.

Pero al mismo tiempo su prestigio simbólico se ha debilitado, se ha vuelto blanda. De la estructura disciplinaria de antes se ha pasado a la “indisciplinaría”; en donde incluso se autoriza un rechazo creciente a las normas, la toma de escuelas e incluso la suspensión de la asistencia obligatoria a clases. Desaparición de cualquier sanción, flexibilización de mecanismos selectivos. Se ha transformado en un recipiente estéril. Es un lugar de inmensa frustración.

Pasamos de una institución quizás demasiado rígida al de una institución extraviada. De cárcel criticada (M. Foucault) ha dejado de ser decisiva en la formación de individuos.

Pasamos del Panóptico vigilante de Bentham a la dramática evaporación de los limites fundantes; lo mismo pasa con la figura paterna. Al mismo tiempo docentes empobrecidos …desacreditados, cuestionados por los propios padres. Pasamos de los rostros del “Gran Hermano” vigilante a la mirada vacía de una persona desganada en el aula.

La escuela en extinción queda a expensas de los discursos consumistas de Internet y de los medios. Tiempo por ende en muchos casos de ilusiones. Se genera un poder hipnótico seductor con cadáveres desprovistos de deseos vivos. Es la dictadura del consumo o como otro autor Byung Hulhan llama a esto “el poder blando”. Todo debe ser si…y el sí es una forma “dulce” de hacerlo. Un fascismo dulce.

Se privilegia la cultura empresarial, la informática y el Ingles …la escuela se reduce a lo empresarial. La filosofía, la literatura, la cultura como historia , la historia del arte empiezan a desaparecer.

Preocupación por lo hipercognitivo emancipándose de todos los valores basados en fortalecer las competencias orientadas a resolver problemas en lugar de saber planteárselo.

LA VUELTA AL PESO SIMBOLICO DE LA ESCUELA

Pero el hombre, el niño para crecer necesita encontrarse con una Ley que se una al deseo y por el camino de la palabra, los testimonios de figuras significativas (un docente lo puede ser) vaya a sacarlo del

vacío y de los agujeros que sea solo una inmersión en la hipnosis telemática o televisiva.

Hoy el niño está buscando un Padre como en la Odisea el hijo de Ulises (Telémaco) espera cada tanto la vuelta del Padre al Hogar para poner un orden en su vida y en la casa. Transmisión necesaria y fundante de lo humano. Miraba al mar esperando esa Palabra que lo salve.

En el fondo de los tiempos nada cambia. Si no hay transmisión generacional no hay vida posible. Si la Vacuna traerá vida la Escuela mucho más.