VISTO Y OÍDO

Interna por los medios

Las interferencias con las que tropieza Martín Guzmán en sus intentos de negociación con el FMI no provienen sólo del cristinismo. Felipe Solá declaró por radio que Alberto Fernández se había quejado ante Joe Biden del director ejecutivo del organismo, Mark Rosen. El hecho fue desmentido a través de periodistas ligados al poder que dejaron a Solá como un fabulador. Las dudas, sin embargo, persistieron y en Cancillería se quejaban en voz baja de una supuesta maniobra para desplazarlo. Hay dos candidatos para el cargo: Jorge Argüello y Gustavo Béliz.

Y esos ¿quiénes son?

Napoleón decía que el éxito tiene muchos padres, pero el fracaso es huérfano. Lo mismo debe estar pensando Alberto Fernández cada vez que llega el cartero. Hace unas semanas fue Cristina Fernández la que tomó distancia de su gobierno; en los últimos días lo hizo el Papa con una carta a ex alumnos en la que dice que no tiene casi contacto con los políticos argentinos y que muchos que dicen ser sus amigos no lo son. La UCA difundió simultáneamente su poco  favorecedora encuesta sobre pobreza. La ley del aborto en Navidad no le cae bien la Iglesia. Definitivamente.

Una que sale bien

A Alberto Fernández pocas cosas le han salido bien. Una de ellas podría ser la puesta en marcha de una maniobra electoral: la suspensión de las PASO. Reunió a los gobernadores, les repartió fondos y consiguió que respaldaran la idea con una sola excepción, Horacio Rodríguez Larreta, que fue la víctima de la repartija. Como con la vacuna en marcha no se podía usar de excusa el Covid, ahora el argumento es el ahorro fiscal. La jugada beneficia al oficialismo y abre una brecha en la oposición en la que dos gobernadores hicieron causa común con el kirchnerismo.

Demasiada ternura

Al final Horacio Rodríguez Larreta se enojó en público (un poco) por el quite de copartipación y le contestó a Alberto Fernández. En conferencia de prensa le preguntó al presidente si querían sacar la seguridad a la ciudad para que los barrabravas tomaran la Casa de Gobierno. Fue una chicana de muy baja intensidad, pero a sus colaboradores les costó Dios y ayuda que la incluyese en su discurso. Sus consejeros políticos dilectos son Federico Di Benedetto, Cristian Cohelo, Diego Santilli,  el jefe de Gabinete Felipe Miguel y el secretario general del gobierno, Fernando Straface.