2020, AÑO BELGRANIANO

Angel Gallardo y el centenario de Belgrano

Hace pocos días recordaba Juan Luis Gallardo que su abuelo el ilustre Ángel Gallardo fue enviado como representante del gobierno argentino para la inauguración del monumento al general Belgrano en Génova. Alguna vez escribimos un largo texto sobre el particular que ya habremos de comentar en estas páginas, sin embargo, quiero destacar que aquel hecho político pensando en las ventajas de toda índole que podría traer no era tal, al contrario, como queda en evidencia en sus Memorias para sus hijos y nietos que su hijo Guillermo editara en 1980.don Ángel tenía una auténtica admiración por Belgrano y muchos prohombres. 

Apenas asumió la presidencia Yrigoyen nombró a Gallardo presidente del Consejo Nacional de Educación, donde le tocó luchar contra la burocracia y también con algunos colegas que no quedan bien parados en sus recuerdos. Vale la pena destacar que, en 1920 al conmemorarse el centenario de la muerte del prócer, no fue menor la participación del Consejo en las celebraciones escolares y otras medidas. Como dijimos no dejaba en las páginas del Monitor de la Educación Común el Consejo de honrar a destacadas figuras de la docencia como el maestro Juan Andrés de la Peña en la pluma de José M. Moner Sans, o de señalar como se hacía un huerto escolar, de acuerdo a las instrucciones del profesor Mahaffy del Colegio de la Trinidad de Dublin, en Irlanda; una forma de proseguir aquella idea de Belgrano de la pequeña comunidad familiar y el cultivo de la tierra, por las que bregaba en otras palabras en las Memorias del Consulado; o un trabajo de la profesora Julia F. de Homar sobre la necesidad de fomentar la enseñanza industrial en las escuelas, especialmente en las rurales; ya que se pensaba en la mecanización del trabajo agrícola-ganadero. Y esto en 1920 para referirnos solamente a ese año.

Se aprobó el proyecto de Gallardo “obligar a los maestros a prestar anualmente un voto profesional de fidelidad a la Patria y a la bandera, en presencia de los alumnos, de las autoridades y de los vecinos de la escuela. Esta medida fue dictada para desenmascarar a los maestros anarquistas y antinacionalistas, poniendo en contradicción su voto con las prédicas disolventes que pudieran intentar”. La norma fue objeto de variados comentarios, desde el favorable de casi todos los diarios del país, y la Liga Patriótica la hizo imprimir en hojas sueltas que tuvieron amplia difusión. “Fue violentamente atacada por La Vanguardia y La Montaña. La Liga Nacional de Maestros pidió reconsiderar la medida, que fue mantenida en una resolución, también favorablemente en la mayor parte de los diarios y revistas. La Unión y LA PRENSA -prosigue Gallardo- formularon reservas. En cambio La Montaña, La Vanguardia, El Hogar y El Mundo Argentino la atacaron como atentatoria a la libertad de conciencia. El funcionario no tiene libertad de conciencia. Para tenerla debe empezar por renunciar a ser servidor del Estado, al que no puede atacar desde los puestos que éste le confía”. 

En abril se organizan excursiones escolares de los alumnos de quinto grado al convento de Santo Domingo, donde descansan los restos del prócer que tiene más allá del fin didáctico esta interesantísima descripción del lugar: “se eleva sobre un campo rectangular tapizado de césped y resguardado por una pequeña y artística reja…” escrito por la docente Edelmira Cardellini de la escuela Nro. 12 del Consejo Escolar Nro. 3. 

Gallardo asistió a las numerosas ceremonias con que se conmemoró el aniversario, pero cedió el uso de la palabra a distintas figuras. El 19 de junio en la Plaza de Mayo en ocasión del homenaje realizado por las escuelas públicas al prócer habló Roberto Bunge, debía ser un funcionario de su confianza, era hijo de una señora Artega Sánchez de una vieja familia de Montevideo, a las que se refiere en sus Memorias muy amiga de la mujer de Gallardo, Dalmira Cantilo conocida familiarmente como “Peracha”. A su vez en la ceremonia realizada ese mismo día con la presencia de todas las escuelas del Consejo Escolar Nro. 15 habló el vocal del Consejo don Juan P. Ramos. Los alumnos de los establecimientos de los Consejos Escolares Nros. 10 y 14, juraron la bandera en la pista de Sociedad Rural Argentina en Palermo, a cargo del vocal del Consejo Nacional el doctor Ernesto Bosch, vecino del lugar ya que su residencia era en la actual Embajada de los Estados Unidos.

Hacia fin de año habló en la apertura del acto con motivo de la adquisición del famoso cuadro de Alice titulado El silencio de San Martín, allí Gallardo expresó: “Un Museo Escolar debe contener ante todo objetos fuertemente evocadores”. Y resulta un magnífico estudio sobre la museografía de la época creo totalmente desconocido por los especialistas, otro aspecto no muy difundido de la obra del funcionario. En esa oportunidad también presentó a Joaquín V. González devenido ya en una figura respetada al final de sus días, y quizás a modo de indulgencia por auel hurto ministerial de un diente de Belgrano.

Mucho se podría hablar de Belgrano a través de la actividad para recordarlo del Consejo hace un siglo, pero sean estos breves apuntes tomados con otros aspectos antes de la pandemia, un acabado ejemplo de funcionarios como Gallardo que no sólo honraban a Belgrano con la gestos y con discursos, sino con su intachable conducta.