EL PULSO DE WALL STREET

Un plan consistente podría moderar el dólar

La primera semana de agosto ha sido muy importante para la Argentina. El acuerdo con los bonistas despeja la posibilidad de un default en el corto plazo. El arreglo es razonablemente bueno, dado que el Estado va a pagar alrededor de 30 mil millones de dólares menos de intereses. Pero su impacto, me parece a mí, se vera minimizado por el desastroso manejo económico de la cuareterna. La `no salida' acrecienta la debilidad de la Argentina.

El tipo de cambio se mantiene en torno de los 130 pesos. El dólar prácticamente no cayó nada. El sosiego cambiario no se ha concretado, la tendencia -a mi juicio- sigue siendo alcista.

Me fastidian esos análisis que reducen esta escalada a mero subproducto de la inflación. Es un error. Todo tipo de cambio tiene muchos factores en juego y la inflación es sólo uno de ellos. Cuando una moneda se deprecia en relación a otras monedas u otros activos es fundamentalmente por la percepción que los mercados tienen de dicha moneda. No es solamente un asunto inflacionario. En la Argentina no existe -desde muchísimos años- el ahorro sostenido en pesos, nuestros países limítrofes nos castigan si queremos cambiarles pesos argentinos. Nuestra moneda no se quiere.

Por esta razón, sigo observando una tendencia alcista del dólar que sólo podría ser moderada si se anuncia un plan económico consistente.

DOS ESTRELLAS

Las dos principales estrellas del panorama internacional siguen siendo el oro y el bitcoin. Sin olvidarme de la plata, también. Es el miedo a que los Bancos Central caigan en rachas de emisión desenfrenada.

Tanto es así que importantes bancos de inversión ya se están animando a recomendar oro y bitcoin, sin importar la edad del inversor. El metal dorado está cotizando en torno a los 2.060 dólares la onza. Si se me perdona la reiteración semanal, lo sigo viendo por encima de los 2.300.

Con respecto al bitcoin -hoy en 11.800-, nos va a sorprender en el corto plazo y se va ir a 15.000. Y no dentro de mucho, a 20.000.

Estas son las dos grandes inversiones de 2020.

La bolsa de Estados Unidos y las monedas globales bailan al son de la Reserva Federal. El mercado americano sigue muy firme (el Dow Jones cerró en 27.433,48 unidades, subió 3,80 % semanal). 

¿Tormentas? Siempre hay alguna en el horizonte, nunca lo olvide. La más peligrosa viene del flanco político. Las encuestas indican que Donald Trump perdería las elecciones. Se teme, incluso, que use el virus chino como pretexto para postergarlas.

No obstante, la economía estadounidense no está tan mal como cabría suponerse por la pertinaz neumonía de Wuhan. En julio, el índice de desempleo descendió al 10,2 % (11,1% un mes atrás), lo que implica que se generaron 1,8 millón de empleos, es decir por encima de las previsiones de los analistas que anticipaban 1,6 millón de nuevos trabajos. Qué envidia, ¿no?

De acá a noviembre pienso que la Bolsa va a seguir subiendo, pero con un ojo (o con los dos, mejor dicho) en la carrera a la Casa Blanca. ¿Hace falta recordarlo? Una derrota de Trump tendría efectos en todos los mercados del planeta.