Juan Felipe Ibarra y la­ autonomía de Santiago del Estero

Ibarra y Santiago son uno: el primero, guerrero de la independencia, "caudillo de la selva" -al decir de Jorge Newton en la biografía del prócer de 1973-, estirpe federal y autoridad indiscutida; la segunda, madre de ciudades, pregonada por Núñez del Prado, en Potosí, en 1549, reforzada por las huestes de Francisco de Aguirre, quien pregonó en Santiago de Chile y La Serena en 1552, según José María Rosa en `Del municipio indiano a la provincia argentina' (1953).­

El derrotero de la provincia va unido a los avatares de la conquista. "La historia reservó a Santiago del Estero un lugar singular entre las ciudades argentinas, dado que su carácter de establecimiento inicial en nuestro territorio -según Alberto Tasso en `Historia de Ciudades: Santiago del Estero' (1984)- le exigió un papel fundador y protector en el noroeste durante el primer siglo y medio de su existencia". Cabeza de la gobernación de Tucumán, Juríes y Diaguitas, concitó las apetencias de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba tanto territorial como de sometimiento político, al tiempo de tener una puja de siglos con San Miguel de Tucumán.­

Santiago pasó de depender de la Capitanía de Chile al virreinato del Perú en 1563, como capital de gobernación de Tucumán, con autoridad administrativa sobre las actuales Tucumán, Jujuy, Salta, Catamarca y La Rioja. Posteriormente, en 1778, forma parte de la Intendencia de Córdoba, y, en 1814 es incorporada a la provincia de Tucumán.­

Tasso refirió que "el siglo XIX marca no sólo el inicio de la vida independiente. sino también la conquista de la autonomía en 1820. El Acta y el Manifiesto en que Santiago afirma su derecho a la vida autónoma, eliminando así la subordinación que la ligaba a Tucumán, son documentos clásicos, y hasta cierto punto indispensables. Muchos historiadores han visto en este texto una clara exposición de los principios y sentimientos federalistas, que habían de regir con sus conflictos y luchas todo el período de la organización nacional".­

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IMPRONTA FEDERALISTA­

Efectivamente, la impronta federalista se patentizó no sólo en los títulos autonómicos santiagueños sino en el accionar de Juan Felipe Ibarra, su máximo caudillo, en el crucial Año XX.­

"Nació en Matará el 1 de mayo de 1787, próximo a la frontera con los belicosos indígenas de las selvas chaqueñas, -según Pacho O Donnell en `Caudillos Federales: El Grito del Interior' (2008)- hijo mayor de familia de abolengo. Cursó estudios en el prestigioso colegio de Monserrat, en Córdoba. se incorporó a la guerra por la Independencia como miembro de la primera fuerza de voluntarios reclutada en su provincia por un gran patriota, el capitán Jorge Francisco Borges, donde revistó como subteniente de la 3° Compañía de Patricios Santiagueños

En el Ejército del Norte, a las órdenes de Belgrano, obtuvo un Escudo de Honor por su desempeño en el combate de Las Piedras. También combatió en las batallas de Tucumán y Salta, al cabo de las cuales fue ascendido a capitán "por acción de guerra". Cuando San Martín asumió como jefe del ejército patriota, lo incorporó a su Estado Mayor el 20 de abril de 1814. Luego sirvió a las órdenes de José Rondeau, y participó del desastre de Sipe Sipe. Fue edecán de Belgrano, cuando regresó para conducir la guerra en el Noroeste. Luego, ya como comandante, Belgrano le encomendó el reclutamiento de santiagueños para las fuerzas independentistas".­

O'Donnell, en apretada síntesis, da una idea de la importancia de Ibarra en la acción contra los realistas, hasta llegar a 1816, el año de la independencia. Posteriormente Belgrano lo designó Comandante General de Frontera, teniendo su cuartel en Abipones, cerca de las ruinas jesuíticas, jefatura que ejerció de 1817 a 1820.­

Nada se tiene documentado de sus inquietudes federalistas, ni de conexión alguna con el ideario artiguista o que bregase de antaño por deparas Santiago del dominio tucumano. Quizás haya tenido el ejemplo de la autonomía de Santa Fe por impulso de Francisco Antonio de Candiotti, "el príncipe de los gauchos", bajo la "protección" de Artigas, y los avatares del porteñista Francisco Tarragona y la impronta proto federal de Mariano Vera, "caudillo del sabalaje", antes de la llegada al poder oficial de Estanislao López, el futuro "Patriarca de la Federación".­

Un antecedente autonómico se dio con Borges, nombrado anteriormente, quien en septiembre de 1815 se alza contra Taboada y proclama "Pueblo Libre" a Santiago del Estero, tendiendo a unirse con Artigas. A los pocos días es derrotado por Bernabé Aráoz, paradójicamente su pariente. Borges retomó las armas en diciembre de 1816 contra Aráoz, ahora gobernador directorial de Tucumán, quien rechazó dicha envestida contra la capital tucumana e instigue contra él por "anarquista" ante Belgrano, quien ordenará su fusilamiento el 1° de enero de 1817.­

Lo cierto fue que Ibarra debió reincorporarse al ejército auxiliar del Norte, ahora en funciones punitivas contra los caudillos del Litoral, que Belgrano primero, y luego Fernández de la Cruz condujeron. Los hechos se precipitaron en 1820: Sublevación de Arequito mediante, Cepeda y el Tratado del Pilar determinaron el fin del Directorio y el inicio de las autonomías provinciales. Tucumán no se quedó atrás y se proclamó República, sumando a Catamarca y Santiago del Estero.­

Bernabé Aráoz, participe de la sublevación en Tucumán que depone al gobernador Felipe Mota Botello y que, tras un Cabildo Abierto, es nombrado Gobernador, invita a los Cabildos de Santiago y Catamarca que sumen su voluntad para un Congreso Constituyente de la República del Tucumán. Santiago no responde y planea separase de esa tutela. Dominada por Juan Francisco M. de Echauri, edecán de Aráoz, Santiago será "liberada" por la avanzada militar de Ibarra, nombrado gobernador, y concediéndole el grado de brigadier.­

El 27 de abril de 1820, fue la declaración formal del nacimiento de Santiago del Estero como provincia autónoma. El Acta de la Asamblea Electoral, siguiendo a Newton, estableció: "Art. N° 1 Declaramos por la presente acta nuestra jurisdicción. Art n° 3 Ordenamos que se nombre una Junta Constitucional para formar la constitución provisional y organizar la economía interior. según el sistema provincial de los Estados Unidos de América del Norte... Art n° 5 Ofrecemos nuestra amistad a nuestros respetables hermanos y conciudadanos del Tucumán, y el olvido de lo pasado a los que nos han ofendido; inmolando todo resentimiento sobre las aras de la religión y de la patria".­

Araoz no ve esto con buenos ojos e intenta someter por la fuerza dichas ansias autonómicas, pero es derrotado por Ibarra, al tiempo que Martín Güemes envía a Alejandro Heredia a apoyar la causa santiagueña. Luego de varios combates, se firma el tratado de Vinará que reconoce la autonomía de Santiago del Estero. ­

En el bicentenario de esta gran provincia, valga mi recuerdo a la figura de Ibarra y a la gesta de quienes creyeron en refirmar con orgullo su identidad santiagueña.­

 

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* El autor es licenciado en Ciencia Política; Docente de la UCES; Secretario del Instituto Nacional Juan Manuel de Rosas.­