¿Una mutación natural del SARS o inducida?

Existe la posibilidad de que buscando una vacuna para un virus corona anterior se haya creado el COVID-19 en un laboratorio de China.

Desde que el mundo es mundo, la culpa de guerras, desastres naturales y epidemias, ha sido ajena. Siempre aparece un dedo acusador que empuja a las tropas a pelear contra el país vecino, contra los miembros de una religión que no es la propia, contra otro grupo social, contra el inmigrante, el extranjero, o simplemente contra la persona que vive en la acera del frente. Proyección se le dice a este fenómeno psicológico propio de la condición humana. 

Los romanos les echaban la culpa a las epidemias que azotaron su imperio a los cristianos, en la Edad Media la peste negra era culpa de los judíos, la sífilis lo era de los franceses... en Argentina a los inmigrantes italianos se les echó la culpa de la fiebre amarilla. Ahora se están vengando de los supermercados chinos...

Estas acusaciones van asociadas a teorías conspirativas para explicar (aunque sea precariamente) el origen del mal que nos aqueja, y más se da en este caso cuando se está recurriendo a un enorme experimento social para frenar la evolución de la pandemia. Por primera vez en la historia, la tercera parte de la humanidad está encerrada con un celular en su mano, poderoso elemento tecnológico que nos mantiene informados, comunicados con seres queridos y otros que no lo son tanto. Quizás, lo más peligroso, es que estos reclusos tienen tiempo, mucho tiempo para pensar y mascullar sobre quien es el responsable de este encierro... y entonces surgen teorías, comentarios y chistes que sirven para proyectar las culpas y desahogarse en forma elegante y graciosa. "Mira lo que les pasó por comerse un murciélago", bromeaban por allá y hace tiempo, en enero del 2020 (el tiempo transcurre con una parsimonia exasperante). ¿Fueron los murciélagos el origen de la pandemia? Desde tiempos del SARS se sabe que el coronavirus puede sobrevivir en los murciélagos, mamíferos resistentes a otros muchos virus como el de la rabia.

La otra pandemia

A principios del siglo XXI hubo otra pandemia provocada por un coronavirus que causaba un síndrome respiratorio agudo. Entonces solo hubo 8.000 individuos afectados, de los cuales 800 murieron. Afortunadamente, el SARS no es tan contagioso, de haberlo sido podría haber diezmado a la humanidad. 

La imagen repugnante, para nuestros gustos, de orientales comiendo murciélagos en los mercados de Wuhan, es materia prima para esbozar teorías de todo tipo, además de generar algunas dudas que saltan a nuestra mente. ¿Por qué fue China el epicentro de tantas epidemias en los últimos años? Han tenido la gripe de Hong Kong, la gripe aviar, la gripe porcina y ahora esta ¿gripe de los murciélagos?

Profundizando en la búsqueda de culpables, circulan por las redes sociales (la forma más elaborada de chusmerío, una variable cibernética de nuestra tendencia a proyectar) la teoría de una manipulación genética para generar este virus. De esta forma, los chinos habrían diseminado una pandemia que les permitirá dominar al mundo. La llamada Operación Jaque Mate.

Como siempre, nihil novum sub sole. Los españoles se encargaron de diseminar el virus de la viruela para eliminar a los nativos americanos. De esta forma un puñado de conquistadores sometió a miles de aborígenes. No solo se sirvieron de sus caballos y armas de la pólvora, ex profeso diseminaron la viruela por el nuevo continente. 

Pero no vamos a hablar de españoles sino de chinos que de esta forma encarnan otro mito universal: el de científico loco, el Dr. Frankenstein, Dr. Jekyll y Mr. Hyde, investigadores sin ética que usan sus mentes brillantes para dominar el mundo.

 ¿Los chinos generaron este virus con tal fin? Por un lado el COVID-19 puede ser una mutación natural de otros tipos de coronavirus, que están ampliamente diseminados en la naturaleza y en el humano da cuadros gripales banales o diarreas. También existe la posibilidad que, al buscar una vacuna para el SARS, se haya llegado al COVID-19. 

Existen dos formas de hacer vacunas para prevenir enfermedades virales. A virus muerto o a virus atenuado. Este último producirá un germen que ocasionará un cuadro muy leve de la enfermedad dejando inmunidad temporal. Es dable pensar que los chinos hayan trabajado buscando una vacuna para el SARS, dada su alta mortalidad, y en el camino se encontraron con el COVID-19 que produce un cuadro más leve, con menos mortalidad que el SARS pero que es mucho más contagioso. Justamente esta capacidad de adherirse a las superficies y a las vías respiratorias de los humanos ha sido la causa por la que fácilmente se escapó del laboratorio y se ha diseminado como lo hizo. 

No creo que los chinos hayan creado ex profeso este virus para "conquistar el mundo" (es como tirarse un tiro al pie), pero sí que al encontrarse con este fenómeno (por mutación natural o inducida) aprovecharon la oportunidad para jugar al ajedrez con las finanzas internacionales, ganando la partida de la guerra comercial, a la que Trump los empujó. Gracias al virus chino, como lo llamó el primer mandatario norteamericano, los orientales están venciendo la partida.

Mientras que la economía del mundo no sabe cómo reaccionar, el gobierno chino ha comenzado a activar los mercados comprando materias primas (incluido el petróleo que tanto les falta, a precio de liquidación) adquiriendo acciones de empresas a precio de saldo y abriendo su Camino de la Seda. Mientras tanto su principal contrincante se bate contra esta enfermedad que inicialmente menospreció y que, seguramente, va a mermar las posibilidades electorales del actual presidente norteamericano. ¿Jaque Mate? No. Desde la Guerra de los Cien Años, hace casi mil, sabemos que no hay punto final a una contienda que cada día hace más evidente su faz comercial. La guerra siempre fue un intercambio económico violento. 

¿Pergeñaron los chinos esta maniobra para asegurar su preeminencia mundial? No lo podemos afirmar; solo sabemos que ellos han el escrito el Sun Tzu donde reza:

"Cansa al enemigo manteniéndolos ocupados y no dejándolos respirar... (Porque) el supremo arte de la guerra es someter al enemigo sin luchar".