EL LATIDO DE LA CULTURA

Examen de conciencia

¿Servirá para algo esta cuarentena? ¿Nos dejará alguna reflexión acerca de cuánto de humano le queda a nuestra especie? ¿Ordenará finalmente nuestras prioridades?,  ¿conocemos cuáles son? ¿Quedaremos de cara a nuestro reflejo, a quienes fuimos, quienes pudimos haber sido o quiénes aún podemos llegar a ser?

¿Nos llevará a preguntarnos por el tiempo desperdiciado, el tiempo compartido o el tiempo que ahora pareciera sobrarnos y no sabemos en qué emplear? ¿Es necesario emplearlo al tiempo? ¿Hay que matarlo? ¿O hay que recuperarlo? ¿Cómo nos llevamos con el ocio? ¿Sabemos estar sin hacer, sin decir, sin pensar en nada? ¿Aprenderemos a contemplar, a estar en silencio? ¿No tendrá que ver con el silencio todo esto? 

¿Dónde nos encuentra este estado de prisión domiciliaria? ¿Solos en un departamento? ¿En pareja? ¿Rodeados de nuestras familias? ¿Lejos de los hijos y de los nietos? ¿Peleados con algunos parientes? ¿Con el beneficio de una mascota, un balcón o una terraza que nos permite respirar un poco de fresco? ¿Había muerto o no la idea de familia? ¿Había muerto el amor, como leí por allí? ¿Cómo nos llevamos con la soledad?, ¿se trata de la epidemia que nos habían dicho que era? ¿Valoraremos más la naturaleza después de esto?

¿Cómo nos  relacionamos con los medios de comunicación? ¿Nos generan ansiedad? ¿Cuántas horas de televisión y radio consumimos al día? ¿Nos la pasamos en las redes sociales? ¿Toda esa información y esa hipercomunicación, nos vacía o nos llena? ¿Nos deja dormir?¿Nos produce un poco de pudor vernos en cámara, en videollamadas, escuchar la propia voz? ¿Llamamos a nuestros amigos, a nuestros padres y a nuestros abuelos para ver cómo están? ¿Qué le está haciendo el WhatsApp a nuestros cerebros? ¿Hay vida en el planeta Virtual?

¿Potenciará nuestros cinco sentidos esta pandemia? ¿Estamos cocinando, leyendo, escribiendo todo lo que no podemos durante la “vida diaria”? ¿Nos estamos conectando con el poder de nuestras manos? ¿Cambió en algo la relación con nuestra casa? Si ahora que pareciera que nos sobra el tiempo no paramos de ordenar, ¿no será que en la vida ordinaria nos tiene un poco desordenados? ¿Pudimos transformar en hogar a nuestra casa o sigue siendo una especie de máquina de habitar, un no-lugar donde dormimos y miramos Netflix? ¿Se puede vivir ajeno a la dictadura de las series? ¿Nos está salvando el arte? ¿Volvimos a escribir, a pintar, a tocar un instrumento olvidado, a ocuparnos de nuestra huerta? ¿Se puede vivir sin una rutina? ¿Por qué queremos hacer ahora todo lo que decimos que no podemos hacer “durante el año”?

¿Por qué la gente corre adentro de un departamento? ¿Hacemos deporte atendiendo nuestra salud o para satisfacer el modelo de cuerpo que la sociedad nos impone? ¿Disfrutamos de la actividad física o en realidad nos aburre? ¿Antes nos disfrazábamos para ir al gimnasio ahora que transpiramos en ropa de entrecasa cuando nadie nos ve? ¿De verdad son tan imprescindibles todas esas cosas que antes considerábamos imprescindibles? ¿De verdad necesitábamos tanto aquello a lo que decíamos que no podríamos jamás renunciar?

¿Qué haremos cuando todo esto termine? ¿Terminará en definitiva o es solo el comienzo de otra cosa? ¿Se trata de veras de un mensaje que algo o alguien está intentando darnos? ¿Es una prueba, un favor, una consecuencia, un castigo o nada de eso? ¿Estamos cosechando lo que sembramos? ¿Había lugar para este examen de conciencia, antes, cuando jurábamos que nos faltaba el tiempo? ¿Duramos, existimos, vivimos o sobrevivimos?