"Parásitos", en carrera hacia el Oscar

Un relato de ascenso y engaño

 

 

"Parásitos" (Corea del Sur, 2019) Dirección: Bong Joon Ho Guion: Bong Joon Ho, Han Jin Won. Fotografía: Hong Kyung Pyo. Diseño de Producción: Lee Ha Jun. Música: Jung Jae Il. Actores: Song Kang Ho, Lee Sun Kyun, Cho Yo Jeong, Choi Woo Shik, Park So Dam, Lee Jung Eun, Chang Hyae. Duración: 132 minutos. Clasificación: apta para mayores de 16 años.

 

Un barrio de Seúl multitudinario, pobre, donde la gente se apiña en viviendas económicas casi bajo tierra. Gente como la familia del adolescente Ki Woo, que quiso hacer estudios superiores pero fue bochado y ahora está siendo chupado por esa miseria en que cayó la familia. Porque ellos no eran así, hasta tuvieron un pequeño negocio, pero esa economía inestable los hizo degradarse hasta vivir en una madriguera.
Cuando todo parece andar mal y hasta el negocio de doblar envases de pizza les falla, surge la idea del engaño. ¿Por qué no aprovechar los conocimientos de Ki Woo y fraguar un falso diploma para obtener un buen empleo?
La casa de los nuevos ricos Park es la antítesis de la del adolescente que busca empleo, una mansión de líneas sofisticadas con amplísimos ambientes, un jardín interior y objetos de arte. Ki Woo se convierte en ayudante didáctico de la hija de los Park y confidente de la esposa del dueño de casa, un arquitecto de moda. Poco a poco el joven irá ampliando el radio de dominación con la incorporación de toda la familia. Como los parásitos, que requieren un huésped viviente para sobrevivir, la familia invasora se adhiere a los Park. Hasta el ama de llaves, que maneja la casa con eficiencia, será puesta en la calle para que el resto de la familia se apodere del espacio ajeno.
 
DEL HUMOR AL HORROR
El surcoreano Bong Joon Ho ("Okja", "Madre") arma una historia donde conviven los géneros. Si el realismo y el humor son la base de la familia de Ki Woo, la sofisticación y el esnobismo se enseñorean con los Park. En ellos convive la credulidad, la desubicación y esa lejanía que los separa de la gente que no pudo llegar a su estatus económico.
Una narración que simplemente parece marcar una historia de ascenso y engaño, da un profundo viraje cuando una piedra ancestral y el secreto del placard de la cocina, como en las novelas de Agatha Christie, se convierta en la clave de lo que viene.
Elemento clásico en los relatos orientales, la presencia fantasmática ("el kaidan") ingresa a una historia en que las clases no pueden tocarse, y convierte desafíos y engaños en un relato de horror, donde la violencia y la sangre tiñen de rojo esta colmena de zánganos y obreros en que hasta el olor de la piel parece ser un virus no tolerado por determinadas castas.
Tensión y sonrisas, crítica y misterio, todo puede ocurrir en la acristalada mansión, ésa habitada por impecables señores que encerrados entre tanto lujo ignoran a cualquier otro que intente compartir su destino. 
Filme de extremos, donde la pobreza y la riqueza se enfrentan pero llamativamente pueden cambiar de dueños por un golpe de fortuna o de Bolsa. Relato de horror donde lo peor es que cualquiera puede precipitarse al abismo y llegar al fondo de la pirámide luego de haber estado en la cumbre.
Bong Joon Ho, como en el comienzo de su película, convoca imprevisibles "parásitos" que siempre estarán dispuestos a encontrar un huésped viviente, hasta el momento en que el huésped caiga en la cuenta de que él mismo los ayudó a nacer.

Calificación: Muy buena