ENTREVISTA A OLGA E. FERNANDEZ LATOUR DE BOTAS

Entre el árbol y la Cruz

Una reciente compilación de estudios académicos aborda una relación que tiene su origen en el cristianismo universal. Desde siempre inspiró al arte y ha tenido gran presencia en la cultura tradicional de Occidente.

POR GERMAN MASSERDOTTI

La cultura fundacional argentina se nutre de la tradición hispánica. Nombrar a España, a su vez, reclama hacerlo lo mismo con el Catolicismo. Inicialmente Isabel y Fernando, los Reyes Católicos, y su nieto Carlos de Habsburgo en perfecta continuidad, implementaron inteligentemente una política cultural en las tierras americanas descubiertas a fines del siglo XV cuyo fin principal fue la evangelización de los naturales.

Teniendo presente este marco cosmovisional, nos interesa destacar la presentación que se realizó el pasado 6 de agosto en el Auditorio Mons. Derisi, en la Universidad Católica Argentina, de El árbol y la Cruz (Religiosidad y ecología) (1). Sus coautoras en la dirección de la publicación son Olga E. Fernández Latour de Botas y de María Azucena Colatarci.

La Prensa entrevistó a Fernández Latour de Botas que, además, es autora de ¡Achalay, mi Virgen! María en el folklore argentino (2), entre otras numerosas publicaciones.

-¿Cómo se explica la relación entre el árbol y la Cruz?

-Ella se origina en el cristianismo universal, en la percepción del madero de la Cruz como una sublimación del árbol. Ha sido fuente de inspiración de innumerables escritores y poetas, aparece en los libros sagrados y se manifiesta de distintas maneras en la cultura popular tradicional hasta nuestros días.

-¿Cuál es el origen del libro?

-El libro publicado por Educa bajo el título de El árbol y la Cruz (Religiosidad y ecología), que lleva la firma de María Azucena Colatarci y la mía, como coautoras, es un compilado de trabajos presentados por distintos colaboradores que acudieron, entre 2004 y 2017, a la convocatoria formulada para el 3 de mayo de cada año, por el Centro de Estudios Folklóricos "Dr. Augusto Raúl Cortazar" sobre ese mismo tema. Se seleccionaron algunos de los que habían recurrido ya fuera a fundamentos bibliográficos fundamentales procedentes de libros sagrados (glosarios, obras críticas o hermenéuticas), ya a visiones antropológicas de fenómenos regionales del patrimonio cultural vigente. Se tuvieron en cuenta aportaciones referidas a obras literarias de autores antiguos o contemporáneos y se incluyeron poemas inéditos de dos escritoras sumamente cercanas al Cefarc: las doctoras Gloria O.J. Martínez y Elsa Leonor Di Santo. De mi parte, siendo autora del Programa de investigación que sustentó las acciones de él surgidas, titulado "Programa de investigación sobre "El árbol y la Cruz""- había presentado ya un trabajo sintético y un power point con ilustraciones y bajo ese título, ante el Seminario Internacional "Difusión y protección del patrimonio religioso en América Latina", organizado por la Cátedra Unesco de Turismo Cultural Untref/Aamnba, Buenos Aires, 2011.

-¿De qué manera se plasma la relación entre el árbol y la Cruz en la cultura argentina? ¿Resulta una novedad?

-La relación entre el árbol y la Cruz no representa una novedad en la cultura tradicional argentina. Se proyecta en cantares tradicionales de niños y de adultos que han llegado a nuestro territorio desde España y luego han adoptado contenidos y funciones propios de las culturas populares de esta parte de América. En la obra he intentado un esbozo clasificatorio de tales manifestaciones poniendo el acento en las dos fiestas de la Cruz que incluyó el calendario católico: la de la Invención de la Santa Cruz (3 de mayo) y la de la Exaltación de la Santa Cruz (14 de septiembre), sin olvidar los ciclos pascuales (de Navidad y de Resurrección) donde el árbol y otros elementos de origen arbóreo (coronas, varas engalanadas, arcos floridos) forman parte del patrimonio simbólico que allí se pone en juego.

El haber asistido a ceremonias relacionadas con el Maibaum o Arbol de Mayo, en Baviera (Alemania) me llevó a profundizar en esta relación entre mayo (mes del renacer de la naturaleza, la primavera en el hemisferio norte) y la proyección religiosa que la Iglesia dio a ese sentimiento al colocar el 3 de mayo la mencionada fiesta conmemorativa del hallazgo de la Cruz de Cristo por la Cruzada enviada a Jerusalén por Santa Elena, madre del emperador Constantino (siglo IV). Esta celebración, que hoy se ha retirado del santoral corriente, coincide con tradiciones muy arraigadas: la del Señor de Renca (en San Luis por contacto con un culto anterior en Chile), la del Cristo de la Quebrada, también en San Luis, las de la Cruz de los Milagros, con diversas características en Salta y en Corrientes, la del Señor de la Reducción en Córdoba, la del Señor de los Remedios y la "Cruz-reza" en Santiago del Estero; las Cruces vestidas en localidades de La Rioja, las cruces adornadas en las cumbreras de las casas, que ha documentado Azucena Colatarci en la puna de Jujuy.

Fuera de los cultos canónicos o aceptados por la Iglesia, la relación entre el árbol y la Cruz ha pasado a surgir en otros contextos: el de los cultos profanos como el muy famoso al Gauchito Gil o Curuzú Gil (Cruz Gil) en Mercedes (Corrientes) y desde allí a casi todo el país. El elemento cristológico queda allí como lejano soporte de la devoción supersticiosa inicial, aunque no han faltado religiosos que han revindicado ciertos valores propios del catolicismo en el "culto a las ánimas" de quienes reciben muerte violenta, como es el caso del gaucho correntino.

-¿Qué perspectivas de investigación en la misma línea de trabajo esperan desarrollar en los próximos años?

-El programa de investigación que hemos radicado hace 19 años en la Cefarc/UCA continúa abierto y cada 3 de mayo se ofrece tiempo y espacio para que se presenten y se expongan nuevos trabajos de investigación o nuevas obras literarias sobre el tema.

1 Educa, Buenos Aires, 2018.
2 Educa, Buenos Aires, 2014.