"Para mis padres el trabajo es a la antigua. Tenés que cumplir un horario como un empleo tradicional. Ellos no lo ven pero yo cumplo mucho más horas que una actividad tradicional. Allá son 8 horas que fichas pero cuando esas trabajando en las redes son 24 horas de acción. A veces, me escriben a las 1 am y si no estoy durmiendo le respondo. Es un trabajo más millennial pero es una fuente de ingresos. Yo hablo mucho con mis amigos y les digo que no quiero que uno de mis hijos sea Youtuber porque es un trabajo muy duro pese a que no se lo vea así", señaló a La Prensa Karina Gao, una de las principales influencer en Instagram que desde hace tres años a través de su cuenta "Mon Petit Glouton" comparte con una comunidad virtual de más de 118.000 seguidores sus experiencias cocinando platos fáciles para toda la familia.

Desde su llegada al país cuando tenía nueve años, Gao fue transitando su vida equilibrando la cultura china natal con la argentina. Licenciada en Economía Empresarial en la Universidad Torcuato Di Tella y Master en Management con Majeur en Entrepreneur de la HEC Paris, una vez finalizados sus estudios en el exterior volvió a la Argentina para crear su empresa de comercio exterior y negocios con China. Pero fue al convertirse en madre de gemelos que surgió su emprendimiento más gratificante y, de la mano, su especialización en alimentación en la primera infancia.

Invitada por la Asociación de Profesionales Coreanos en la Argentina (APCA) y la Embajada de Corea a participar de la tercera edición de "Millennial - Desafíos de la vida profesional" la emprendedora de 34 años destacó su experiencia en el mundo laboral a los más jóvenes de su generación.

"Creo que estamos un poco perdidos a la hora de elegir una carrera profesional, en el sentido de que somos una cultura que se nos enseña a no cuestionar a nuestros padres. Por ahí me gusta algo pero mi mamá me dice que estudie otra cosa. Es un dilema constante en los jóvenes sobre lo que es la cultura y el lugar donde venimos. Nos llaman la Generación Banana, somos amarillos por fuera pero muy argentinos por dentro", remarcó riéndose la influencer.

Un aspecto muy señalado como característica negativa de los millennials es la falta de entusiasmo en su trabajo. Pero Karina demuestra que esa visión es, en ella, una falacia. "Soy muy adicta al trabajo. Mi esposo es francés y le gusta disfrutar de las cosas como tomar un café al mediodía, de irse de vacaciones o de salir a la tarde. Dice mi mamá que me lleva por el mal camino, pero aprendo a disfrutar de esas cosas. Ese es un balance positivo porque mi marido me desacelera un poco. El problema no es el trabajo, porque los chinos y los coreanos son trabajadores, sino para qué trabajar", indicó reflexiva Gao.

Durante su charla con los más jóvenes, muchos recién egresados del colegio secundario o en los primeros años de la universidad, la creadora de "Mon Petit Glouton" aconsejó a los presentes sobre su elección profesional.

"A mí siempre me dio por lo artístico y mamá siempre me decía "de eso no vas a vivir nunca". Pero hace dos años ví en la entrega de los Oscar a un músico francés que por dos años seguidos había ganado un premio. Y ahí me puse a pensar que ese hombre le va bien porque se mató trabajando. La realidad es que si sos bueno en algo y te esforzás vas a lograr mucho. El trabajo es fundamental", contó Karina.

VOCACION

Una similar percepción sostiene el millennial argentino Dan Zajdband, un joven de 29 años que desde los 14 se dedica a la programación. Lo que se inició como algo lúdico para realizar en su tiempo de ocio terminó convirtiéndose en un trabajo formal que lo destaca por su intenso trabajo entre cientos de profesionales en el área tecnológica.

Disertante también en el evento sobre los desafíos profesionales para su generación, el joven fue categórico sobre el evento. "Me parece bueno transmitir las experiencias. Las problemáticas que tenemos hoy en día en el trabajo son distintas a las que tenían mis padres u otras generaciones. Hoy todo es mucho más especializado y cambia muy rápido las necesidades de la industria", enfatizó Zajdband, que dejó sus estudios de Ingeniería para dedicarse a lo que le gustaba.

Esta variación contínua en la oferta de carreras, algunas que hasta hace pocos años atrás no existían, dejó de lado esa estabilidad que los padres y abuelos de la generación millennial tuvieron durante gran parte de su vida laboral. "Hay un millón de cosas distintas para hacer. Podés tener una pequeña introducción a todo para descubrir lo que le gusta y, también, es más flexible porque lo que se eligió a los 17 años no es lo mismo que uno pueda querer a los 30", expresó el destacado programador.

La incertidumbre sobre qué seguir en la vida y sus vaivenes vocacionales surgieron en la charla de Dan Zajdband que contó la experiencia de dos amigos que habían estudiado sociología, pero que finalmente terminaron trabajando: "de chef y el otro de fotógrafo y les va muy bien. Sus expectativas a los 17 años no eran las mismas luego de varios años de facultad y se dieron cuenta que sus caminos iban por otro lado. Si bien ahora es más desafiante el mercado laboral, ya no existe el quedarse 30 años en un mismo lugar, y genera incertidumbre también surge la posibilidad de dedicarse a muchas cosas".

Consultado sobre la visión que persiste sobre la falta de una cultura de trabajo en la generación de los millennials, el programador refutó esa imagen: "No estoy de acuerdo. Creo que hoy no hay una sensación de estabilidad laboral fuerte. Entonces se pone el foco en que las generaciones más jóvenes no quieren compromisos con el trabajo pero es poner todo el peso sobre una cara de la realidad. Si las empresas no dan la estabilidad laboral que uno tenía en el pasado tampoco pueden esperar un compromiso del otro lado".

OYENTES

Desde los organizadores hasta los disertantes coinciden en una cosa: el interés por las experiencias visto entre los jóvenes oyentes fue notorio. Y es que la generación millennial llega con todas las ganas de descubrir lo que les depara el mundo laboral en la Argentina.

"Me pareció muy interesante como se puede hacer el propio camino en la profesión sobre todo en los casos de personas que no tuvieron una disciplina académica estricta. Sin embargo, pudieron ir hacia ese camino en la profesión y por senderos no tan tradicionales", recalcó a La Prensa Flor Kim, una joven de 26 años que está finalizando sus estudios en arquitectura.

Nacida en la Argentina pero de familia coreana, su voz tranquila con ritmo pausado cambia de repente cuando se le pregunta sobre cómo se tendría que fomentar en la gente más joven modelos para desarrollar como son el valor del trabajo y el esfuerzo de la primera generación de inmigrantes. "Me parece bastante importante el tema culturalmente establecido del trabajo", dijo la millennial.

Sobre la dificultad en mantener sus tradiciones en la Argentina en un contexto generacional, Kim analizó: "Se siguen manteniendo algunas pero hay otras que tendrían que ser modificadas. Pero todos se tuvieron que adaptar como pasa con los sabores en la comida. Una de las tradiciones, por ejemplo, es entrar a una casa y sacarse los zapatos. Hay personas que lo hacen y otras no".

Agregó que "dentro de la comunidad, están algunos que son más tradicionales y mantienen sus costumbres mientras que otros no les gusta y refutan esos aspectos. Entre los millennials discutimos estos temas".

La posibilidad de irse a estudiar a otro país y, eventualmente, radicarse afuera también surge como una inquietud a futuro. Siendo que en épocas de crisis muchos profesionales recién recibidos emigran a otras latitudes, la posición de Kim resaltó a la Argentina como su país para desarrollar su carrera profesional.

"A mí me interesa la parte internacional e intercultural. Creo que me gustaría obtener la experiencia en el exterior pero no es mi objetivo final quedarme afuera porque sería decir que no aprendí algo viviendo acá", contó la estudiante universitaria.

RENOVAR

La tercera edición del encuentro Millennial tuvo una característica distinta a las anteriores ediciones: se abrió al público en general. Así, estudiantes universitarios fuera de la comunidad coreana que buscaban conocer más de las experiencias de otros profesionales encontraron respuestas a sus dudas durante más de 3 horas.

Con 22 años y estudiando arquitectura en la Universidad Di Tella, Avril Pintabona consiguió un contacto que le permitiría acceder a una pasantía en su área de estudios. Consultada sobre cuánto pesa la vocación en el momento de elegir una carrera, la joven manifestó: "Muchos amigos eligieron Economía o Administración de Empresas porque tienen una empresa familiar. Eso todavía sigue existiendo. Pero creo que hoy en día hay muchas más posibilidades de elección. Antes quizás sólo habían 5 carreras para elegir y hoy tenés un millón de opciones". 

La joven concluyó: "Muchos cambian de carrera o trabajo porque son jóvenes. Sienten que tienen un montón de tiempo para definir lo que les gusta. Pero, en última instancia, los motivos para trabajar siguen siendo los mismos que los de mis padres. Tener un techo propio sería para mi algo fundamental".