Indignado por las nuevas sanciones, Irán dice que la Casa Blanca tiene un "retraso mental"

El presidente Hasan Rohani proyectó "el final de la diplomacia entre ambos países", tras señalar que la decisión demuestra que Washington "miente" cuando dice que quiere negociar.

 

La última ronda de sanciones de Estados Unidos indignó hoy a Irán, cuyo presidente, Hasan Rohani, proyectó "el final de la diplomacia entre ambos países", tras señalar que la decisión evidencia un "retraso mental" y demuestra que Washington "miente" cuando dice que quiere negociar.

"Las sanciones prueban que Estados Unidos miente cuando dice que quiere abrir conversaciones con Irán", afirmó, citado por PressTV, el mandatario iraní, que abandonó su habitual tono comedido para disparar que "las acciones de la Casa Blanca indican retraso mental".

Rohani dijo no temerle a Trump y calificó su postura actual como "paciencia estratégica", que -subrayó- "no debe confundirse con tener miedo".

Paralelamente, el portavoz de la Cancillería, Abbas Musavi, señaló en un mensaje en Twitter que "imponer sanciones inútiles al líder Supremo de Irán y al comandante de la diplomacia iraní supone el cierre permanente de la vía diplomática".

"La desesperada administración de Trump está destruyendo todos los mecanismos establecidos para mantener la paz y la seguridad mundial", zanjó el funcionario.

Ayer, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, impuso fuertes sanciones financieras al líder supremo y a ocho jefes militares iraníes, con lo que profundizó una escalada de tensión en Medio Oriente luego de que Teherán derribara un dron militar espía estadounidense la semana pasada cerca del golfo Pérsico.

Pocas horas después del derribo Trump suspendió -a último momento- un bombardeo a Irán aunque continuó escalando la retórica bélica y amenazó a Teherán con su "destrucción" si no cambiaba de actitud.

Más que el daño económico implicado en las nuevas sanciones, los iraníes ponderan el hecho simbólico implicado en castigar a Ali Jamenei, máximo representante de la República Islámica iraní y depositario del legado político y espiritual del líder de la Revolución de 1979, Ruhollah Khomeini.

Por otra parte, se espera que esta nueva ronda de sanciones se extiendan en pocos días al canciller, Mohamed Yavad Zarif, lo que podría obstaculizar las tareas diplomáticas de uno de los políticos más respetados del país, que cuando amagó con dimitir en marzo pasado, movilizó todos los hilos institucionales y políticos del país para evitarlo.

"Nuestras lineas rojas son las fronteras del país", advirtió hoy el canciller, que insistió en que "cuando un avión cruza nuestras fronteras tenemos derecho a defendernos y lo haremos", en clara alusión al dron derribado hace cinco días.

"No buscamos humillar a Estados Unidos, pero esta acción ha creado un gran espíritu en la nación iraní y ha demostrado que tenemos las capacidades necesarias para contrarrestar la amenaza de los enemigos", dijo.

Rusia, en tanto, calificó como una "señal alarmante" las sanciones, y las comparó con las que Washington impuso a Irak en 2003.

Washington y Teherán no mantienen relaciones diplomáticas desde la toma de la Embajada norteamericana en Teherán en 1979, y han acrecentado sus diferencias desde que Washington abandonara unilateralmente el año pasado el acuerdo nuclear que iba a permitir la reintegración de la República Islámica en la comunidad internacional. 

La presión estadounidense fue escalando desde entonces y alcanzó su momento pico con el derribo del dron y la noticia de que Trump frenó en el último momento un bombardeo selectivo de represalia contra ese país.