DE QUE SE HABLA HOY

El Papa propone sacerdotes casados en regiones aisladas

 

El próximo octubre la Santa Sede prepara el Sínodo de la Amazonia a celebrarse en Roma y será allí, en el documento final, cuando el Papa incluya la posibilidad de que la Iglesia pueda ordenar hombres casados como medida de emergencia para luchar contra la falta de sacerdotes en los lugares menos poblados de la región y también en las regiones más aisladas del planeta. El texto, por ahora en borrador, dice que la reunión de obispos deberá estudiar la posibilidad de ordenar sacerdotes entre los hombres ancianos, preferiblemente indígenas y con familias estables. 

Si bien el escrito propuesto por Jorge Bergoglio afirma que el celibato es un don para la Iglesia, sugiere que para las zonas más remotas se estudie la posibilidad de la ordenación sacerdotal para personas aceptadas y respetadas por su comunidad aunque tengan ya una familia constituida y estable, y justifica este cambio con la finalidad de asegurar los sacramentos que acompañen y sostengan la vida cristiana.

Muchos expertos aseguran que esta es una primera señal de que ha comenzado el camino hacia el final del celibato tal como hoy lo instrumenta la Iglesia Católica. Si esta sugerencia de Francisco es aceptada por los obispos, estaríamos frente a un cambio histórico que permitiría convertirse en sacerdotes a los viri probati, tal como la propia Iglesia define en latín a los hombres que han demostrado carácter y experiencia, sobresalen en la comunidad católica y que tienen familias. Por el momento esta modificación solo podría aplicarse en aquellas regiones donde la falta de sacerdotes está haciendo que la iglesia pierda terreno en otras zonas donde escasean los sacerdotes y citan en el documento la región de las Islas del Pacífico. Este cambio sería la mención más importante que un documento del Vaticano sobre el tema del celibato y los sacerdotes casados. Muchos cristianos no están en contra de estos cambios debido a que es sabido que ha disminuido mucho el ingreso de jóvenes a los seminarios encargados de la formación de sacerdotes.

El tema de la pedofilia y su enorme difusión en el mundo entero ha sido para muchos uno de los motivos de esta disminución de aspirantes al sacerdocio. Está claro que el Papa sabe que debe enfrentar al sector más conservador del Vaticano, que ya ha dejado saber que considera la ordenación de viri probati como una "afrenta del Papa argentino y una violación a la tradición apostólica" como definió la iniciativa el cardenal Robert Sarah.

La motivación de este cambio obedece, según los voceros de Su Santidad, a la preocupación de que en muchos lugares de la región amazónica (que incluye territorios de Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Guayana, Suriname y Guayana Francesa) los católicos no pueden acudir a misa por la carencia de sacerdotes. Como la Iglesia determina que sólo los curas pueden oficiar la santa celebración, el cálculo es que el 70 por ciento de la comunidad católica de esta zona geográfica no tiene acceso a la ceremonia.

Para explicar la necesidad de este cambio el documento se funda en este argumento: "La Eucaristía edifica la Iglesia. Por ello se pide que, en vez de dejar a las comunidades sin Eucaristía, se cambien los criterios para seleccionar y preparar los ministros autorizados para celebrarla" .El propio Bergoglio en algunas entrevistas de los últimos meses ha dejado claro su pensamiento sobre el tema: "Nombrar sacerdotes a los viri probati son una posibilidad para paliar la falta de sacerdotes, especialmente en las pequeñas comunidades".

La polémica está servida. Para muchos, un hombre casado con una familia bien constituida, respetada por la sociedad donde vive, puede ser un buen ejemplo de cristiandad que serviría de modelo a seguir. Para otros, en cambio, un sacerdote es un hombre preparado para enseñar y aplicar los preceptos de la Iglesia y tener una vida dedicada mantener y potenciar su fe. Habrá que esperar hasta octubre para saber si la Iglesia da o no este primer paso hacia el fin del celibato, un tema siempre discutido.

V. CORDERO